De Herat al Ara (Capitulo VII)


Por Gonzalo del Campo

   El título que recoge estos poemas y artículos “De Herat al Ara”, son una mezcla de realidad y ficción. Abarca un periodo de más de quince años.

     Aunque el eje vertebrador de esta selección esté cercano a la guerra o los conflictos, abarca también otros muchos  temas. Desde el año 2003, en un programa de radio llamado “La Máquina de Escribir” que, a día de hoy, se sigue emitiendo en Radio Sobrarbe, he ido desgranando estas reflexiones sobre asuntos que he considerado de interés o relevantes para escribir sobre ellos. Aunque puede parecer un cajón desastre en su temática, hay  un hilo conductor, que consiste en el punto de vista crítico que adoptan la mayor parte de los textos. Herat representa la parte más cercana a esa guerra permanente en la estamos inmersos desde hace mucho tiempo. Ara es el nombre del último río virgen del Pirineo, que tantas veces he paseado y disfrutado. En lo referente  a los textos sobre la guerra, que aquí se presentan, abarcan desde un año antes de la Guerra de Irak. Aparecen otros artículos relacionados con la Iglesia, los viajes, la literatura…

     Espero que puestos en el contexto en que fueron concebidos y escritos, puedan resultar de interés a los posibles lectores.

 

Seres de agua

Vivimos sobre un planeta azul.
Es el color del agua.
Un diminuto resplandor en un perdido rincón del universo.
Un agitado estanque circular del que un día salimos para poblar la tierra.
Hoy lo sabemos, cuando hemos logrado mirarlo en la distancia.
Fue nuestro primer espejo, donde cada rostro humano o animal, que se asomó a beber, se vio por un instante.
Todos los seres, que habitamos este oscuro rincón de luz prestada, tenemos algo en común, la sed.
Si algo nos anima a habitar un espacio de forma permanente es la certeza de la lluvia o la seguridad de que el agua fluye a nuestros pies, más preciosa que el oro, más necesaria que cualquier otra riqueza imaginable.

    Me reitero, aunque llegue a pecar de pesado, en lo del braguetazo de la Iglesia (y no es por volver a tocar el tema sexual, que también daría para largo).

  Si hubiese un abismo para los pedigüeños, irían a caer en él unos cuantos obispos, como en el sumidero de un desagüe.

   Lo mismo serviría para lo que les sobra de demagogos. Los «pobres» se conforman con el cero dos por ciento de no se sabe qué. Ellos no dejan de ladrar por menos del cero ocho por cien de los impuestos.

  Lo malo es que seguirán colándose hasta en nuestros bolsillos, no se sabe hasta cuando.

Vaya tropa que se no ha impuesto.

Y ya va para siglos.

Un abismo de tiempo

EL ABANDONO DE LA EXISTENCIA, 31.10.06

    Abandonar la existencia siempre es prematuro. Querríamos prolongar nuestra vida, a pesar de todo, mas allá del tiempo que nos ha tocado en suerte.

     Desde muy antiguo, los humanos rodean sus cadáveres de flores, alimentos y objetos que les han servido en vida, con la esperanza de que aún puedan ser útiles en ese lugar que ninguno de los vivos conoce.

    Se embalsama a los muertos y se les congela. En eso no hemos cambiado desde el Nenderthal. Deseamos que quede entre nosotros para siempre la inteligencia del sabio, el genio del artista único, el carisma de los hombres públicos notables, la fuerza vital de los deportistas más admirados…
Sabemos, sin embargo, que somos igual que las manzanas, o cualquier otro fruto que caerá del árbol, se sumará a la tierra y seguirá, de forma diferente, formando parte de un todo que no deja nunca de cambiar.

   Lo que no podemos soportar es la idea de dejar de ser protagonistas, de no seguir habitando un curepo que, en su día, resultó ser hermoso y nos proporcionó placer, de saber que el resto de humanos seguirá lo mismo sin nosotros, buscando una manera de prolongar la vida sin tener que abandonar de forma prematura la existencia.

