Jánovas, ¿el comienzo del fin?

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Por Gonzalo del Campo Antolín
Texto y fotos

        He elegido Jánovas como tema de mi primera colaboración con el Pollo Urbano porque se ha abierto un nuevo capítulo en esta larga historia, que se empeña en no llegar nunca al epílogo. Se trata de las tan esperadas y anheladas reversiones de casas y de tierras.

El río Ara, Jánovas y un puente de cemento roto, ya desaparecido, en 1993

       Hace algo más de un siglo que comenzó el “culebrón” de Jánovas. Me permito llamarlo así, sin ánimo de trivializar en absoluto, por todo el tiempo transcurrido y por las situaciones  rocambolescas, injustas  y dramáticas, vividas por los habitantes del pueblo que lleva ese nombre y por los de los alrededores, la parte media del valle del Ara, que aún hoy en día viven las secuelas del “pantano que nunca existió”, pero que estuvo pendiente de ser construido durante más de cincuenta años. Ese culebrón aún no ha concluido.

     Quien quiera tener una idea resumida del largo periodo que transcurre entre 1911, año en que se solicita el primer aprovechamiento de caudales del río Ara y 2004, año en que se publica la obra, puede leer el libro de Marisancho MenjónJánovas, víctimas de un pantano de papel”. En él se hace un certero repaso de los avatares que siguieron los diferentes proyectos y la actitud frente a ellos de los habitantes del valle del Ara y de las diferentes empresas que iban a acometer las obras, nunca realizadas, así como el papel jugado por el Estado, tanto durante el Franquismo como ya en el periodo democrático.

    Cuando vine con mi familia en  mil novecientos noventa y dos  a habitar en Sobrarbe, hacía más de ocho años que los Garcés, Francisca y Emilio, “los últimos de Jánovas”, habían sido obligados, gobernando el PSOE, a abandonar definitivamente su pueblo para ir a Campodarbe, un lugar cercano en el espacio, pero totalmente ajeno al deseo de aquellos resistentes, de permanecer en el lugar donde habían nacido y criado a sus seis hijos  y en el que habían sobrevivido a la dinamita, a las presiones de todo tipo y al miedo que intentaban inocularles para que se marchasen y desapareciese del todo la contestación a una sinrazón que vació casi una veintena de pueblos para nada.

 Francisca Castillo, la matriarca de la familia Garcés, septiembre de 2013

       A Jánovas le acompañaron en su ingrato destino otros dos pueblos que también quedarían sumergidos bajo el agua, Lavelilla y Lacort. La primera vez que visité el primero de ellos, el ábside de su iglesia del siglo XI aún conservaba algunos de los arquillos lombardos, que tiempo después desaparecerían.

 Arquillos lombardos del ábside de la iglesia románica de Lavelilla, del siglo XI,hoy desaparecidos

       En Lacort, igual que en los otros dos lugares, se puede ver aún la huella del expolio, tan común por estos pagos, de sus edificios. Se ve el rastro de los intentos por llevarse parte de sus piedras, las que podían tener algún valor, y el hueco que dejaron como muestra de un tiempo en que todo el patrimonio de estos pueblos estaba condenado a desaparecer por el abandono y la rapiña. En el comercio de Lacort, docenas de cartillas de racionamiento de finales de los cuarenta y comienzos de los cincuenta tapizaban el suelo cuando entre la primera vez.

      Además de estos tres núcleos, se vaciaron otros trece, en lo que se conoce como la Solana de Burgasé. 

 La Solana. En primer término  Jánovas, detrás Lavelilla, a media ladera San Martín de la Solana y arriba, en el cerro, Campol

       Tras quedarse sin gente, sus tierras se utilizaron para la repoblación de pinos. Hasta muy cerca de las mismas puertas de las casas  los plantaron. Decían que de esa manera retendrían la tierra de las laderas que bajaban desde el Suerio por Cájol y desde la Pardina de Alseto por Burgasé y que, durante mucho tiempo, había sido erosionada por la presencia de rebaños de ovejas y de cabras. La verdad es que cuarenta años después los pinos, dejados a su suerte, daba penica verlos, porque nunca se había hecho limpia y no se dejaban crecer unos a otros. Para lo mismo se vaciaron otros tantos pueblos en el Sobrepuerto, zona conocida sobre todo por Ainielle, lugar donde transcurre la acción de la novela “La Lluvia Amarilla”, de Julio Llamazares.

