Solo se vive una vez: Del actor de voz barítona a la actriz que perdió su sombra


Por Don Quiterio 

  Todos lo recuerdan por su larga trayectoria con los hermanos Paolo y Vittorio Taviani en películas como ‘Padre padrone’ (1977), ‘La noche de San Lorenzo’ (1982), ‘Buenos días, Babilonia’ (1986) o ‘Tu ridi’ (1988).

     El italiano Omero Antonutti, de él hablo, acaba de fallecer en Basiliano, su pueblo natal enmarcado en Udine. A cierta severidad y firmeza que podía reflejar su rostro (para algunos, un actor insoportable, por tedioso y monocorde), siempre le ha acompañado la capacidad para modular su voz de barítono y bajo con infinidad de matices. Unos recursos que ya utiliza en su debut cinematográfico en 1966, un pequeño papel en ‘Noches placenteras’, junto a Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi y Gina Lollobrigida. A lo largo de su carrera, trabaja a las órdenes del italiano Luigi Comencini (‘La mujer del domingo’, 1975), el griego Theo Angelopoulos (‘Alejandro, el grande’, 1980), el chileno Miguel Littin (‘Sandino’, 1990), el belga Gérard Corbiau (‘Farinelli’, 1994) o el estadounidense Edward Burns (‘No mires atrás’, 1998). Del mismo modo, hay que reseñar su trabajo como narrador (‘La vida es bella’, de Benigni, o ‘El oficio de las armas’, de Olmi) y doblador, donde presta su voz a Christopher Lee en la trilogía de ‘El señor de los anillos’ o con el conde Dooku en la saga de ‘Star wars’.

  Antonutti desarrolla parte de su carrera en el cine español. Más allá de sus colaboraciones con Francisco Javier Rebollo, Pedro Olea, Jaime de Armiñán, Roberto Bodegas, Rafael Alcázar, Gracia Querejeta, Antonio Drove, José Miguel Ganga, Andrés Linares o Romá Guardiet, se le recuerda por ‘El sur’ (1983), filme de Víctor Erice sobre la novela corta de Adelaida García Morales, y ‘El Dorado’ (1987), ambicioso proyecto del oscense Carlos Saura, de cierta grandilocuencia épica, sobre los delirios del conquistador Lope de Aguirre, a la manera de las tragedias shakespereanas, del que el teutón Werner Herzog hiciera una película en 1973 con la jeta enloquecida de Klaus Kinski. El autor de ‘La caza’ se basa en parte en la novela del también oscense Ramón José Sender ‘La aventura equinoccial de Lope de Aguirre’ y le da el papel a un Antonutti con cara como de pan seco.

  También nos ha dicho adiós la actriz barcelonesa (de Manresa) Asunción Balaguer, siempre cordial y sonriente, esposa del gran Paco Rabal, “su Paco”, fallecido en 2001 y a quien conoce en la compañía Lope de Vega. Se casan durante el rodaje de ‘Perseguidos’ (José Luis Gamboa, 1952), su debut cinematográfico. A partir de aquí, la matriarca de un amplio clan artístico va enlazando películas de cineastas como Rafael Gil (‘La guerra de dios’ y ‘El canto del gallo’,1953 y 1955), Ana Mariscal (‘El camino’, 1960), Ricardo Blasco (‘Diego de Acevedo’, 1960), Armando Moreno (‘María Rosa’, 1964), Claudio Guerín (episodio de ‘Los desafíos’, 1969), Rafael Moreno Alba (‘Las melancólicas’, 1971), Antoni Ribas (‘La otra imagen’, 1972), Luis María Delgado (‘Loca por el circo’, 1982), Jaime de Armiñán (‘La hora bruja’, 1985), Emilio Martínez-Lázaro (‘Lulú de noche’, 1986), Fernando Trueba (‘El sueño del mono loco’ y ‘La niña de tus ojos’, 1989 y 1998), Alain Tanner (‘El hombre que perdió su sombra’, 1991), Jaime Camino (‘El largo invierno’, 1991), Ana Belén (‘Cómo ser mujer y no morir en el intento’, 1991), Pilar Miró (‘El pájaro de la felicidad’, 1993), Enrique Urbizu (‘Cómo ser feliz y disfrutarlo’, 1994), Javier Balaguer (‘Solo mía’, 2001), Dani de la Orden (‘Barcelona, noche de invierno’, 2015)…

  El paso de “la Balaguer” –apelativo con el que se la reconocía- por las series televisivas, más allá de los pioneros dramáticos ‘Estudio 1’ o ‘Novela’ –algunos de ellos dirigidos por el zaragozano Alfredo Castellón- , es igualmente extenso: ‘Teresa de Jesús’, ‘Gatos en el tejado’, ‘Juncal’, ‘Médico de familia’, ‘Hospital Central’, ‘Yo, una mujer’, ‘La casa de los líos’, ‘Gran Hotel’, ‘Los Serrano’, ‘Aquí no hay quien viva’, ‘La que se avecina’, ‘Pulseras rojas’, ‘Merlí’, ‘Los misterios de Laura’, ‘Chiringuito de Pepe’, ‘Olmos y Robles’…

  Durante más de su medio siglo de matrimonio, esposa fiel de un marido infiel, esta dama del teatro (Calderón, Shakespeare, Schiller, Ibsen, Miller, Wilder, Calvo-Sotelo)  relega en parte su faceta interpretativa hasta que enviuda, a los setenta y cinco años, y decide retomar su oficio artístico con renovado brío. Su “tercera vida”. Es, hasta entonces, la mujer sacrificada en el altar de la familia. Balaguer deja los escenarios al tiempo en que la estrella de Paco Rabal, su Paco, emerge en el cine. El rudo de la voz cascada. Alguien tiene que cuidar de los suyos. La carrera de Asunción, durante décadas, queda en ‘stand by’. Alguna aparición aquí y allá, pero sin continuidad, eclipsada por la figura agigantada del galán murciano.

