Viajando por la Bretaña y Normandía


Fotografías: Pedo Abadía

Nuestro colabotrador y amigo Pedro Abadía nos ha traido este reportaje fotográfico de un viaje que recientemente efectuó por Bretaña y Normandía. Que lo disfrutéis…

   “He de confesar que tengo una cierta predilección por nuestro país vecino, Francia. Además de París, tengo la suerte de conocer gran parte del país, ya que viví un tiempo en el sur de Francia y, además, hace unos años hice la ruta del Loira. Nos quedaban algunos rincones por descubrir, y por eso decidimos, el pasado verano, realizar un extenso recorrido por Bretaña y Normandía, dos de las áreas más conocidas y turísticas de Francia. 


    El viaje lo planteamos con París como destino inicial y final. Allí llegamos con un vuelo de Air Europa y desde allí comenzamos la ruta alquilando un coche. Si estás pensando en realizar una ruta similar, has de saber que se puede hacer casi en cualquier transporte, incluso en bicicleta, pero nosotros optamos por el coche por tener un poquito de independencia en cuanto a los horarios, y hasta un pelín más de comodidad por las maletas. 
   

   Para plantearnos las ruta, establecimos unas paradas estratégicas en las ciudades más importantes:Rouen, Caen, Le Mont Saint Michel, Rennes, Vannes, Nantes, Angers y Chartres. En cada una de estas ciudades pasamos una noche, y nos sirvieron, además de para conocerlas, como lugar central para conocer otros pueblos de interés.

    En todas estas ciudades merece la pena parar y pasearlas, aunque Rouen, Nantes y Angers se llevan la palma en cuanto a belleza. Caen, Rennes y Vannes, las más prescindibles. He leído en algún sitio que cuando llegas a la tercera ciudad ya estás cansado de ver casitas de colores con vigas de madera… bueno, yo no sentí eso, porque si bien es cierto que es el paisaje predominante, en cada lugar vas a encontrar más incentivos. 

   Mención especial merece Le Mont Saint Michel, sin duda uno de los lugares más espectáculares que pudimos visitar. Es imponente, y viajar en coche y que a más de 30 kilómetros ya veas su silueta, es brutal. Le Mont Saint Michel es mucho más que una Abadía. Nada más bajarte del autobús que te lleva gratis de la orilla al Monte, entrarás en una ciudad amurallada en la que viajarás varios siglos atrás. Si habéis leído que siempre hay mucha gente, es cierto, aquello parece la calle Preciados en Navidad. Pero merece la pena. Si coméis allí, debéis probar la típica tortilla del Mont Saint Michel, ¡Muy rica!
 
   Respecto a las paradas intermedias, os cuento. De camino a Rouen, primera parada de la ruta, paramos enVernon, Giverny, Les Andelys y Lyons la Foret. Camino a Caen, lo hicimos en Jumiéges, Le Havre (muy bonito por ver la playa y la desembocadura del río Sena) y Honfleur (Visita obligada, precioso). 

   De nuevo hago un paréntesis en la ruta que seguimos camino a Le Mont Saint Michel. Aquel día era el escogido para revivir el Desembarco de Normandía. En este sentido, hay que visitar la playa deArromanches, en donde podréis ver los restos de las naves que llegaron aquel día a la orilla; Longues sur mer, que guarda cañones de entonces y Colleville-sur-Mer, con el famoso cementerio de «Salvar al Soldado Ryan» como principal reclamo. Visitar estos lugares te trasladará sí o sí a aquel 6 de junio de 1944 gracias al ambiente, el sentimiento, la energía que allí se respira… 

   Volviendo a la ruta, y ya rumbo a Rennes, visitamos la preciosa ciudad Saint Maló y la no menos bonitaFougeres. En este sentido, y ya situados en Rennes he de deciros que improvisamos un cambio de ruta. Pensábamos llegar hasta el extremo del país, en Briest. El camino era largo y sospechábamos que lo que nos esperaba no merecía tanto la pena. Una amable dueña de uno de los hoteles donde nos alojamos nos confirmó que, efectivamente, no tenía nada reseñable. De modo que optamos por ahorrarnos esos muchos kilómetros y ajustar la ruta, viajando directamente hacia Vannes, en cuyos alrededores conocimos Carnac, famosa por los alineamientos megalíticos del mismo nombre y que, de nuevo, hay que visitar. Llegados a este punto, merece la pena visitar Quiberon, con unas estupendas playas y, sobretodo, un gran camino en el que prácticamente estaréis en una carretera rodeada a ambos lados por mar. Nosotros non teníamos tiempo, pero desde Quiberon salían unas excursiones en barco muy apetecibles a las islas cercanas. Si vais, y tenéis tiempo y opción, la cosa pintaba muy bien”.

Fuente para el texto: http://www.unmapaenlamaleta.es/2014/01/francia-viajando-por-la-bretana-y.html

 

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