La portada de la iglesia de Jánovas, actualmente en Fiscal

      1984 marcó, aparentemente el fin de Jánovas, como lugar habitado. Es curioso, que esa fecha coincida con el título del libro de Orwel, en el que la población se somete al Gran Hermano, que todo lo controla, lo ve y lo fiscaliza. En ese año parecía quedar claro que cualquier individuo por más empeño y voluntad que pusiese, acabaría sometiéndose a la voluntad de una poderosa empresa (Da igual si se llamaba Iberduero, Iberdrola, Eléctricas Reunidas de Zaragoza o ENDESA), ayudada por los poderes del Estado y la Justicia, que nunca tuvo en cuenta la caducidad flagrante de las concesiones de explotación, ni siquiera los principios elementales   de derechos humanos, como la Educación, de la que fueron privados los niños de Jánovas por la fuerza. No solo eso, sino que sus padres fueron juzgados y sancionados por reclamar el derecho de sus hijos a tener dicha educación.

     Tampoco, en principio, tuvo mayor transcendencia el hecho de que ese año se emitiese un capítulo de la serie “Vivir cada día” dedicado a Jánovas. Se ha de señalar que en los años en que estuvo totalmente vacío, en el pueblo de Jánovas se hicieron prácticas de tiro en maniobras militares, que dejaron una huella clara en las fachadas de sus casas. Yo mismo encontré las fundas de plástico de balas de fogueo, al recorrer sus calles.

 

Casas de Jánovas, en las que se aprecia la huella de los disparos que los soldados realizaban en sus maniobras contra las casas

     En 1992, Jánovas  hacía tiempo que se había convertido en símbolo de la resistencia contra la sinrazón. Paca y Emilio ya no estaban allí, pero seguían dando testimonio de los años vividos en solitario en su querido pueblo. Antes y después de  la partida de los últimos de Jánovas, la resistencia, que nunca fue en vano, llevaba tiempo sumando gentes que no eran del vecindario y que incluía a alguno de los primeros movimientos ecologistas que operaban en Aragón, como la Asamblea Ecologista de Zaragoza y otras  organizaciones como La Coordinadora Aragonesa de Pueblos Afectados por Embalses (COAPE) y la Coordinadora de Afectados por Grandes Emblases y Trasvases (COAGRET).

      En las instituciones del Estado español no todo era unanimidad, a la hora de considerar que el pantano de Jánovas se debía construir. Como cuenta M. Menjón en el libro susodicho ”el 14 de diciembre de 1993 el Defensor del pueblo emitió un dictamen en el que se reconocía que los afectados tenían derecho a la restitución de sus tierras e instaba a que se considerase caducada la concesión, al haber incumplido todas las condiciones que la habían justificado en su momento… Su dictamen fue rechazado por el ministerio de Obras Públicas, algo que molestó al defensor del Pueblo”.

      El 30 de enero de 1994 se creó la Coordinadora contra el Pantano de Jánovas y en Defensa del valle del Ara, en cuyas acciones de protesta y acampadas, tuve el honor de participar, junto a otras muchas personas afincadas en la zona que ya teníamos clara conciencia del atropello que se venía cometiendo desde hacía décadas contra la población del valle del Ara y contra todo Sobrarbe, que ya había pagado un alto precio con la  enorme despoblación de buena parte de su territorio y la presencia de dos grandes pantanos en su territorio, los de Mediano y el Grado.

 

Una pancarta desplegada en el puente de Aínsa por la Coordinadora contra el pantano de Jánovas, en la década de los 90

      Si todo Sobrarbe pasó de tener una población de 18000 habitantes en 1960 a la tercera parte en 1980 (poco más de 6000), en la zona entre Fiscal y Jánovas, incluyendo la Solana, esa población se redujo a la quinta parte durante el mismo periodo, de más de 1500 habitantes a poco más de 300.

      Una de las primeras veces en que visité Jánovas encontré a un japonés. Me pareció una paradoja el que alguien proveniente de un espacio rebosante de gente y de megaciudades (aunque Japón sea a la vez un país respetuoso con la naturaleza y la preserve en buena medida), se encontrase en aquel paraje solitario, parecido, en pequeño, a Hiroshima su ciudad natal, tras el terrible bombardeo nuclear. Resulto ser Tokío Ujike, un pintor afincado en Sobrarbe, que, siguiendo los pasos de su maestro, recaló en Boltaña y estuvo en la comarca mucho tiempo, pintando sus paisajes. También llegaría a ser conocido como aventajado aprendiz de jotero, de lo que dio muestras en más de un programa televisivo. Pero esa es otra historia.

