Por Jorge Álvarez
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Es tan serio el panorama que viven los ciudadanos, al menos los que no están fanatizados, en la Argentina que si uno no lo ve a través del humor,…
…de la ironía y del sarcasmo puede resultar nocivo para la salud. Como si fuera poco vivir escondido desde hace dos meses por el Covid-19 y además estar pendiente del virus del dengue que se transmite por la picadura de mosquitos hembra, principalmente de la especie Aedes aegypti, el gobierno decidió aportar lo suyo para que sean tres las pandemias que se abatan sobre este país indescifrable, extraño, contradictorio y hermoso del Río de la Plata.
El mensaje que llega a diario a la gente por mayoría de los medios de comunicación transformados en voceros hace acordar a lo peor del tándem de Hugo Chávez y de su delfín Nicolás Maduro y su recordado Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del Pueblo creado hace unos años. Porque el peronismo en el gobierno necesita desde su fundación ser protagonista de hechos épicos, una revista en su portada mostró al presidente Fernández disfrazado de Superman y cuando estos se desmoronan aplastados por la impiadosa realidad trocar en segundos esta supuesta superioridad en persecución. No importa de quién. En más de 70 años de historia se eligió a dedo al o los enemigos que conspiran para que fracase su plan de gobierno.
A los indicadores económicos que estallaron por los aires, al dólar que en 150 días duplicó su valor le sucedieron acciones desacertadas en lo social como que en medio de la cuarentena enviar a tres millones de jubilados a aguardar a las puertas de los bancos hasta 12 horas, de pie para ingresar a cobrar sus magros ingresos. O al ministro de Sanidad, un personaje escapado de “La ópera de los tres centavos” de Bertolt Brecht afirmar entre risas y a voz en cuello que como “China queda lejos no hay posibilidades que el Covid-19 llegue al país”. O esta otra perla: “yo no creía que el coronavirus iba a llegar tan rápido, nos sorprendió”.
Para culminar en estos últimos días de abril liberando a los delincuentes alojados en las cárceles federales y enviándolos a sus domicilios para evitar el contagio. A ver, lo voy a pasar en limpio para que usted lo entienda: asesinos, violadores y narcotraficantes se podrán pasear por las calles mientras usted está encerrado bajo siete llaves. Y esto recién comienza.
Ahora ¿ya se dio cuenta del porqué del título del comentario? Sí, yo sabía que iba a acertar. “La Parodia Nacional” fue un programa que en un lejano 1996 usted y yo disfrutamos por Antena 3 y que significó el triunfo de un musical que encumbró la sátira política cantada. Es tan rica la actualidad tragicómica argentina que el inolvidable Constantino Romero podría presentar con su voz inconfundible a los cantantes Loli Panoli, Curro Candelas, Vanessa Puñales, Tina Turmix o Estrellita la Moderna interpretando «Volvimos para ser mujeres… mejores» como dijo el Jefe de Gobierno.
Entonces me despido con el enunciado del programa: “Con la Parodia Nacional (Argentina) todo va bien, nada va mal. Para el disfrute general, la Parodia Nacional”.