El bolso de Danuta


Por Esmeralda Royo

    “La Mujer del Bolso”, que con el tiempo sería elegida fotografía del año por la Sociedad Fotográfica Histórica de Suecia, fue tomada por Hans Runesson…

…el 13 de abril de 1985, pero para entender la imagen hay que retroceder cuarenta años. Quizás así nos demos cuenta que no se trató, como reflejaron algunos tabloides suecos e ingleses, de la muestra de intolerancia de una desequilibrada y que la historia tiene recovecos, puntos ciegos y no es solamente el relato cronológico de los acontecimientos.

    Según El Museo del Holocausto de Washington, que rinde homenaje a todas las víctimas del delirio nazi (judías o no), entre 15 y 20 millones de personas murieron o estuvieron recluídas en los campos de concentración.  De los 3 millones de judíos polacos solo sobrevivieron 300.000. Una de  ellas fue la madre de Danuta Danielsson, rescatada en unas condiciones tan penosas que pensaron que no sobreviviría.  Logró hacerlo y tras meses de recuperación regresó a Polonia.

   Nacida en 1.947, Danuta fue, según sus conocidos, una chica enérgica y positiva durante su niñez y adolescencia.  Amante de la música, conoce en un concierto de jazz al que sería su marido, un ciudadano sueco con el que se traslada a vivir a la ciudad de Växjö. Es entonces cuando la ansiedad y depresión, que posiblemente estaban latentes y que ya no le abandonarían, se hacen más visibles hasta el punto de ser necesario su internamiento en un hospital psiquiátrico.

    Nunca se sintió cómoda en Suecia, el país al que le gusta pensar que está lleno de buenos suecos, amables y tolerantes y que en ese momento ya habían olvidado que su país fue neutral en el peor momento para serlo: durante la segunda guerra mundial. Guardó un dificil equilibrio moral entre la ayuda que prestaban a sus vecinos escandinavos y judíos refugiados, por una parte, y los negocios que nunca dejaron de hacer con el Reich, por otra. Eran de tal importancia que Hitler consideraba mucho más rentable la colaboración que la ocupación. Además, el Fuhrer mostró admiración por Suecia, país pionero en legislar sobre eugenesia para mantener la higiene racial y que siguió practicando esterilizaciones forzadas,  para preservar “la pureza de la raza nórdica”,  hasta 1.975.

   En aquellos momentos resucitaban grupos de ultraderecha por toda la Europa democrática que había ganado la guerra y en la permisiva Suecia era frecuente ver al Partido del Reich Sueco (la denominación no es ambigüa ni lleva a la confusión), desfilar por las calles y montar unas fiestas que solían terminar con algún transeunte, ajeno al “jolgorio”, herido o asesinado.  Esto fue antes de que estos mismos fundaran el actual partido Demócratas Suecos y sus militantes cambiaran el aspecto skin por el traje.

   El 13 de abril de 1.985 el fotografo Hans Runesson estaba cubriendo una de estas manifestaciones cuando vió que una mujer irrumpía en la manifestación y, con gesto enfurecido, se disponia a golpear con su bolso y por detrás a uno de ellos.  El cabeza rapada, ignorante de lo que iba a ocurrir, desfilaba ufano, mirando al frente, con gesto marcial, uniformado con la preceptiva cazadora bomber y portando una gran bandera. La expresión asombrada de otros manifestantes demuestra que están viendo por primera vez a alguien que no les tiene miedo.  El único testigo impertérrito del acontecimiento es un Mupi urbano que anuncia un próximo sorteo a celebrar el 2 de Mayo.

   La policía pasó de escoltar a los nazis (algo muy común en todo tiempo y lugar), a proteger a Danuta, que entonces tenía solo 38 años pero parecía mucho mayor como consecuencia, posiblemente, del tratamiento al que estaba sometida.

   La fotografía se hizo famosa en Suecia y algunos titulares de prensa emitieron su veredicto: “Inadmisible la violencia contra manifestantes inocentes” o “No nos gustan los nazis, pero no aceptamos que una persona golpee a otra porque no le gusta”.  La prensa inglesa tampoco quiso ir más allá en sus análisis, desatando una campaña de insultos. Danuta no quiso polemizar y se negó a conceder entrevistas, pero todo fue en vano.  El hostigamiento y acoso hacia ella que, si bien no tenía miedo a una manifestación nazi era muy vulnerable psiquicamente, la llevo a terminar con la depresión.  En 1.988 la prensa sueca informó de que una mujer se había arrojado desde los depósitos de agua de la ciudad.  Fue identificada como Danuta Danielsson, de 41 años de edad.

    Lo cierto es que la imagen es tan poderosa que no tardó en convertirse en icono de la lucha contra la ultraderecha y en 2015, cuando parecía que la mujer del bolso había sido olvidada, la escultora y pintora Susanna Arwin, especialista en reflejar en sus obras la simplicidad fundamental, la franqueza y el coraje civil, realizó una estatua en su honor. 

    No faltaron las voces que se negaron a erigirla en una calle de la ciudad.  El autor de la fotografía no estaba de acuerdo ya que pensaba que no reflejaba el contexto.  El lider del Partido del Centro (convertido en el partido político más rico del mundo tras vender el grupo de medios de comunicación del que era propietario), se mostró escandalizado porque “su exposición pública podía incitar a la violencia”. 

    Fueron convocadas manifestaciones populares por todo el país e incluso las calles se llenaron de bolsos colgados en árboles y balcones.  En 2019, venciendo todas las presiones políticas y mediáticas, fue inaugurada la estatua en la misma calle de Växjö donde Danuta golpeó al manifestante nazi.  Hasta la fecha no ha sido motivo de incitación a la violencia.

   El diario Dagens Nyheter publicó: “Probablemente ella sabía mucho más acerca de lo que es el nazismo que el cabeza rapada.  ¿Quién tiene el derecho de ofrecer resistencia y cómo?.  ¿Y cuándo?

   Si os preguntáis por el receptor del bolsazo: Se llamaba Seppo Seheska, no sufrió herida alguna y su trayectoria de “manifestante inocente” duró poco.  Unos meses después fue condenado por torturar y asesinar a un judío homosexual.  Cosas de nazis.

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