Por Aitana Enciso.
Primera casa particular de Gaudí como residencia familiar de la familia Vicens, este edificio se encuentra en la parte alta del barrio de Gracia en Barcelona.
Se trata de una lujosa vivienda, encargada por el corredor de Bolsa Vicens, y proyectada por el joven Antoni Gaudí cuando tenía 30 años. Era su primer encargo y Gaudí, que había trabado amistad con el futuro residente y su familia, aparece aquí como un arquitecto sólido y original, que decoró la fachada a base de baldosas en vivos colores, y repartió el espacio a la medida de la familia, con habitaciones para el matrimonio, salones de baile y también para hombres y mujeres, y un bello jardín.
Es un edificio que impresiona, rodeado de casas más sencillas, algunas con estructuras de los años treinta, y otras ya más modernas, situado en la calle Carolinas, una transversal de Gran de Gracia muy cerca ya de la Plaza Lesseps.
Su restauración y habilitación para el público ha sido realizada durante los últimos años, y la casa Vicens fue inaugurada en 2017.
A pesar de ser la primera casa de Gaudí, su historia y evolución están profusamente explicadas a través de la exposición permanente, que ilustra acerca de la relación de Gaudí con arquitectos de la historia contemporánea muy conocidos como el escocés Rennie McIntosh, o Le Corbusier, por citar a los más divulgados para el gran público.
Muy bonita y atrayente, y con una afluencia de visitantes mucho menor en comparación con los grandes edificios estrella de Gaudí, debido a su distancia con Paseo de Gracia o la Sagrada Familia, con algo de previsión respecto a la hora de visita puede conocerse de manera tranquila y sin aglomeraciones por el momento.
Para mí era un sitio que conocía por el exterior pero que permanecía cerrado, y que evidentemente ahora atrae a muchas más personas interesadas en Gaudí. Me recordó mucho al Capricho de Comillas, en Cantabria, solo que es más pequeña y asequible, y cuando la visité entre semana este verano fue prácticamente de casualidad, después de una comida por el barrio.
Lo recomiendo para los interesados en este arquitecto, pero que lo conozcan un poco en profundidad y dispongan de tiempo para verla sin prisas pues son las que más van a disfrutar viéndolo por dentro. Los visitantes que en un día vean la Casa Batllò, La Pedrera y la Sagrada Familia creo que serán incapaces de apreciar su encanto, a pesar de que dentro hay diversos guías que explican los detalles en varios idiomas a los visitantes que lo soliciten. Esto se debe a que, hecho con poco tiempo, prisas y desconocimiento, una ruta Gaudí apresurada desde mi punto de vista simplemente permite a turistas interesados acudir a los distintos edificios emblemáticos, pero que vistos en un día dudo mucho que se puedan apreciar en buenas condiciones.
En la web encontraréis toda la información respecto a horarios, visitas guiadas y tarifas y la propia casa en sí.