Pollerías (marzo)


Por Martín Ballonga

    ¡Un éxito sin igual del Pollo Urbano!. Una sección  con píldoras, runrunes y comentarios que nos llevaran por pequeñas pistas a caminos de interés asegurado para nuestros lectores ¡No te las pierdas!

 

Después de catorce años de andadura en la calle Blancas, Los Portadores de Sueños acaba de echar la persiana definitivamente. Sus propietarios, la pareja Eva Cosculluela y Félix González –este conocido  como el doctor Bacterio-, no ha podido superar los inconvenientes económicos. Ha sido, para qué negarlo, la librería mimada por el núcleo duro cultural zaragozano, o sea, los castros, meleros, sanmartines, menas, alegres y así. Y acaso sin pasar por caja. O también, vaya usted a saber. Mucho ruido y pocas nueces. Ahora tendrán que buscarse otro rincón literario de referencia. Los posibles candidatos ya están temblando.

  El propio padre Melero, sin ir más lejos, echa balones fuera, por si acaso: “Esa librería es parte importante de mi vida y esos libreros se convirtieron en amigos muy queridos. Un día, al poco de abrir, Félix Romeo entró a comprar allí. Nació en ese momento entre ellos una imparable corriente de simpatía y nuestro gordo preferido decidió meterlos en nuestras vidas. Como para no hacerle caso. En su librería he presentado muchos de mis libros y allí he conocido a grandes escritores. Nos han dado mucho y apenas nos han pedido nada, como hace la gente que te quiere de verdad. Por no pedir, ni siquiera me pidieron nunca que comprara allí mis libros, pues ellos sabían que yo era cliente de Pepito Fernández desde que este estaba de dependiente en la librería Muriel, antes de fundar Antígona, o sea, desde la prehistoria”. Pues eso, el núcleo duro. ¡Tiembla, Antígona!

  En términos abstractos, una ciudad también es el afortunado e infrecuente rincón del mundo en el que confluyen la libertad y las opciones. Al sector cultural hay que darle por supuesta la creatividad. De todos modos, algo no encaja, pese a que también han cerrado recientemente las prestigiosas librerías Semuret (Zamora) y Goya (la más antigua de Madrid). Nos alertó nuestro jefe de redacción cultural, gran conocedor de la lengua de William Shakespeare: “Hace unos días, la prensa inglesa nos informaba de que, tras más de dos décadas de cierres y desapariciones, el número de librerías independientes había aumentado en 2018, por segundo año consecutivo”. Ahora solo falta que los ciudadanos respaldemos nuestras opiniones con billetes. Es el mejor modo de conseguir que las ofertas cuajen, combatiendo la transformación de las ciudades en ordenados espacios residenciales donde la libertad confluye con el aburrimiento.

  Un desconocido, en la presentación de un libro, le recordó a Luis Alegre la sentencia de Henry Adams: “Un amigo en la vida es mucho; dos son demasiado; tres son imposibles”. Y, al instante, el lechaguino se hizo íntimo del sujeto. Otro más al zurrón. Este Luisito es un santuario de amigos. No tiene remedio. ¡Hasta compró -de saldo, eh, de saldo- el diván rojo de Los Portadores!

  En una reciente entrevista, Luis del Val se explaya religiosamente: “De niño, la plaza del Pilar era una zona ajardinada, a donde me llevaba mi madre a jugar, porque vivíamos cerca. Muchos días, íbamos a buscar a mi padre, que trabajaba en un comercio a cien metros del Pilar; luego entrábamos a ver a la Virgen y volvíamos a casa. En los últimos años de la vida de mi madre bajábamos hasta El Pilar y, en la basílica, me apretaba con fuerza la mano. Para mí, la Virgen del Pilar es como de la familia. Además, la columna que sustenta a la Virgen, de mármol, puede besarse por detrás. Y, de tantos besos, se ha horadado de mármol. ¿Hay alguna manera más bella de rezar?”. Sí, Luisito, con esta jota que dice así: “Entré un día a ver la Virgen / y como no sé rezar / canté una jota ‘espacico’ / y vi a la Virgen llorar”. Ya lo dijo Salomón, lo mejor de la misa es el sermón.

  Nos ha gustado mucho la reciente película argentina ‘Mi obra maestra’, de los hermanos Duprat. El protagonista es un pintor mayor, un hombre que se relaciona con los demás solo en la medida en que le sirven: de su galerista quiere dinero; su novia solo le interesa para follar; tiene un hijo del que no se ha hecho cargo… Desprecia al ‘establishment’ con un discurso y unas actitudes que resultan infantiloides. No tiene escrúpulos: con tal de conseguir lo que le conviene, no retrocede ante la grosería, la mentira, la manipulación o la estafa. ¿Cómo termina esta fábula? Con el pintor en cuestión convertido en rico y famoso, celebrado por un público admirativo que le ríe las gracias, encontrándole irresistiblemente simpático. ¿A quiénes nos recuerdan?

  Ya puede espabilar el presidente del gobierno Pedro Sánchez ante todos los frentes que le toca lidiar y donde todo el mundo practica la intolerancia: la izquierda puritana, la derecha dura, el nuevo feminismo, las redes y los amos de la patria. No sea que le pase como al ciclista de Buñuel en ‘El perro andaluz’. Ya saben, ese que se abre el cráneo en el bordillo.