      Algunas de las fotos que acompañan al texto son de una excursión , con acampada incluida en Campol (uno de los pueblos de la Solana), que hicimos varios profesores del Instituto con los alumnos para conocer de cerca el problema de la despoblación. Por supuesto comenzamos por Jánovas, que había sido el pueblo más habitado y con más servicios de esa parte del valle del Ara. Su aspecto, que casi no ha variado, era el mismo que dejó la huella de la dinamita en sus paredes rotas, puertas y ventanas reventadas, enormes saúcos ocupando el centro de lo que fueron las cocinas. Algunos restos de baldosas en las paredes ponían una nota de color entre tanto barro y piedra en proceso de derrumbe.

Visita a Jánovas con los alumnos del IES Sobrarbe de Aínsa, Curso 1993-94. A la izquierda el puente colgante cubierto de escarcha y a la derecha los restos de los azulejos en una cocina de Jánovas

El cementerio de Jánovas, cubierto de zarzas en 1993

       Aún estaba en pie la magnífica bóveda de toba que recogía y dejaba salir el humo que, en tiempos, desprendía el fogaril en los inviernos. Hace ya varios que dejó de combatir al paso del tiempo y la intemperie y es hoy un montón de escombros. Lo que más impresionaba siempre era la escuela, de la que sacaron a la última maestra y a los últimos niños a la fuerza. A ella de los pelos y a los niños a patadas. Entre los escombros siempre se pudo ver la pizarra de obra y los restos de un ábaco, que quedaron como muestra de la barbarie cometida.

 

La pizarra de la escuela de Jánovas, entre los escombros

     La COAGRET (Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Travases), se creó en 1995.

     A comienzos de 1997, como si se tratase de un anuncio del fin del proyecto de Jánovas, una enorme riada se llevó por delante la ataguía que se había construido para desviar el agua hacia el túnel de derivación. Antes se había destruido una de las formaciones rocosas que protegían Jánovas hacia el este, provocando un daño paisajístico irreparable, como muestra las fotos adjuntas.

 

Esta foto muestra la ataguía construida y la parte baja de la formación geológica destruida por las obras

 

Tras las ruedas de la máquina se puede apreciar la enorme huella dejada por la roca gemela destruida

      Aquella riada se recuerda en todo el valle bajo del río Ara por la ola que provocó el agua, al ser retenida por la ataguía y llegar a romperla. Fue necesario avisar y evacuar de sus casas a algunos habitantes de la ribera por miedo a la inundación que pudiera provocar la subida repentina del agua. A su paso por Aínsa, ésta casi alcanzó la altura de las claves de bóveda del puente. Fue un episodio para no olvidar.

 

Máquina excavadora en la ataguía, con Jánovas de fondo

     Por ese tiempo recuerdo también que el, por entonces coordinador de Izquierda Unida por la provincia de Huesca, alguien apellidado Fustero, se empeñaba en hablar de la gente de la montaña como “los señores del NO”, como si la oposición a los embalses fuese producto del empecinamiento y la irracionalidad. Todo, hay que decirlo, por arrancar un puñado de votos entre los regantes de la “tierra plana”. Una auténtica vergüenza de representante en mi opinión que, por fortuna, duró poco.

    Conocí  poco después, en Barbastro, al último cura de Jánovas, quien me contó cómo, estando de caza un día de los años sesenta por la Solana de Burgasé, oyeron una explosión de dinamita que levantó una columna de humo y polvo en el pueblo de Jánovas. Entre los cazadores había uno que era vecino, puerta con puerta, con la casa volada y salió corriendo desaforado, cara abajo, por miedo a lo que pudiera haber ocurrido. También conocí a un hombre que habitaba en las casas de la presa del Grado y llevaba muchos años trabajando para la empresa eléctrica. Me contó que había trabajado de camionero, sacando el cereal que un cacique de Huesca se llevaba de las tierras laborables expropiadas en Jánovas para venderlo y sacarle partido. Era algo que ya conocía y que me confirmó la versión de aquella persona, con la que compartí ambulancia durante varias semanas.

