A los hombres buenos / Crista Navarro


Por Crista Navarro

  Qué buenos sois los hombres buenos. Os amamos porque vosotros nos amáis, nos respetáis y no tenéis complejos porque rezumáis seguridad.

   Os apasiona cada conversación que mantenemos porque en cada una de ella descubrís magia, sabiduría, conocimiento y perspectiva. Sois buenos porque sabéis que encontráis en nosotras el complemento perfecto a vuestro ser. Vosotros, los que cada día apoyáis la causa feminista, sois buenos porque no teméis esa palabra ni su significado, ni creáis otras palabras feas con ella, porque sabéis que justamente eso no es de ser bueno. Vosotros, los buenos, nos miráis con agradecimiento por haber pasado nuestra vida cuidando de la familia de la que venís, de la que habéis formado con nosotras y de las futuras que se crearán. Nos habéis apoyado tanto que también a nosotras se nos llenan las miradas de gratitud. Los hombres buenos nos queréis a vuestro lado para que trabajemos codo con codo junto a vosotros, sabiendo que nuestras mentes funcionan de manera idéntica si formamos equipo. De hecho, los hombres buenos os sabéis necesitados de nuestra ayuda, cooperación y compañía para que todo fluya del modo correcto. Y es recíproco. O sería bonito.

     Supongo, hombres buenos, que os debo una disculpa: ya se que a veces os hacemos sentir personas non gratas, pero no es culpa nuestra, sino del miedo que nos atenaza en alguna ocasión, porque resulta que entre vosotros hay unos cuantos hombres que son muy malos, y más de una vez nos hemos topado con ellos. El caso es que se parecen mucho al resto de vosotros, pero son distintos por dentro. Los hombres malos nos tratan como si fuéramos otra cosa que no sea una persona, ni tan siquiera algo vivo. Durante años han estado amparados por unas leyes y una sociedad que les permitía insultarnos, agredirnos, violarnos, humillarnos, minusvalorarnos y, además, hacer algo común de esa actitud deleznable. Común y aceptado. Y silenciado. Y se ha bromeado con ello también.

      Hace un par de décadas pensamos que el asunto iba a mejorar, porque la clase política había decidido ponerse de nuestro lado y procurar una serie de leyes que nos amparasen, así que ese tipo de violencia se iba a erradicar porque las penas iban a ser duras, durísimas, y de ese modo los hombres malos iban a echarse atrás antes de dar salida al monstruo que llevan dentro, pero nos mintieron. Igual que nos mienten en todo, aunque doliendo más. A los hombres malos les da igual eso y no sirvió de mucho. Siguen maltratando cada día. Y matando. Y no pasa nada. Ahora vivimos una época en la que estos comportamientos se intentan evitar desde la infancia, para eso está la educación. A mi me gustaría que se tomaran muy en serio en el ministerio correspondiente y en los centros de enseñanza este asunto, y también en el núcleo familiar, porque van a ser los comportamientos que se den en esos dos ámbitos los que marquen la diferencia y así, poco a poco y por fin, esta mierda que tenemos sobre nuestra cabeza desaparezca y todo esto quede como un terrible recuerdo.

     Hombres buenos, ayudadnos en esta lucha como nosotras lo hemos hecho en vuestras vidas.

      Se ha celebrado el 25N. El mismo día otra mujer fue asesinada en nuestro país a manos de un hombre malo. Que sea la última.

Artículos relacionados :