Por Luis Gareta
Desde hacía medio año, el mercedes 300 D que utiliza el coordinador del ISSIPU, tenía serios problemas en el arranque.
Habiendo sido un coche que jamás tuvo una avería ni había dejado tirados a los miembros del Instituto en los mucho viajes que han realizado por motivos profesionales, se descartó -en principio- comprar uno de 2ª mano e intentar arreglarlo.
Se acudió a varios talleres donde conocíamos a mecánicos de confianza. En el último al que acudimos nos hicieron una reparación de compromiso que no resolvió el problema fundamental : la eficacia en el arranque.
Se volvió a reconsiderar la compra de uno de segunda mano pero el coordinador decidió hacer la última apuesta: hablar con Joquín García Mingo, un agricultor de Camparañón, Soria, que tiene una cabeza y unas manos especialmente dotadas para la mecánica y que ya en su día nos habilitó una sembradora para garbanzos que denominamos: “Seeder Camparañona 2019” y que ha dado un resultado excepcional: https://www.elpollourbano.es/silvicultura/2019/07/una-extraordinaria-sembradora-para-el-issipu-i/
Se le expuso el problema e inmediatamente aceptó el reto. Peo como estaba en plena campaña de la recolección tan solo nos pidió un lugar donde guardar el vehículo y no tener prisa pues él realizaría la tarea cuando buenamente pudiera.
Le buscamos sitio en el modesto taller del ISSIPU en Hinojosa y confiados, nos pusimos a esperar.
Y como si se nos hubiera aparecido la Virgen del Pilar, Joaquín cuando se liberó de sus obligaciones y estando nuestro amigo hinojosano Andrés Garcés como pinche, desmontó el motor, diagnosticó el problema (de los 6 calentadores del Mercedes, 5 estaban fundidos) los sustituyó, volvió a montar el motor y el coche se puso en marcha como un cohete
No os podéis imaginar la sensación de volver a tener el Mercedes en perfecto estado Y desde luego, el agradecimiento infinito a Joaquín por sacarnos de todos los apuros mecánicos y a Andrés por ayudarnos en estos líos. Ahora, amigos, solo queda pagar. Y, naturalmente, lo que nos pida el artista Joaquín ¡Enhorabuena por tu trabajo!
Un Mercedes 300 diésel (referido a modelos clásicos como el W123) es un vehículo literariamente descrito como un monumento rodante de fiabilidad, con una silueta clásica y maciza que transmite solidez, y un motor diésel de cinco cilindros que canta con un ronroneo grave y constante. Su manejo es suave y la suspensión, cómoda, lo convierte en un navegante sereno en el asfalto, que absorbe las asperezas con dignidad y se desplaza con una fuerza tranquila y persistente.
Características:
Presencia: Su diseño es serio y atemporal, proyectando una imagen de calidad y durabilidad. No busca la ostentación, sino la persistencia y el buen hacer.
Motor: Más que un simple motor, es una corazón de cinco cilindros, un corazón robusto y casi indestructible, cuyo sonido es una signature inconfundible que evoca la fiabilidad y la fuerza tranquila de la ingeniería alemana.
Conducción: Se desplaza con una suavidad hipnótica, como si flotara sobre la carretera. La suspensión es un colchón de confort, diseñado para filtrar las asperezas y convertir cada viaje en una experiencia plácida y serena.
Durabilidad: Las palabras que mejor definen a este coche son «practicidad» y «calidad duradera». Se habla de unidades que han recorrido millones de kilómetros y siguen funcionando, como un ejemplo de la antítesis de la obsolescencia programada.
Sensación: Al sentarse en su interior, se siente la sólida calidad alemana, donde el cuero y los materiales nobles no desentonan, y la ergonomía, aunque sencilla, está pensada para la comodidad y la durabilidad.
En resumen, el Mercedes 300 diésel es un vehículo que no busca la velocidad vertiginosa o la tecnología de vanguardia, sino la conducción tranquila, la fiabilidad a prueba de balas y la calidad que perdura en el tiempo, convirtiéndolo en un icono literario de la ingeniería clásica automotriz.