Italia: Pecador de piedra


Por José Joaquin Beeme

     Un tipo andrajoso, de mirada lunática, vaga como ausente por las calles de Florencia, entre la espesa humanidad romana.

Por José Joaquín Beeme
Corresponsal del Pollo Urbano en Italia

   No es que yaga en la indigencia, recibe sus buenos dineros porque hace hablar, hábiles sus manos cuanto ávidos sus ojos, a las piedras, pero está siempre en ascuas, combatido por una familia gorrona, garzones dignos de toda sospecha, recelos y zancadillas del mundillo artístico y posesivos comitentes, enzarzados en continuas lites por arramplar un milímetro de inmortalidad mineral. El Miguel Ángel de Konchalovsky es rudo y malcarado, desaliñado, hosco, temperamental, rabioso, menos fuego divino que vendaval humano: Pecado – Furor huye, declaradamente, del cromo, de la historia ilustrada, del cine-arte, para respirar con el atrabiliario toscano la miasma de unas ciudades infectas, el polvo de la marmolina, el sucio lustre de unas monedas huidizas, el sudor que en sangre enjugan los canteros. Beneficiada de un actor de aserrado rostro pasoliniano (Alberto Testone), lejanísimo del superhombre Heston en El tormento y el éxtasis, la película revive las guerras entre Médicis y Della Rovere: Sixtina versus tumba faraónica, el boato papal frente el tabernario ambiente de las botegas, las cortes renacentistas, sibilinas, y las comunas artísticas, navajeras, Buonarroti calcando los pasos de Dante, y se empeña en una reconstrucción casi documental de la extracción de bloques de mármol, por auténticos picapedreros reclutados como actores, en la cantera Henraux del monte Altísimo, uno de esos ciclópeos bocados que en torno a Carrara ponen un caprichoso festón de falsa nieve sobre los Alpes Apuanos (que, a pesar de su nombre, pertenecen al somontano apenínico). De manera que la operación, para el viejo moscovita avezado —como su hermano Nikita— en coproducciones con Italia, podría considerarse un éxito. Si no fuera porque, contrariamente a sus aspiraciones de desnudez o esencialidad desmitificadora, incurre en diálogos escritos a posteriori donde una vez más se pasea el genio y, como colofón, se aviene a cerrar la historia con una galería fotográfica de obras maestras que desvían la película al ámbito de RAI Scuola.

Página web de la Fundación del Garabato
www.fundaciondelgarabato.eu

Artículos relacionados :