Chile: Verano en Chile

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Por Klaus Dillemberger

    Si aquí en Santiago de Chile te mantienes al tanto de los acontecimientos mundiales por Internet,  inevitablemente te invade la sensación: «que lejos está todo aquello”.  Las atrocidades del estado islámico, la avalancha de los refugiados en Alemania…

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Klaus Dillemberger
http://notas-de-un-emigrante.blogspot.com.es/

Corresponsal del Pollo Urbano en Chile

…el panorama político en España después de las elecciones, que aquí no le importa a nadie un pepino, aparte de los 150.000 refugiados económicos españoles en busca de pan, todo ello aquí está leeejos. Y es cierto, a pesar del world wide web. Chile es una isla en los confines del mundo. Bueno, no tanto como las islas de pasqua, donde los habitantes a lo largo de los siglos mataban el tiempo tallando caretos en cientos de pedruscos del tamaño de una casa.  No, Chile está en el continente, pero a pesar de ello apartado: protegido en el este por la cordillera de los Andes, con una altura de 4000 metros como media. Puesto a comparar, el Aneto queda como una colina. Como para que lo cruce Aníbal con sus elefantes. En el norte el desierto, tan grande como seco como caluroso. La radiación solar más alta del mundo mundial. Por ello aquí proliferan los parques solares de tamaño multimega. En el oeste, el mar, el pacifico que se le dice. No lo es, es más bien rebelde y cañero. En el sur, el hielo eterno. Bueno, eterno, mientras le deje el cambio climático. En fin, sí que Chile es algo como una isla. Pero el mundo más allá tambien está presente aqui.

     En uno de los días festivos recientes y gracias a una amiga chilena estaba yo invitado a una comida. Los comensales eran unas  diez, doce personas, todos rozando o superando los sesenta años. Madre mía, había como poco 200 años de exilio reunidos en la mesa, todo el mapamundi estaba presente. Exilio en Méjico, EEUU, España, Francia, Escandinavia, Rusia, las dos Alemanias, Italia, hasta China. Todos hablaban por lo menos tres idiomas, algunos seis o siete. Una velada tremendamente poliglota. ¡Qué nivel! Estaba impresionado y me sentía honrado poder participar.

  Después del golpe militar de Pinochet en el 73, un 10% de la población chilena abandonó su país, entre un millón y millón y medio de personas. Todos comunistas, como les gusta reseñar a los conservadores. Pero no, convertirse en refugiado, en exiliado, era muy fácil. Sólo un ejemplo: Una de los presentes en la mesa había estudiado derecho y encontrado su primer empleo en un juzgado militar. Cuando el golpe, estaba de vacaciones. La llamaron a filas, claro, era empleada militar, al fin y al cabo. No quería volver ya que era perfectamente previsible que lo que iba a  tocar ahora, con derecho tenía poco que ver. No volver era deserción y castigado con pena de muerte. Así que a Argentina a escondidas. 23 años de exilio.  Así de simple. Casi todos en la mesa tenían historias similares.  

   Por supuesto que uno se acuerda de los sirios de ahora, es inevitable. Pero los Sirios no solo se lo tienen que ver con un dictador, para colmo se les completa el panorama con un puñado de grupos rebeldes y fanáticos que compiten con el dictador en crueldad. Ahí las balas y las bombas les vienen de todos los lados. En esa situación no queda más que: salvase quien pueda.  Suerte para los desesperados que en este momento manda en Alemania una mujer que abrió sus brazos y sus fronteras para dar cobijo a la oleada de personas que buscan sobrevivir. A veces es mejor que mande el corazón que la razón, por muy difícil que resulte.

    Pero como decía, aquí estamos bastante lejos de todo aquello.  Por fin y a pesar de los caprichos del niño, estamos en verano y las calles y plazas se llenan de vida. Los fines de semana siempre hay marcha en alguna parte, en un parque, en una de las plazas. Conciertos, ferias,  jazz debajo de los olmos, pilates público en una pradera,  lo que toque.  Muy de moda y siempre presente en los eventos está la hostelería móvil. La vieja Combi de Volkswagen se lleva la palma como vehículo multiuso y da a los actos un aire hippie nostálgico de los años 70. En uno de los eventos callejeros me he dedicado a sacarles unas fotos  en modo de homenaje a los modelos más curiosos:

    La Combi invita a juegos de palabra: aquí tenemos la Combinala, ofrece Hamburguesas y  perritos calientes  y los ingredientes te lo pides tú como quieres, pues eso- combínala:

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   La Kombicrepes oferta, tal como indica el nombre, Crepes en todas las variaciones, la más popular es la de crema de chocolate «Nutella». Es que a los chilenos les mola el dulce:

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   El que prefiere  lo picante, se acerca a la Kombitaco y se despacha a gusto hasta que le arde la boca:

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    Al gourmet le espera la Combi Santa Gula con sus delicatessen:

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   Tanta comida da sed.  Claro, como no. Pues nos vamos  corriendo a la Combi Chopera, uno de los modelos más alucinantes: Los grifos de cerveza instalados en la propia chapa de la Combi, la camarera sirve las birras de medio litro, mientras el patrón en el asiento del conductor se dedica a cobrar 2500 pesos por cada una, que son unos 3 € y medio:

159klaus5     Cuatro tipos de cerveza para elegir.  Me encanta y no descarto para nada que dentro de unos años vaya recorriendo las playas españolas con un vehículo así para mejorar la mísera pensión que me tocará de jubilado.

     Ah, y si falta suministro, en seguida viene el servicio bici-barril para reponer…

159klaus6     Tremendo. O sea, ¿esto es el tercer mundo???

 

    Para rematar, la última copa en el Chillout Cocktail Bar, muy elegante:

159klaus7   Aquí, el pisco sour, la caipiriña o el infalible batido de frambuesa. ! Salud!

     Viva la Kombi

   Solo el espresso se sirve, como es debido, desde un triciclo de Vespa, auténtico estilo italiano:

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