Por Daniel Sevillano
El refranero español es muy sabio, y uno de los muchos que contiene le viene al dedillo al Barça, “Como en casa en ningún lado”. El conjunto de Pep Guardiola se “resfría” cuando sale de Can Barça.
Con las estadísticas en la mano podemos observar que este año el FC Barcelona no es el mismo de otras temporadas a domicilio. Ha jugado diez encuentros de los cuales ha ganado cuatro (Granada, Sporting, Málaga y Real Madrid), ha empatado cinco ( Sevilla, Athletic, Real Sociedad, Valencia y Villareal) y ha perdido uno (Getafe).
Dos de los cuatro partidos en los que ha conseguido la victoria el conjunto blaugrana, ha sido por la mínima (0-1) frente al Granada y Sporting. Curiosamente el único encuentro que si demostró su faceta de apisonadora de otras temporadas fue contra el eterno rival en el Santiago Bernabéu. Tras este gran partido en el que Xavi, Messi y compañía bailaron al conjunto blanco otra vez, parecía que el Barcelona volvería a ser el que era a domicilio. Nada más lejos de la realidad.
Desde principios de temporada la superioridad demostrada en anteriores campañas se ha quedado supeditada a los partidos en casa. En su primera salida a Anoeta se vio un Barça eléctrico durante 20 minutos que le valieron para colocar en el luminoso un 0-2 pero en la segunda parte se vio un Barça nervioso, sin saber administrar la renta y dejándose empatar finalmente.
Estos números tan irregulares, le han servido al Real Madrid para escaparse en la tabla estando ya a siete puntos. Muchos puntos y casi imposible de remontarlos si el conjunto blanco no quita el pie del acelerador y sigue al ritmo con el que esta actuando.
Este bajón de rendimiento fuera de su estadio por parte del Barcelona tiene mucho que ver con el pobre bagaje goleador de su estrella Leo Messi que sólo ha marcado cuatro goles a domicilio.
Pep Guardiola tiene mucho trabajo por delante para sacar el máximo rendimiento de su corta plantilla y para ello tiene que hacer sentir a su equipo más cómodo sin que su afición le arrope.
