Un paseo fotográfico por Velilla de Ebro


Fotografías: Luís Antonio Mena Burillo

    A escasos 50 kilómetros aguas abajo de Zaragoza, en la margen izquierda del Ebro, Velilla, acumula, en los casi 6 kilómetros cuadrados de extensión de su término municipal una perfecta secuencia de la historia del Valle Medio del Ebro…

…, que se remonta a sus orígenes iberos, para continuar con el esplendor de la colonia romana Lépida Celsa, momento cumbre del pasado remoto de nuestro hoy pequeño municipio.

   Es Velilla un pueblo de contrastes, desde el impresionante Mirador de San Nicolás podemos apreciarlo con nitidez: el verdor y la feracidad de sus huertas y mejanas en las riberas del Ebro contrastando con lo secanos implacables, casi monegrinos, de los montes que circundan la llanura aluvial. Este espectacular contraste, configura el medio natural, cuyo término está afectado por numerosas figuras de protección ambiental.

   A los pies del mirador, el casco urbano mantiene la estructura tradicional de los pueblos de la ribera del Ebro, destacando sobre el caserío la esbelta torre mudéjar de su iglesia parroquial. Velilla conserva, además, un interesante conjunto hidráulico compuesto por lavadero, molino harinero y norial de doble rueda.

   A ello hay que añadir la riqueza que esconde su subsuelo: el alabastro, piedra ornamental apreciada desde antiguo. De las canteras de Velilla se extrajo, por ejemplo, el alabastro del Retablo Mayor del Pilar de Zaragoza, obra del escultor Damián Forment, material con el que también se talló el desaparecido de la Ermita de San Nicolás de Velilla de Ebro y que fue obra del mismo escultor.

   Otro importante recurso de Velilla es su patrimonio inmaterial, del que destaca la famosa leyenda de la “Campana del Milagro”, recogida en numerosas fuentes históricas, que llevaron el nombre de Velilla más allá de nuestras fronteras, siendo numerosas las citas literarias que recogen esta leyenda.

   Por todo ello, la corporación municipal de Velilla de Ebro está empeñada, desde hace años, en que todos estos recursos, materiales e inmateriales, se conserven y se pongan adecuadamente en valor, para que de esta forma nuestro pequeño municipio pueda diversificar se estructura económica, basada en la agricultura y la ganadería, y poder encarar el futuro con esperanza para los jóvenes.

Conjunto hidráulico

   Los ingenios hidráulicos: azudes, molinos, noriales, centrales eléctricas, casetas de turbinas, lavaderos, etc. son una de las señas de identidad de la Comarca Ribera Baja del Ebro. Estas arquitecturas netamente utilitarias nos hablan de la antigua relación de sus habitantes con el río, razón de ser de este territorio.

   El Conjunto Hidráulico de Velilla es uno de los más interesantes de la Comarca, debido a sus características de ubicación y construcción en un espacio natural delante del casco urbano, sobre un brazo del río que circunda una fértil mejana, en el que se emplazan las dos norias de riego, el molino harinero con dos rodeznos y un lavadero. En los años 50 del siglo XX se demolió parte del norial para instalar una turbina que reemplazaba el anterior sistema de elevación de agua para el riego proporcionado por las norias. Con la rehabilitación del conjunto, finalizada en 2011, se conserva la turbina y las norias, representando un eficiente sistema de riego que no consume energía eléctrica.

   Los datos históricos que se tienen de este conjunto hacen referencia a la importancia de garantizar el riego de las fértiles huertas de las riberas del río. Entre 1381-1775, el riego de Velilla se realizaba con el agua derivada del Azud de Gelsa hacia la Acequia de Boquera, estando obligados los habitantes de ambos municipios a mantener conjuntamente el azud y las infraestructuras de riego. Sin embargo no existía molino en la localidad, lo que obligaba a los vecinos de Velilla a moler en el molino de Gelsa, propiedad de los Condes de Atarés, titulares de la Baronía de Quinto. Pese a la oposición del conde, la obra se debió iniciar poco después de 1779, en 1878, se reedifica el molino, en el mismo lugar en el que se encontraba el antiguo, que debía ser contemporáneo al norial.

   La tipología de norial de dos ruedas en paralelo, es específica de esta Comarca, siendo la de Velilla -junto con la del Monasterio de Rueda de una sóla rueda- las únicas rehabilitadas hasta el momento.

Fuente: http://www.velilladeebro.es/turismo/

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