Por José Luis Lomillos Millán
Amplia es la exposición de pinturas y dibujos del prolífico artista Pedro J. Sanz en las tres salas de la Fundación Caja Rural
(C/. Cuatro de Agosto, Zaragoza). Inaugurada el 14 de Septiembre se podrá ver hasta el 3 de Noviembre en horario de 18 a 20 de lunes a viernes.
Pedro nace en Orea (Guadalajara), no lejos de las fuentes del Tajo, en 1952. Se recrió en Zaragoza donde reside desde 1963, accede a la Escuela de Arte, asistiendo a clases de dibujo y pintura durante tres años. Su formación posterior es autodidacta, evolucionando en la investigación de la naturaleza, que ha sido su constante fuente de inspiración. Fascinado desde siempre por la imagen, ejerció de fotógrafo e hizo alguna incursión en el cine amateur, de cuyo paso queda constancia en el logro del premio «Ciudad de Zaragoza Segundo de Chomón» por el corto De la Magdalena a la Azuda. Su verdadera pasión ha sido y es pintar. Presenta esta exposición en Fundación Caja Rural con la certeza y responsabilidad de hacerlo en un lugar mágico dentro del mundo de las artes.
Nadie mejor que el propio Sanz para explicar lo que podemos ver en esta ocasión: “Complicado es para un padre hablar de sus hijos sin caer en la complacencia paternal. Para un pintor sus obras son sus hijos, por eso su ecuanimidad y juicio crítico siempre estarán condicionados por esta realidad. Consciente de estos condicionamientos, intentaré explicar algunas de las claves para entender esta obra Silenciosa Danza. El contenido esencial es el análisis desde un punto de vista surreal de la dramática belleza del mundo «vegetal/animal» que danza, grita, llora para ser escuchado sabedor de su destino. Creo que en parte es un reflejo de mi mundo interior, de ese vínculo ancestral que todos en mayor o menor medida tenemos con la naturaleza. Por eso, estas formas danzantes cobran vida, se desvinculan como seres autónomos de la madre tierra de la que proceden convirtiéndose en espectadores de su inevitable destino, nacer, vivir, danzar y morir dejando en el recuerdo un quejido flamenco sordo y doliente.”
Pedro relata así la composición de esta muestra: “Esta exposición consta de dos partes: pinturas y dibujos. Los dibujos forman parte de una colección realizada en pandemia. Son impresiones digitales en tinta «sanguina». De alguna manera esta obra destila esa angustiosa vitalidad que produce lo irreal y nos estimula para seguir adelante. Las pinturas, realizadas entre 2022 y 2023, están concebidas para este espacio, pero sin olvidar los conceptos plásticos que, dentro de mí trayectoria, mantienen un compromiso coherente con un lenguaje surreal, también visible en exposiciones anteriores.”
El trasporte, desembalaje y montaje del material a exponer se realizó durante los días previos a la inauguración resultando, como casi siempre, un gran esfuerzo añadido para el artista y alguno de sus “satélites” que intentaban echar una mano. Hace ya muchos años el amigo Mauricio Aznar, cuando estaba con los Golden Zippers, contestaba así a una pregunta realizada por Joaquín Carbonell sobre sus próximos conciertos: “…aquí lo que mola es que te lleven, que te traigan, que te monten y que te paguen…” Pues eso… pero va a ser que no. El artista boceta, dibuja, pinta, enmarca, escanea, redacta, maqueta, expone, toca el bombo y los platillos, paga las Fantas de todo quisque, besa su mano señora y promete estarle siempre agradecido como Rosendo. Y es que para la mayoría de la gente que vive en esta especie de Matrix-Mundos de Yupi actual los “Artistas plásticos” somos unos seres que comen pintura, dibujan una un pollo asado cuando tienen hambre y beben el agua de limpiar los pinceles cuando tienen sed. Además nos teletransportamos y así no gastamos en combustibles, cuando vamos a comprar pintura nos la regalan y como no tenemos familia ni trabajo no tenemos otra puñetera cosa que hacer que pensar en pintar nuestras chorradillas para luego así hacer feliz a todo el mundo. En fin… Punto y aparte que me está subiendo la fiebre y me estoy desviando como siempre.
Afortunadamente gracias al esfuerzo combinado del artista, amigos y personal de la Fundación con el paso de los días las obras fueron ocupando su espacio, al igual que las luces de las diferentes salas y se pudo proceder a la portentosa inauguración de la Silenciosa Danza.
J. declara con orgullo que las pinturas, realizadas entre 2022 y 2023, están concebidas para este espacio expositivo, doy fe de ello pues en varias ocasiones pude visitar su estudio y admirar con mis propios ojos su proceso de producción. Cabría incluir un par de frases de textos de Fernández Molina y P. Hammond que aunque fueron escritos hace años para exposiciones anteriores entroncan en cierta manera con la obra actual:
Raíces como huesos. Palacio del Infantado, Guadalajara, 1993. […] “Pedro J. Sanz busca en el sótano de los tabiques mensajes de esqueleto de raza gigantesca, guantes en los bolsillos de los montes calcinados. Pisotones, miradas, pensamientos, vegetación de sentimientos históricos y presentes. Sí, sopla el vendaval sin agitar las hojas, sí, alas torpes del cielo raso echan raíces. ”Antonio Fernández Molina.
Crueldad piadosa. Fundación Maturén, Tarazona, 2003. […] “En las pinturas de Pedro J. Sanz la cosa se complica. Aquí, el antropomorfismo se hace más patente por el sombreado de filamentos flexionados a modo de músculos, tendones y articulaciones. Pero a su vez hay algo que es más ambiguo. Los bultos polisémicos de los dibujos se convierten en esferas ciegas. Además, estas esferas son más orgánicamente primitivas, más vegetales: esporangios. De nuevo la evocación de lo asexual, pues un esporangio es una vaina que contiene esporas sin género. ” Paul Hammond.
Finalizo esta reseña con una pequeña frasecilla en Patués, puesto que en el Pollo siempre han convivido todas los idiomas oficiales y no oficiales y además todos hemos nacido con don de lenguas: “Kuento kontáu, per la chuminéra en t’álto se’nanáu.”
La página del autor: http://lomillos.wixsite.com/joseluislomillos
