Por Alberto Ruffoni
Como burbuja en tu gin tonic
Como a una burbuja
sostiene un hielo
en tu gintonic,
me retienes.
Como al cielo
la atmósfera
limitada.
Como al vuelo
emigrante
las fronteras.
Como al celo
de una perra
sin ovarios
su ausencia.
Como el velo
a la belleza
musulmana:
caramelo
a las caries
de los niños
como anzuelo
a la abundancia
de los peces
y al locuelo
las rejas crueles,
manicomios,
cual consuelo
el lagrimal
del perdón:
como al duelo
limita el negro,
opresor,
y al anhelo
lo detienen
los recuerdos.
Como a una burbuja
sostiene un hielo
en tu gintonic,
me retienes.
De más pequeño tenía
un gorrión de mundos propios
de seguras y fieles manías
y gozo embriagante como el opio.
De más pequeño pensaba
que no abrazaría jamás la duda
y ahora me es difícil pensar sin trabas
de verbos muertos y lenguas mudas.
De más pequeño afirmaba
que fui más pequeño que entonces,
más ignorante en coloridas mudas
que arden ahora sin sentir la lava,
cual puñales y espadas que son onces,
de construcciones e ideas más rudas.