 

La magnífica fuente de Jánovas, actualmente en uso, tras ser desenronada

    Ese mismo año, en 1998, Pedro Arrojo, uno de los miembros fundadores de COAGRET, pronunció una conferencia que comenzó a marcar una nueva etapa en la oposición al proyecto de Jánovas.  Se produjo una revitalización de la lucha contra el pantano y los técnicos de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental consideraron que el proyecto presentado se debía evaluar para determinar realmente si era viable o no.

     El 20 de octubre de 1998 el Gobierno de Aragón informaba favorablemente del Estudio de Impacto Ambiental y pedía al Ministerio de medio Ambiente que realizase los trámites para iniciar las obras.

En mayo de 1998 apareció la Asociación río Ara. Ésta intentó que se otorgase al río Ara una de las figuras de mayor protección ambiental (la de Río Escénico). Se logró para todo el cauce del Ara excepto para el tramo entre Fiscal y Jánovas, precisamente. Solicitó en la CHE la declaración de extinción del derecho al uso privativo de las aguas del Ara, por caducidad de la concesión. Al no recibir respuesta interpuso un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, que luego fue trasladado a la Audiencia Nacional.

    La Asociación Río Ara no solo desplegó la iniciativa judicial, esencial en el proceso, sino que patrocinó iniciativas tan importantes como el “Manifiesto por la Dignidad de La Montaña” y  las jornadas de “El Rio Ara es de Todos” en mayo de 2000

   La Declaración de Impacto Ambiental fue negativa contra el proyecto de embalse (15 de marzo de 2000) y se publicó un año después, 10 de febrero de 2001, tras intentos de ser anulada en el Ministerio de Medio Ambiente.

    El 14 de marzo de 2003 apareció la sentencia de la audiencia Nacional en la que se declaró el derecho de los afectados a que se iniciase el expediente de caducidad de la concesión.

    Tras la sentencia de la Audiencia Nacional, la ministra Elvira Rodriguez dijo que aún no se había desestimado la ejecución del embalse., por lo que no era oportuna una orden de restitución de tierras. Tampoco los regantes renunciaban al pantano de Jánovas. Nada más descartar Jánovas, los hablaron y poco menos que exigieron  construir en la cuenca del río Susía un pantano de 110 Hm3, algo que sería contestado inmediatamente por los habitantes  de su ribera y por todo Sobrarbe y a lo que espero hayan renunciado por pura sensatez.

    El proyecto fue denegado definitivamente por una resolución del Ministerio de Medio Ambiente de 11 de febrero de 2.005 y éste  dispuso la desestimación de la construcción del pantano de Jánovas y la obligación de las Administraciones Central, Autonómica y Local de elaborar un plan de desarrollo sostenible para el ámbito afectado.

      Faltaba que se declarasen caducadas las concesiones para abrir las puertas a la reversión.

      En la orden ministerial del 16 de junio de 2008 se resolvía la extinción de los derechos de ENDESA GENERACIÖN S.A. para el aprovechamiento de los diferentes saltos que comprendía el complejo hidráulico de Jánovas.

     El 27 de octubre de 2008, se pudo leer en la prensa la siguiente noticia:

“El proceso administrativo de reversión de propiedades de Jánovas se iniciará el 10 de diciembre “, y también además, antes de fin de año se iniciará el proyecto para restaurar la zona afectada por las obras ya realizadas por la compañía en el río Ara”. En esa misma noticia se señala que se ha elegido a la CHE como organismo mediador entre los afectados y ENDESA y se encargará de iniciar el proyecto para restaurar la zona afectada por las obras que realizó la compañía (Sobre todo la ataguía y el túnel de derivación). Se aseguraba a demás que se contaría con los afectados para la elaboración y ejecución del Plan de Desarrollo Sostenible en la zona afectada.

     La reversión afectará a fincas que se encuentran en los términos de Jánovas, Lavelilla, Lacort, Albella, Ligúerre de Ara, Javierre de Ara, Santa Olaria y Burgasé, dentro del límite de la cota 710

     El 25 de noviembre de 2010 se realizó una jornada sobre los planes especiales para los núcleos de Jánovas, Lacort y Lavelilla, con la participación de antiguos vecinos de los tres núcleos. Algo meramente informativo, sin que obligase a dar nuevos pasos ni a la empresa ni  a la administración.

