Por Eugenio Mateo
El aguallueve es un manantial que cae continuamente en forma de gotas de agua, creando un espectacular relieve, con paredes de piedra y musgo, y pequeñas grutas escondidas en su interior.
Genera un bonito valle rebosante de naturaleza, que puede recorrerse a través de sendas y caminos rodeados de árboles y arbustos, como pinos, chopos, zarzamoras… y animales autóctonos, como el mirlo, el cuco, el corzo…; y en el que existe un gran contraste del verde de la naturaleza con los colores rojizos, de la arena arcillosa en la que se forman impresionantes cárcavas, y el gris, de la piedra caliza del alto del aguallueve. El agua se recoge en una balsa que después se canaliza para el riego de campos y huertos.
El aguallueve es una formación caliza, donde varios manantiales, surgidos de los acuíferos , aguas subterráneas del Campo de Romanos, han creado un espectacular relieve kársico, es decir, un relieve que se forma con el agua que circula por el interior de la cueva, cargada de sales cálcicas en disolución, que al ponerse en contacto con la atmósfera se producen una serie de transformaciones, que provocan la precipitación del carbonato cálcico, dando lugar a un tipo de roca conocido como toba, sus formas más características son los lapiaces (surcos u oquedades de dimensiones pequeñas o medianas, separados por tabiques o paredes de roca en algunos casos agudos), las dolinas (pozo ancho de suelo aplanado) y los poljés (depresiones cerradas en forma de valle de fondo plano), en el exterior y las cuevas en el interior de la roca.
Con el paso del tiempo, la humedad ha creado un pequeño microclima, rico en juncos, helechos y mentas, extremadamente diferente de los ecosistemas que se encuentra unos metros más arriba.
En invierno, a temperaturas bajo cero, cada gota de agua que cae se va congelando y se forman unas impresionantes estalactitas de hielo.
Durante el camino puedes adentrarte en un espectacular bosque de árboles cubiertos de hiedra, un merendero en el que descansar y beber agua o un estanque