  Lo escribe Antoni Soler Vicens en ‘La Vanguardia’, en la página dedicada a los lectores: “Leo con perplejidad el artículo firmado por el presidente del gobierno de Aragón, Javier Lambán, acerca del aniversario del traslado de las obras de Sijena, en todo momento escrito con un sesgo eminentemente político y nunca conciliador ni cultural (‘Sijena, la verdad y el Estado de derecho’). No hace mención a algo tan sencillo como la existencia del obispado de Lleida anterior a la creación de los actuales límites geográfico-políticos de Catalunya y Aragón, donde se encontraba, entre otras poblaciones, Sijena y su monasterio”. Ya decía Bukowski que cuando el amor es una orden, el odio se puede convertir en un placer. Sea como fuere, Lambán ha decidido, ante el mal estado de las piezas entregadas, llamar a Cecilia Jiménez, la del Eccehomo, para su restauración.

  La localidad turolense de Olba (225 habitantes), donde hace cien años nació Manuel Pertegaz, va a abrir el primer museo dedicado al modisto. “Si algún día hay un museo dedicado a Pertegaz debería estar en su tierra”, defendía la sobrina del diseñador, Dione Caus Pertegaz, quien ha donado en nombre de la familia una colección de más de quinientas piezas. La iniciativa, que cuenta con el apoyo de diferentes personalidades de la industria, tendrá su sede central en Teruel y otra subsede en Olba. Teruel, al fin, existe.

  El centro Botín de Santander, en colaboración con el museo del Prado, ha presentado una nueva catalogación de cartas de Francisco de Goya, que aportan luz sobre el genial pintor fuendetodino sobre su bisexualidad. La conservadora de la pinacoteca, Manuela Mena, ha revelado la nueva “interpretación contrastada” de su correspondencia –un baúl de conjeturas- con su “amigo amoroso” Martín Zapater, un comerciante aragonés de ideas ilustradas. A los dos los saca del armario. Y qué más da si fue o no homosexual. O hermafrodita. O transexual. Qué suma o qué resta a su obra. Parece que las dichosas cartas excitan la fantasía de los ‘luperos’ de la entrelínea. Ya decían los antiguos aquello de “hacer a pluma y a pelo” o “gustar la carne y el pescado”… Y a nosotros, como en aquel diálogo de la película ‘Lo que el viento se llevó’, nos importa un bledo, queridos.

  Las últimas investigaciones de los expertos, bisexuales o no, también han quitado a Goya, además de su masculinidad, la autoría de seis dibujos y le han reconocido uno, el boceto para la pradera de San Isidro. No sabemos si el pintor aragonés se habrá removido de su tumba, pero es que ni a los muertos se les deja descansar en paz. Qué poco dicen los expertos, bisexuales o no, que en el documental de Germán Roda ‘Goya siglo XXI’ aparecen dos pinturas en primer plano que no son del aragonés (son de un pintor francés), mientras una voz en off  explica que “todo lo que Goya pintó puede ser entendido como la España de siempre”. Pues eso, “a dios pongo por testigo”…

  El actor zaragozano Carlos Valledor interpreta a Drácula en ‘Vlad, el musical’, de gira por España. Sabido es la fascinación de las mujeres por el mordisco del personaje, pero hoy buscaría donantes de sangre (buena o mala) en las redes sociales. Y tendría su propio reality. Le iría bien un formato tipo ‘MasterChef’. Sin ajos, claro.

  Se ha reeditado el volumen ‘Chascarrillos baturros’, de cuatro cuadernillos, aparecidos a principios del siglo XX (bajo el título ‘Historietas y cuentos baturros’). Publicados por primera vez en Barcelona, los editores de Taula, con prólogo de Dionisio Platel, han querido recuperar esta colección de breves relatos llenos de humor. Todavía hoy, después de cien años, el humor baturro tiene muchos seguidores. “¿Y pa qué quedrán en Zaragoza media camisas?”. Ya lo dijo Salomón, que contesten los de Oregón…

  José Luis Soro ha soltado este lugar común: “Somos lo que comemos”. Las implicaciones y simplificaciones que se derivan de esta frase nos parecen bochornosas. Concentrarnos por defecto en las cosas que consumimos es un ejercicio de reduccionismo insultante. Algo de esto intuyó Luis Buñuel en ‘El discreto encanto de la burguesía’.

  No se pierdan el filme argentino ‘La quietud’, de Pablo Trapero, alumno aventajado de Luis Buñuel. Porque, como en ‘El ángel exterminador’, los personajes parecen estar encerrados en un absurdo y ninguno es capaz de abrir la puerta e irse. Están atrapados en una red endogámica y claustrofóbica donde todos tienen un discurso que nada tiene que ver con lo que está sucediendo y que es una herramienta de protección. Las dos protagonistas, además, son como Carole Bouquet y Ángela Molina en ‘Ese oscuro objeto del deseo’, ya que juegan a confundirse en la memoria del espectador como las hermanas idénticas que son. O parecen serlo. Un espejo que se refleja en otro espejo. Como estas ‘pollerías’.

Artículos relacionados :