 

Visita guiada en Jánovas  por Alicia y Marc, del grupo las Encantarias, agosto de 2011

     En el verano de 2011, el grupo de teatro las Encantarias tuvo la feliz idea de hacer en Jánovas una visita guiada cada semana, contando de forma teatralizada la historia del pueblo. La iniciativa fue muy bien acogida por los visitantes, que encontraban un aliciente más en una visita a un lugar tan emblemático y cargado de una historia tan dramática y densa de explicar en pocas palabras.

     A fines del 2013, en el mes de diciembre, pasados cinco años desde el primer anuncio a bombo y platillo, por fin otra buena noticia sobre y para Jánovas. Después de largas décadas de luchas e incertidumbres ha comenzado la reversión de casas y tierras para algunos de sus antiguos vecinos y los de Lavelilla y Lacort. Aún son muchos los que no han cerrado las condiciones de devolución con la empresa ENDESA, pero por fin ha comenzado la fase definitiva para que Jánovas vuelva a tener la vida que hace ya tanto tiempo le arrebataron para nada. Al principio la empresa pretendía cobrar a los antiguos propietarios más de treinta veces el precio que Iberduero pagó a los habitantes por sus casas y tierras para que se marcharan. Han rebajado esas pretensiones pero, aún así, los futuros vecinos de Jánovas están pagando por un montón de piedras, ya que tendrán que levantar sus casas por entero.

 

Casas de Jánovas, con la Solana al fondo

 

       Para completar este artículo sobre Jánovas he realizado dos entrevistas. La primera  ha sido realizada a Toni Garcés, el último de los nacidos en Jánovas (la última fue su hermana Teresa). Desde hace años ha sido el alma de la resistencia contra el pantano y una de las voces más autorizadas para hablar sobre el tema. La segunda se ha hecho a Eva Muñoz Buisán, cuya familia también permaneció en Jánovas (al menos durante los veranos) hasta 1984, en que se produjo el desalojo definitivo.

A la izquierda Toni Garcés y a la derecha Eva Muñoz Buisán

P¿Más vale tarde que nunca?

Toni– Si queremos hacer algo con Jánovas hay que hacerlo ya. A muchos les pilla con más de setenta años o sea que ahora es el momento, tras cincuenta años transcurridos para nada. Ha sido un intento fallido de la administración que nos ha costado cinco décadas y nadie ha pedido perdón. Después de todo ese tiempo nos pedían 34 veces más del dinero con que nos indemnizaron y al final pagaremos eso menos el menoscabo que supuso la destrucción por la dinamita de las casas, de las acequias etc, que nosotros entregamos en buen estado y se nos devuelven totalmente ruinosas.

Eva– Más vale tarde que nunca, pero el tarde ha estado muy mal hecho, ya que no se trata de un final justo. Estamos en un paso intermedio entre lo que teníamos antes y la reversión. Las condiciones en las que se devuelven las tierras no son, para nada, justas.

P- ¿Qué decisiones ha tomado ENDESA a favor de la reversión de Jánovas, tras el descarte definitivo del proyecto en 2005?

Toni- No ha hecho casi nada. Ha negociado con la Confederación Hidrográfica del Ebro y ellos sabrán lo que han tratado para no tener la obligación de reconstruirnos las casas, que sería lo justo. Solo devuelven lo de “abajo” y lo de “arriba” dicen que lo devolverán en otro expediente separado.

Eva- La única que ha movido algo ha sido la Confederación Hidrográfica que ha reunido documentación de ambas partes, la ha confrontado, sirve de mediadora y expone el precio que considera que hemos de pagar por nuestras propiedades. Endesa se limita a poner el precio que a ellos les parece que tenemos que pagar por recuperar nuestras propiedades. La primera vez valoró las propiedades por una cuantía 34 veces superior a la estipulada en el momento de la venta o expropiación. Hubo que presentar pruebas periciales, recogidas por arquitectos e ingenieros agrónomos para demostrar los derechos que asistían a cada reclamante y el menoscabo producido en las propiedades. Endesa hace una oferta muy por encima de lo que atestiguan los informes periciales.  Quien está de acuerdo firma y quien no, recurre a la vía administrativa, al Jurado Provincial de Expropiación Forzosa, que dictamina el valor más ajustado a lo real de cada propiedad y esto alarga mucho  el proceso. Pero los precios que pide Endesa no se tienen ninguna relación unos con otros; a unos les piden menos que a otros por un patrimonio equivalente. A unos les piden tres mil euros, mientras a otros les reclaman más de veinte mil euros. Esto no tiene ningún sentido.