DESDE LA ALTURA

 

    Imágenes nocturnas del planeta. Norteamérica y Europa rebañadas en luz, a vista de satélite. Oscura vastedad del corazón de África y la gran tripa de América del Sur. Se apiña la blancura en el extremo sur y este de Asia y a oscuras permanecen las estepas, los desiertos y las altas planicies del gran Tibet.

    La intensidad de luz en nuestro globo marca aquellos lugares donde más y menos pueden llegar a verse las estrellas.

    Sin duda, hoy somos más los que alumbramos de forma artificial la noche, incluso para adornar los monumentos y dar más valor a la postal que al inútil gesto del derroche.

    Guerras interminables por controlar la energía e iluminar cada vez más espacio de la noche.

   Junto a las costas atestadas de luces será difícil ver el tsunami lento al que ayudamos.

   Se apagarán un día, bajo el agua, las farolas de los malecones, se cubrirán las costas con agua de deshielo y no solo Venecia ahogará sus torres y palacios bajo el fluir del agua. Serán, en esas fotos tomadas desde el cielo, candelas apagadas por un tiempo en que urge a poner remedio, cuando aún es un deseo el no herir más este hogar del que no somos dueños.

 13-1-2007

EL PROYECTO

   Descartado aquel proyecto, hasta los más reticentes regresaron.

  Cuantos habían muerto y no verían como piedra a piedra, se volvían a reconstruir las casas, algunas incluso rematadas con chimenea de ligera toba, como antes.

   Volvieron los alborotados gritos infantiles, las fiestas y el bullicio veraniego, recorriendo el espacio entre la fuente y el cementerio. Aquel tramo de valle se consideró el paso natural entre parques, para no interrumpir de forma artificial el transcurrir de los jabalíes y los sarrios. Volvió a haber truchas en el río y su ribera quedó libre de urbanizaciones y pelotazos urbanísticos.

  También volvió la vida a los deshabitados pueblos colgados mirando al sur. Volvieron los molinos a voltear sus piedras y a dar luz a las menudas aldeas.

    Por fin liberados de la inoperante y exclusiva tutela de los organismos oficiales.

   Se aprovecharon los muros de cemento, construidos hacía décadas en los barrancos, para almacenar agua con que regar los huertos y frutales y permitir vivir a aquellos artesanos, nuevos campesinos y pastores, que limpiaban el monte en los inviernos y acogían a los respetuosos veraneantes, que recorrían uno a uno aquellos lugares vueltos a la vida.

    Tantos incendios y bosques arrasados trajeron al fin la cordura y el monte se mantenía limpio de maleza.

    El agua depurada volvía al río limpia y un ancho soto acogía las aves migratorias entre álamos, chopos, sargueras y hayas que nacían de semillas viajeras. Qué frescor exhalaba en el más fiero agosto la sombra de su seno, junto al río casi virgen.

  Por una vez el progreso no había consistido en huir hacia delante y acordonar el río de cemento y ladrillo, de obras que convertían los parajes en monótonas copias de ciudades.

  Se pensó en un principio, que al no haber agua en Levante, se podrían hacer allí campos de golf. Pronto se vio que era malgastar el agua inútilmente y acotar grandes espacios al disfrute de la gran mayoría.

   Por primera vez se decidió hacer caso a los indicios que mostraban al desierto más cerca de lo que parecía.

    Fue la libre iniciativa de pequeños proyectos para vivir sin excesivos lujos y también sin miserias la que hizo posible repoblar los vacíos, sin que hubiera detrás especuladores, ni ávidos negociantes, cuyo lema, que cautivó al principio a los incautos era: “Nuestro bienestar es tu futuro. Vende y olvídate. Todo lo demás corre de nuestra cuenta”

Febrero  2007

FOBYHIMPERIALISIS

   Siguen los bombardeos en Somalia.

   El pulso entre Irán y los Estados Unidos continúa. Este último país ha comenzado por dar vía libre para matar espías iraníes en territorio irakí.

   La impresión de caos en Irak se traduce en un continuo reguero de sangre

    José Mari sigue empeñado en ser la voz de su amo, emitiendo el parte de guerra, cada tanto.

   Cada vez se parece más hablando a Julio Iglesias.

