Por Lolita Piedrahita
Fotografías: Rafael Esteban
El pasado día 23 de Mayo, en la sala Ámbito Cultural de El Corte Inglés (Pº de la Independencia, 11, Zaragoza), se presentó el libro «Excursiones con niños por el Pirineo aragonés».
El libro que pertenece a la colección “A tiro de piedra”, de la Editorial Sua ha sido eleborad por el tamdem Lukas y Eduardo Viñuales. El niño tiene solo ocho años, pero ya es un experto conocedor de las montañas pirenaicas, que ha recorrido con su padre, el naturalista, escritor, amigo y colaborador del Pollo Urbano, Eduardo Viñuales.
Ambos han realizado juntos los 32 recorridos, muy adecuados para niños, que nos proponen en el libro que presentan el miércoles 23 de mayo, a las 19.30, El libro se llama “Excursiones con niños por el Pirineo aragonés” y, según afirma Eduardo Viñuales, se trata de “rutas sencillas y educativas más pequeños de la familia disfruten de paisajes naturales y aventuras inolvidables en el valle de Ordesa, en el cañón del río Vero o en los ibones del valle de Benasque”.
Cada propuesta dispone de su mapa; además, las excursiones van acompañadas de “Apunte de Lukas”, donde es el niño quien da consejos, recomendaciones y nos aporta algunas claves de cómo es la visión infantil de estos maravillosos rincones de la naturaleza pirenaica ¡Enhorabuena a los autores!
«El mes pasado, con motivo de la publicación junto a mi hijo Lukas de una guía de excusiones para niños montañeros por el Pirineo Aragonés, dije en El pollo urbano que próximamente os contaría por qué salir con los más pequeños a la naturaleza y a la montaña.
Algunos desconocedores de este mundo “salvaje” pueden llegar a pensar que es peligroso, e incluso insensato. Sin embargo yo sostengo la tesis de que la naturaleza es una de las más hermosas escuelas del saber que los niños pueden encontrar.
Cuando mi hijo Lukas tenía unos pocos días de edad, en agosto de 2003, ya viajé con él a los valles del Pirineo Aragonés. Era un verano muy caluroso en Zaragoza y quería que desde recién nacido respirara el aire limpio de las montañas y que sintiera el ambiente fresco de las alturas.
Debido a mi afición por la montaña y a mi trabajo en la naturaleza, Lukas pronto aprendió desde muy pequeño, sin saber ni tan siquiera andar, a mirar y a contemplar el mundo salvaje que le rodeaba, muchas veces desde la “silla-mochila” con la que los papás cargamos en nuestras espaldas a los nenes en sus primeras “caminatas”. Él miraba, se fijaba, luego hablaba… y en muchas ocasiones se quedaba dormido como si nada.
Con trece meses Lukas aprendió a caminar. Fue un gran momento esperado, deseoso de que bajara de mi espalda, ya maltrecha y dolorida de tantas pendientes cargando su peso montaña arriba. Pero creo que ya para entonces el mundo natural, el de las flores, los animales, los colores y olores del bosque… le habían cautivado por completo. La naturaleza ha sido para mi hijo una gran escuela repleta de curiosidades, que con 8 años de edad y pese a tener un ligero problema de dislexia –y que poco a poco mejora- ha sido capaz de hacer muchas cosas vinculadas a la lectura, la escritura y la comunicación: con seis años creamos su blog personal de “niño naturalista” en Internet (www.lukas-gusanito.blogspot.com), y con 7-8 años de edad se ha convertido en coautor del ya citado libro para niños y familias montañeras. Es cierto, que Lukas no sabe aún leer ni escribir con total desenvoltura, pero tiene mucho que contarnos a todos, niños y mayores… y siente que aún hay grandes cosas por observar, descubrir y explorar.
La naturaleza y las montañas de Aragón… son para él parte de su vida. En esas montañas que parecen grandiosas, a veces inaccesibles, hemos vivido gratos momentos en sus bosques, ríos, nieves, ibones, caminos o sendas, momentos de su infancia al aire libre que no podrá olvidar. Ha aprendido el nombre de muchos animales, conoce las plantas y las setas, sus formas y aspecto, si son tóxicas o no, sus propiedades curativas… Por eso cuando en el colegio preguntaron a los niños de su curso cuál era su animal preferido, él no eligió el caballo o el perro como hicieron otros, si no que dijo el quebrantahuesos, el topo o la rosalía alpina, es escarabajo azul que la profesora desconocía por completo.
Pero toda esa íntima vivencia con la montaña, sin él saberlo, también le ha aportado a Lukas otras cosas que no le ofrecen la televisión, el ordenador y las videoconsolas tan extendidas hoy en día para disfrutar del tiempo libre o de las vacaciones.
Y aquí es donde yo quería llegar. Los espacios abiertos de Aragón, repletos de vida silvestre, de animales y de plantas, nos acercan con sus bellos paisajes a otras formas de vida, y desarrollan en nosotros una empatía por los demás seres, un instinto fundamental para proteger la biodiversidad del planeta cada vez más amenazada.
La naturaleza pirenaica es, por tanto, una escuela importante para el desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los pequeños. Y así: andando poco a poco, jugando con piedras y palos, construyendo cabañas o muñecos de nieve… y observando las mariposas de un prado del valle de Benasque, los niños fortalecen su salud física, y aprender a asumir riesgos y desafíos. Además, en compañía de otros amigos de excursión también así adquieren valores positivos y fundamentales como la tolerancia, la paciencia, el sacrificio, el amor o el respeto por la vida, entre otros valores cada vez más necesarios en esta sociedad.
El Pirineo y otros espacios naturales de Aragón pueden ser nuestra mejor escuela.
Con el blog y con nuestro libro de 32 rutas por el Pirineo Aragonés hemos aprendido, divirtiéndonos, echándole un poco de imaginación y poniendo buena voluntad. Padre e hijo, en compañía de buenos amigos y otros familiares, hemos sido felices en la montaña.
Lukas, como un novel autor montañero, nos cuenta su experiencia senderista, alpinista y naturalista en primera persona. Y quiere compartirlo con otros niños, con sus papás y mamás… con otras familias que encontrarán en este manual algunas ideas para conocer mejor la hermosa lección de la escuela sin muros ni puertas, al aire libre, que es la naturaleza de los Pirineos y de todo Aragón.
Porque la experiencia natural de poder leer el libro de la naturaleza es algo importantísimo en el aprendizaje de los niños, de nuestros hijos.
Cuando sean más mayores no lo olvidarán, os lo aseguro».