P- ¿A qué te refieres con “arriba” y “abajo”?

Toni-Lo de abajo es lo que cogía el vaso del pantano y lo de arriba, las tierras de venta “voluntaria”, es un decir, que la gente vendió al tener que abandonar el resto de sus pertenencias. No te ibas a quedar con un huerto en las Coronas y mientras tanto, la casa en Barcelona, es tontería planteárselo. Al final todos vendieron también esa parte. Las empresas grandes y la Administración se apañan entre ellas, porque si no fuera con apoyo de la Administración no se habrían dado las situaciones a las que se ha llegado. Ellos se lo mangonean todo

P- ¿Qué presiones habéis tenido que realizar los vecinos para acelerar la restitución?

Toni- Aparte de arreglarte con el tema de los abogados, el pelear con lo de siempre. A nosotros nos exigen respuestas en quince días mientras ellos se permiten el lujo de tomarse tres años para contestar a tus preguntas. Ellos no se ponen plazos y el tiempo juega a favor suyo.

      Lo que estamos haciendo básicamente es labrar las tierras y durante el último año y medio arreglar la escuela, que hemos tenido que hacer a la tremenda, ya que fuimos denunciados en tres ocasiones por ello. Hay una normativa según la cual no se puede edificar a menos de cien metros del río y gran parte de las casas están dentro de ese límite, incluida la escuela. Es algo un poco raro lo de la legislación al respecto.

Entre las ruinas, el tejado recién puesto de la antigua escuela, ahora restaurada

P- En tu caso he leído que te habían devuelto la mitad de las tierras.

Toni- En realidad ha sido algo más de la mitad, pero lo que está cerca del río lo consideran Dominio Público Hidráulico y eso no te lo devuelven. Y la mínima unidad cultivable, que no sé cual será, eso tampoco te lo devuelven. Las zonas que cogen las vías pecuarias tampoco te lo devuelven.

P- Una pregunta, a la que casi ya has contestado ¿Habéis firmado por puro cansancio?

Toni- Yo diría que por aborrecimiento de lucha contra la Administración, que siempre tiene la razón. Si se te quema la casa por un atentado terrorista, por ejemplo, todo el mundo se solidariza y te dice “que pena”, pero cuando lo hace la Administración, encima acaban mirándote mal, como si de ninguna manera tuvieras la razón. La Administración con esas decisiones acaba volviéndote “malo”.

P- ¿Compensa el coste de las costas judiciales o es, en principio, un impedimento más para hacer que todo vaya más deprisa?

Eva-Hay gente a la que le echa para atrás el seguir el procedimiento administrativo, que se alargará otros dos años por lo menos. Hay que tener en cuenta que hay mucha gente de la primera generación de Jánovas que ya no están. La madre de los Garcés ya es mayor, mi abuela murió hace quince años y los de la siguiente generación rondan los 65 años. En nuestro caso vamos a ir al jurado de expropiación. En algún caso les ha interesado el titular, por lo simbólico del caso, pero es una estrategia para poder decir que alguno de los que más ha resistido, vuelve ya a su casa de Jánovas. ¿Pero en qué condiciones? Casas en ruina, fincas sin delimitar, porque es algo que está sin hacer y ENDESA no se hace cargo de ello. Tampoco está delimitado con claridad el Dominio Público Hidráulico que pertenece propiamente al río. Confederación establece una zona de “Policía” del río en la que no se puede edificar, pero el cauce del río se ha modificado y se tiene que volver a delimitar. Además hay expedientes que están pendientes de que se fijen las vías pecuarias (cañadas, veredas), que también se han de tener en cuenta. A todas las tierras por encima de la cota 710 no se les reconoce el derecho de reversión. Las tierras afectadas incluyen no solo de Jánovas, Lavelilla y Lacort, sino de Javierre, Ligüerre de Ara y Santa Olaria

P- ¿El tema de las comunicaciones va muy retrasado?

Eva- El proyecto que se presentó fue declarado con Impacto Ambiental negativo. Dicho proyecto atravesaba dos veces el río Ara por medio de dos viaductos. Pasaba por toda la huerta de Jánovas, con dos puentes, uno en Lacort y otro en Jánovas. En estos momentos no hay ninguna previsión

P-  ¿A qué se debe la complejidad de las negociaciones con ENDESA?

