El Banco de Germoplasma de Especies Hortícolas del CITA con el «Año Internacional de las Legumbres»

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Por Mirinda Blasquez

      La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el año 2016, como Año Internacional de las Legumbres, en colaboración con la FAO, la Organizaciones de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y el resto de gobiernos e instituciones. 

   Una celebración que apoya el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón, organismo adscrito al departamento de Innovación, Investigación y Universidad, ya que es una de sus líneas de trabajo prioritaria de la mano del Banco de Germoplasma de Especies Hortícolas.

    Desde la Unidad de Hortofruticultura del CITA, las investigadoras Aurora Díaz y Cristina Mallor, responsable del banco, trabajan en la conservación de una colección de 1.187 entradas de leguminosas, pertenecientes a 13 géneros y 29 especies. Esto nos da idea de la amplia diversidad genética de estas especies, y su potencial para utilizarlas directamente o para la selección y desarrollo de variedades mejoradas. Las especies más representadas en la colección son: judía (885), guisante (66), haba (64), guija (38) y garbanzo (36). Dado el elevado número de muestras que se conservan, se podría decir que se ha recolectado una parte importante de la diversidad de estas especies. Sin embargo, falta explotar este importante patrimonio genético que se encuentra conservado.

Recuperación y puesta en valor de variedades locales

   Desde el CITA se trabaja para potenciar la puesta en valor de variedades locales y tradicionales, como los ensayos realizados por el centro con variedades de judía aragonesa como la Caparrona de Monzón o la del Recao de Binéfar, que han revelado características interesantes desde el punto de vista agronómico y comercial y que están impulsando la recuperación de su cultivo.  

   Las variedades tradicionales son el resultado de una selección natural apoyada por el agricultor durante generaciones, lo que hace que estén adaptadas agronómicamente a las condiciones específicas de cada una de las zonas de cultivo (suelo, clima, plagas y enfermedades, etc.), pero también son el resultado de una selección artificial, ya que cada hortelano ha seleccionado a lo largo de los años en función de sus objetivos, considerando por ejemplo la forma y el color de los frutos o las semillas, pero también sus características organolépticas, y es por ello, que muchas de estas variedades destacan por su sabor, ya que están adaptadas a los gustos locales. Para su recuperación se debe potenciar su utilización por parte de investigadores, mejoradores genéticos y agricultores que estén dispuestos a cultivarlas, así como de consumidores que estén dispuestos a consumirlas y pagar un precio justo por ellas.

   Recientemente, el CITA ha atendido peticiones de agricultores aragoneses que han mostrado interés por probar variedades locales de lentejas y garbanzos en sus parcelas y, en caso de que resulten interesantes, recuperar su cultivo.

Banco de Germoplasma de Especies Hortícolas del CITA

    El banco de germoplasma de especies hortícolas del CITA, inició sus actividades en el año 1981 y cuenta con 17.000 muestras de más de 400 especies, principalmente variedades locales, autóctonas o tradicionales de especies hortícolas españolas, incluyendo las especies leguminosas. Las semillas se conservan en condiciones especiales de baja humedad relativa y baja temperatura, que hacen que el proceso de envejecimiento sea más lento y en consecuencia aumente su longevidad. Se ha comprobado que en estas condiciones una semilla puede conservar su poder germinativo más de 100 años, cifra que varía según las especies. Forma  parte de la Red de Colecciones del Programa Nacional de Conservación y Utilización de Recursos Fitogenéticos y atiende peticiones con fines de investigación, mejora genética y fomento de la conservación sostenible de los recursos fitogenéticos. Durante los últimos 5 años, y referente a especies de la familia de las leguminosas  el BGHZ ha atendido 62 peticiones y enviado un total de 198 muestras, destacando por especies: judía (75 muestras), haba (52), guisante (41, incluye bisalto), garbanzo (13) y guija o almorta (11). Entre los peticionarios se encuentran centros de investigación, redes de semillas, universidades, gobiernos regionales, ayuntamientos y agricultores.

La importancia de las legumbres

   El objetivo de las instituciones es sensibilizar a la opinión pública sobre las ventajas nutricionales de las legumbres, como parte de una producción de alimentos sostenible encaminada a lograr la seguridad alimentaria y la nutrición. Las leguminosas constituyen una de las familias botánicas más importantes desde el punto de vista socioeconómico, siendo un alimento esencial en numerosos países y un componente muy importante de la dieta mediterránea. Además, las leguminosas tienen un papel muy importante en la alimentación animal, tanto por su uso forrajero como en la formulación de piensos. Los servicios ecosistémicos de las leguminosas como fijadoras de nitrógeno son imprescindibles para el desarrollo de una agricultura sostenible y compatible con la conservación del medio ambiente.

Fuente: http://www.cita-aragon.es/

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