   Ufano de codearse con magnates, o trabajar, más bien, a sueldo para ellos

   Como si hubiera despegado hacia Marte y se hubiera quedado colgado en otra galaxia, diferente a la que el resto habitamos

FOBYCLIMIA

(La unión de los negocios y la política. Inspirado en Mikel Moore)

   Creo que hoy en día no hay otro ejemplo mejor, por sus dimensiones, que el entramado de empresas que planearon y se benefician, aún hoy, de la invasión de Irak,

Lo primerou es prouteguer los bisniss y lo demas ya veremous?

  • Roumperemos el consenso de Kyoto para seguir trabajandou a nuestro modou, aunque sea seguir emporcando el planeta, lejos de nuestras costas.

  Hace tiempo que sabemos que el planeta solo es uno, aunque contenga muchas costas.

  Hay fenómenos globales, que abarcan la tierra entera en los efectos que provocan

   La corriente que conecta Noruega con el Pacífico, a lo largo de un recorrido de centurias de años, regula el clima en los océanos y sus costas

   La deforestación de Indonesia puede alterar el mantenimiento de una zona ecuatorial, entre el Índico y el Pacífico. Una cortina de vegetación, que retenía niebla y lluvia.

   Abrir muchos pasillos en las selvas, a la colonización de territorios, la cambia de forma rápida.

  Son, sin embargo los pulmones del planeta

   Aquellas selvas y también las nuestras.

 

FOBYsCONSTRUCTIONs

    La evidencia del cambio climático ya no es un argumento que haya que despreciar, cuando pensamos en urbanizaciones.

  ¿Por qué adoptar el modelo de crecimiento que criticamos en el Levante? 

  ¿Para ser nosotros quienes lo llevemos a cabo?

   El modelo es tan absurdo, de llevarse a cabo, aquí como allí.

    Es el modelo del vale todo.

    ¿Qué riqueza real genera el cemento?

    Los jóvenes comienzan a manifestarse a miles por no tener un piso, o un lugar decente e independiente donde cobijarse

   España, con mucha menos población, construye tantos edificios como Alemania y Francia juntas.

   ¿Para qué?

  ¿Cómo puede ser que uno de los mayores problemas del país sea la vivienda, si se construye tanto?

   ¿Acaso, gran parte de lo que se construye es puro objeto de mercado y no hay la mínima intención de que se habite?

    Los trabajadores de la empresa de Paco el Pocero, defendieron en la calle sus puestos de trabajo y estaban en su derecho.

  Pero, esos miles de pisos, digo yo, precisarán agua y energía.

    Le vemos las orejas al lobo, cuando Bielorrusia, espoleada por la determinación rusa de subir los precios del gas, decide cerrar las conducciones.

  A la vez cabalgamos en la cresta del consumo “ad infinitud”.

   Las conducciones de agua desperdician más de una tercera parte y, se piensa en ampliar la red,  en vez de mejorar la existente.

   Me parece una excelente prueba de la irrealidad que tanto nos caracteriza

   ¿Se puede comprender el deseo de cementar la costa a toda costa?

   Hemos convertido la construcción en una epidemia contagiosa

    En la que todos pierden el culo para edificar.

   La ley del beneficio impera de inmediato.

   No dejes vacío el terreno que puedas construir hoy.

   Aunque mañana hayas de comer cemento.

   La construcción de vivienda es el motor de un país de jóvenes que se van de casa a los treinta y cinco.

   ¿Queremos plagar el país de colmenas a las que llevar agua y energía?

   Ampliar el consumo ¿Hasta donde?

   Y yo me pregunto:

  ¿Estamos tontos o qué?

 

HÉROES

 

  La guerra dudo que haya proporcionado héroes. En todo caso pienso que la heroicidad estaría fuera del hecho bélico, porque matar o dejarse matar, sea con una espada o un AK-47 en la mano, es el absurdo, producto de las guerras. Los verdaderos héroes pueden estar entre los que sobreviven y les toca vivir cerca del odio o de la tentación de perdonar sin olvidar.

    Digo yo que incluso los héroes míticos como Hércules, Jasón o Aquiles, serían, en parte, asesinos ensalzados, si no fuera por alguna virtud que les hacía ser dignos de admiración. Esta no podía estar motivada solo por el despliegue de fuerza bruta, de astucia o de habilidad para manejar la espada.