Toni-Eso es un “entrampullo” que se hacen entre ellos, porque para echarlos se dieron mucha prisa. Puede ser que haya retrasos por temas de catastro, pero eso lo podrían arreglar después de la reversión. Aquí, por ejemplo, un tal Segura, el ingeniero que nos echó, de la noche a la mañana se puso una finca a su nombre en terrenos expropiados, en los que se suponía que iba a ir la central. El la cogió, la puso a su nombre e hizo la reversión en un día. Nosotros, sin embargo llevamos treinta y tantos años pidiendo la reversión. Es una verdadera vergüenza.

Un primer plano de la escuela recién restaurada

P- Los que aún no han firmado ¿Qué discrepancias tienen con la empresa?

Toni- La cuestión es que hay unos 130 expedientes y los solucionan en tandas de veinte en veinte. Y hasta que no acaban con unos no empiezan con los siguientes. A nosotros nos llamaron hace unos dos meses. El problema no es firmar, sino poner en marcha luego las obras de la casa y todo lo demás que te puede costar trescientos o cuatrocientos mil euros. La justicia completa sería que la casa la hicieran ellos. Alguno no ha querido firmar en las condiciones que se pedían y prefieren ir al Jurado Provincial de Expropiación, aunque por esa vía pueden perder otros tres o cuatro años. La mayoría hemos firmado teniendo en cuenta “el menoscabo”, pero algunos han ido al “justiprecio”. En nuestro caso hemos pagado tres mil quinientos euros.

P-¿Crees que la empresa ENDESA puede tener interés en seguir siendo dueña de terrenos que en un futuro se pueden revalorizar para fines turísticos, por ejemplo?

Toni-La empresa les transmitió que no tenía ningún interés en ello. Otra cosa es que se pueda creer o no que es así, pero eso es lo que dijeron.

Eva- Eso no lo sabemos, pero las alianzas que hay entre empresas, con Acciona, por ejemplo, podrían hacer sospechar algo. Ahora, con la crisis no es un momento propicio para este tipo de negocios, pero las propiedades que no se revierten o que no han sido reclamadas quedan en manos de ENDESA y no tenemos ni idea de qué va a hacer la empresa con ellas. Endesa ha pedido un precio muy diferente a los que hasta ahora han firmado, que han sido varios. No establecen para nada un precio objetivo y razonable.

P–¿El Plan de Restitución de Jánovas es algo fiable en cuanto a su ejecución o solamente un globo sonda para contentar a los que están pendientes de la reversión?

Toni-Eso es un proyecto de Aragón, pero para que el dinero lo pongan en Madrid y los de Madrid no saben nada. No sé que habrán pensado para meter 24 millones de euros. Habría que empezar por necesidades básicas. Hablan de millones de euros como ofertas de “buxos”. Con  muchísimo menos dinero se podrían poner los servicios de todos los pueblos. 

 

Cartel de fiestas en Jánovas, septiembre de 2013

Eva- En 2010 fue cuando salió el Plan de sostenibilidad, que contemplaba proyectos para toda la zona, pero a día de hoy no se contempla ninguna partida presupuestaria para el mismo. No hay fondos ni para la restitución de los servicios básicos, ni para la mejora de acceso a Jánovas que es algo perentorio. En esto parece que juegan al desgaste absoluto. Sacan con cuentagotas la reversión, creando discordia, pasando las generaciones y parece que les interesa que se genere otra vez un punto muerto y que la gente se aborrezca por la cuantía de la inversión a realizar. Pienso que para la administración resultaba más fácil que se hiciesen proyectos como los de Morillo de Tou o Ligüerre o un macropoyecto, antes que revertir las tierras a los vecinos.

P- Las condiciones que exigen para rehabilitar las casas ¿no resultan demasiado restrictivas?

Eva-Hicieron tres planes especiales para los tres pueblos y en ellos se pedía lo que no se exige a otros pueblos dentro del término municipal de Fiscal. Se pretende reconstruir todo tal y como estaba en los años 50 y eso es una absoluta barbaridad. Condicionantes como los tejados de losa, por ejemplo, me parecen excesivos porque ya no se encuentra gente que la sepa poner o porque no la hay. En todo caso habría que exigírselo a quien voló los tejados en su momento.

P- En todo caso, si fuese cierto lo de los 23 millones de euros ¿No se podría reservar una parte para este concepto?

Eva-Si, desde luego, así tendría que ser en todo caso.