  En ‘El hermano bastardo de dios’ (1986), desde el relato en off, José Luis Coll se convierte en la voz de su propia novela, llevada a la pantalla por Benito Rabal con la actuación de sus padres, su hijo Liberto (o Paco Rabal Cerezales, como aparece acreditado) y guion de Agustín Cerezales. Todo, pues, queda en familia en este mediocre relato de tema socorrido y cierta ingenuidad general, que intenta narrar con voluntad lírica una historia de mirada infantil durante la guerra civil española.

 

  José María Forqué la dirige en ‘091: Policía al habla” (1960), un algo deshilachado drama policial estructurado como película de episodios y de atractiva atmósfera del cineasta zaragozano. El calandino Javier Espada le dedica a la actriz un documental en 2013, ‘Una mujer sin sombra’, en donde sus recuerdos se entretejen en conversaciones con familiares y allegados (Sancho Gracia, Pilar Bardem, Ángela Molina, Patricia Reyes Spindola, Giuliano Montaldo, Pepe Viyuela o el lechaguino Luis Alegre), rememorando su amistad con Luis Buñuel y el éxito internacional de ‘Viridiana’, con una niña Teresa Rabal saltando a la comba. Y con Gaizka Urresti -cineasta vasco afincado en Zaragoza- protagoniza en 2014 el corto de ficción ‘Abstenerse agencias’, premiado con un ‘goya’, en el papel de una anciana viuda que recibe la visita de dos jóvenes interesados en comprarle su vivienda.

  Ha fallecido igualmente Nicolás Dueñas, padre de la también actriz Lola Dueñas. Actor fundamentalmente de teatro (‘Angelina o el honor de un brigadier’, ‘La marquesa Rosalinda’, ‘Hair’, ‘Toc Toc’, ‘Sabor de miel’) y de televisión (‘Cosas de dos’, ‘Los negocios de mamá’, ‘La banda de Pérez’, ‘Agente 700’, ‘Aquí no hay quien viva’), da sus primeros pasos en el Teatro Español Universitario de Madrid y desde la década de 1960 es un rostro habitual de TVE, especialmente en espacios dramáticos como ‘Estudio 1’ o ‘Teatro de siempre’. Debuta en el cine en 1966 con la película de Angelino Fons ‘La busca’, bienintencionada adaptación del original de Pío Baroja, un relato de intención social y formato realista que da inicio a la trilogía de ‘La lucha por la vida’. También de secundario trabaja bajo la tutela de Pilar Miró en ‘El crimen de Cuenca’ (1979), contundente alegato contra la tortura oficial y el abuso de poder, o ‘Gary Cooper, que estás en los cielos’ (1981), sensible retrato femenino cargado de notas autobiográficas de la propia realizadora, ambos filmes supeditados a la música del compositor turolense Antón García Abril.

  También ha fallecido la actriz madrileña Marta Santaolalla. Se introduce en el mundo del cine para doblar a actrices estadounidenses como Diana Durbin o Shirley Temple. Entre los años 1941 y 1954 participa en catorce películas, muchas de ellas dirigidas por Gonzalo Delgrás –‘Los millones de Polichinela’, ‘La condesa María’, ‘Cristina Guzmán’-, al lado de compañeros como Luis Peña, Isabel de Pomés, Miguel Ligero, Armando Calvo –tío abuelo del arriba firmante-, Manuel Luna, Lina Yegros, Rafael Durán, Margarita Robles, Alberto Romea, José Prada, Carlos Muñoz, Luis García Ortega, Ismael Merlo, Marta Grau, Alberto López, Luis Prendes, Consuelo de Nieva, Antonio Riquelme, Julia Lajos, José Isbert, María Dolores Pradera, Raúl Cancio, Manolo Morán, Félix Fernández, Mary Lamar o Fernando Rey. También trabaja a la órdenes de Luis Lucia –en su debut como realizador en 1943, con la modesta película de espionaje ‘El 13-13’-, Juan Perellada –‘Mosquita en palacio’- y Juan de Orduña –‘La vida empieza a medianoche’, ‘Yo no me caso’-, entre otros.

  El director de fotografía turolense Emilio Foriscot ilumina a Marta Santaolalla en ‘Tambor y cascabel’ (Alejandro Ulloa, 1944), sobre un argumento de los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez Quintero; ‘Estaba escrito’ (también de Ulloa, 1945), melodrama ambientado en Marruecos, y ‘Entre barracas’ (Luis Ligero, 1949), moralizante historia en torno a la integridad personal.

  Acabo con el doblador y actor catalán Arseni Corselles, también fallecido recientemente. Presta su voz al doblaje de actores como Sean Connery, Rock Hudson, Nick Nolte, Burt Lancaster, Christopher Plummer, Humphrey Bogart, Charlton Heston, Marcello Mastroianni, Burt Reynolds o Larry Hagman. Participa en algunas películas como actor: ‘Lo mejor que le puede pasar a un cruasán’ (Paco Mir, 2003), burda farsa esperpéntica según la novela de Pablo Tusset, o ‘Amor propio’ (Mario Camus, 1994), fallido drama con unos intérpretes poco ajustados, entre los que se encuentran Antonio Valero, Verónica Forqué, Fernando Valverde, Anabel Alonso, Antonio Resines, Ángel de Andrés o el zaragozano Carlos Ballesteros.

Artículos relacionados :