 AMIGOS-ENEMIGOS

 

    La amistad suele durar más que el amor.

   Cuando alguien se enamora y surge el conflicto, tras la fase álgida del enamoramiento, es más difícil que sobreviva y deje, al menos el poso de la amistad como resultado de la ruptura. Se ve a diario el fracaso de las relaciones familiares y de pareja, que acaban en un desastre de reproches, rivalidades, celos, suspicacias, cuando no directamente, en violencia doméstica. Ésta, una vez que aparece, suele derivar en tragedia anunciada.

   La amistad aparece ligada a personajes literarios como Aquiles, quien llora amargamente la muerte de Patroclo y estalla en venganza.

    La lealtad de Sancho hacia Don Quijote es una muestra de la amistad que va creciendo, hasta aunar a los dos personajes en el empeño de “desfacer entuertos” y cambiar el mundo injusto por otro, más acorde con los ideales que el buen Alonso transporta a lomos de Rocinante.

    Si hablamos de amistades a lo grande, entre países, sabemos que siempre, hasta ahora, han sido temporales. Los países amigos reciben el nombre de aliados y las alianzas no han sido eternas en la historia precisamente.

   El interés por alcanzar un objetivo de dominio hizo aliado a Estados Unidos de Bin Laden y los talibanes. También de Sadam  en su lucha contra Irán.

    Estos, solo son ejemplo de conveniencia y utilización mutua por pura estrategia.

    En política internacional se juega con diferentes bazas y, en algunas, no parece importar que el amigo sea, temporalmente, el que luego vuelva la mano contra ti.

  La amistad que prevalece es la desinteresada, que surge, sin que haya una razón explícita y cuantificable. Nace una corriente de simpatía mutua inexplicable, que crece con el roce y se convierte en algo íntimo, sentido por igual entre los que la experimentan.

  Entre amigos, a veces, sobran las palabras, pero hay que alimentar la relación, aunque sea con guiños distantes, con cartas, con mensajes que recuerden que permanece viva, que no ha sido barrida por la desidia y el olvido.

   No hace falta tener muchos amigos, pero sí tenerlos buenos, saber que están ahí cuando necesitamos su presencia y su estímulo.

   La amistad, para serlo, debe estar a salvo del mercantilismo.

   No hay nada que esperar, aunque esperemos todo de un amigo.

   No hay nada que exigir, aunque pensemos que la amistad obliga.

    La amistad no puede nacer de otro seno que el de la libertad.

 

Manos

   ¿Qué sería de la inteligencia del hombre sin sus manos?

    Se sabe que liberar las manos de la servidumbre de estar siempre con las palmas en tierra posibilitó que el cerebro creciera. Tal vez permitió al hombre mirar más lejos de forma continuada, dominar, erguido, el horizonte.

    Los antiguos despreciaban el trabajo manual y no consideraban como tal el manejo de las armas.

   “Admiramos la obra pero despreciamos al autor” decía un gobernante antiguo.

    Para él un artista era un mero artífice, obligado a ganarse, de forma poco noble, la vida con sus manos, lo que para un soldado, un político o un orador era considerado una deshonra.

   ¿Para qué si no estaban los esclavos?

    Los hombres libres que se dedicaban a la arquitectura, la escultura o la pintura dependían de las obras por encargo para sobrevivir y pocos tenían eso que hoy tanto se valora, la libertad de creación.

   ¿Qué decir de artesanos y obreros, sometidos a la incesante rueda del trabajo, sin la posibilidad de cambiar su fortuna?

   Fueron sus manos, sin embargo, las que levantaron templos, palacios y tumbas, las que talaron bosques, desecaron pantanos e hicieron posible el riego de los campos.

   La historia convirtió en anónimas las manos, encumbró a los sacerdotes, gobernantes y soldados. Tan solo los escribas, poetas y galenos cabían en las crónicas que ellos mismos escribían y pasaban también a la posteridad, a la sombra de los grandes hombres, protagonistas indiscutibles de la historia escrita.

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