P- ¿Los vecinos de otros pueblos merecen también algún tipo de compensación por el tiempo de incertidumbre que han vivido?

Toni-Yo creo que pueblos como Liguerre si han estado condicionados porque hubo proyectos que quisieron anegar las tierras y los vecinos no pudieron hacer nada nuevo durante mucho tiempo.

P- Ese tipo de situaciones no tienen ningún tipo de tasación a la hora de resarcir a las víctimas.

Toni-No, ocurrió lo mismo cuando mis hermanos se quedaron tres años sin escuela, ¿Eso como se valora?. Por eso pienso que alguien habría tenido que pedir perdón por el mal hecho. En la época de Franco estaba el orden o y mando, pero más tarde, por ejemplo ministros socialistas podían haber reconocido las equivocaciones cometidas, pero eso no ha ocurrido.

P- ¿Hasta qué punto seréis vosotros, los futuros vecinos de Jánovas, los que podréis manejar la situación, una vez concluido el proceso de reversión?

Toni-No lo sé. Lo que yo querría es que los vecinos que vayan a estar en Janovas sean el motor. Mientras no haya un número suficiente de vecinos como está contemplado por ley, será imposible. Al menos que haya una pedanía, aunque dependa de Fiscal. La cuestión es si llega gente de muchos sitios diferentes que no sepan cómo funcionaba el pueblo. Pero a poco que haya vecinos y se pongan servicios, el pueblo podrá tirar para delante.

Algunos de los antiguos vecinos de Jánovas en la fiesta mayor de 2013

Eva- Creo en la fuerza de la colectividad y creo que haremos lo que colectivamente sepamos hacer y organizar entre nosotros. La administración solo cuenta con la gente para hacerse la foto, pero no para que aporte ideas y sean los constructores del cambio. Suele ser al contrario. No hay voluntad para dejar que los afectados opinen ni participen en lo esencial.

P- Hubo una jornada de Proceso Participativo, en la que se pedía a los vecinos que dieran ideas de qué hacer.

Eva- Son actuaciones para lavarse la cara y no son vinculantes. A veces se pide opinión cuando ya todo está pactado previamente y se hace el paripé. Hay otros ejemplos de lo mismo en Sobrarbe. Hay cosas básicas en las que todo el mundo va a estar de acuerdo, pero otras…¿Yo para qué quiero un Parque Fluvial, por ejemplo? Eso es lo que le interesa al político que quiere algo para inaugurar y que se vea. Un puente y unas calles en Jánovas, no relumbra tanto como un macroproyecto.

 

Cartel de la manifestación de marzo de 2013, de la Marea Azul, en Zaragoza

P- ¿Crees que Jánovas volverá a ser una comunidad de vecinos?

Eva- En esa lucha estamos de volver a ser una comunidad, no un experimento. Queremos volver a ser vecinos, con nuestros problemas, nuestras diferencias, un pueblo en definitiva. Lo que queremos es lo básico y a partir de ahí evolucionar. El futuro de Jánovas lo tendrá que escribir la gente que viva allí. Creo firmemente en esa posibilidad porque yo quiero ser vecina de Jánovas en un futuro.

Para acabar, recordar que nunca se valora (quizá porque no tiene precio) el daño moral causado a las personas y el destrozo ecológico provocado. Cuando se descartó el proyecto de pantano, enseguida Endesa reclamó una indemnización que superaba los 2000 millones de pesetas, por las obras realizadas. A la destrucción de una de las rocas gemelas que resguardaba Jánovas hacia el este ¿Qué precio se le podría otorgar para deducirlo de esa cifra? ¿Y al dolor causado por la visión de casas destrozadas en las mismas narices de sus propietarios? ¿Y a los años sin expectativas para la gente de los demás pueblos cuyo futuro dependía de lo que dispusiese hacer una empresa a la que no le importaba ese futuro?  Hoy por hoy es soñar que alguien pueda pedirle cuentas a empresas que durante tiempo han sido mimadas, primero por el franquismo y luego, en democracia, por populares y socialistas, cuyos políticos tienen en su seno fantásticos retiros y puestos de consejeros muy bien retribuidos, lo que les pone enteramente a su servicio, para desgracia de toda la ciudadanía en general de este país.

Urko del Campo Arnaudas junto a una pintada que da testimonio de la lucha, nunca abandonada, del pueblo de Jánovas por su derecho a existir y por su dignidad

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