Por Fernando Gracia Guía
¿Lenta? ¿larga? Evidentemente, CERRAR LOS OJOS, la esperada nueva obra de Erice, no es corta. Pero no se me ha hecho larga. Sí pausada, que no es lo mismo.
Con un guion que se podría poner como ejemplo en las escuelas sobre cómo se escribe para el cine, vuelve el director tres décadas después de su último largo, y lo hace a lo grande.
Con un filme complejo, pero a la vez claro y nítido, lleno de referencias a sus propias películas, cuya acción avanza siempre, sin tiempos muertos -aunque no faltará quien opine lo contrario- nos cuenta una historia hermosa, triste, con aroma de nostalgia por un tiempo ya desaparecido, servido con elegancia, fundidos en negro como antaño, preñada por un evidente amor al cine.
Además, representada por un excelente elenco de actores. Por fin Manolo Solo es protagonista, y huele a Goya. Coronado -quién lo diría en sus comienzos- se aferra a uno de los mejores roles de su carrera.
Y como guiño de autohomenaje, Ana Torrent. Antaño, unos ojos que conquistaron al mundo (El espíritu de la colmena, Cría cuervos) y ahora nuevamente una mirada. Le regala Erice un largo primer plano de su mirada. Homenaje y admiración al mismo tiempo.
Para un servidor, la mejor película española del año.
No pasa nada si otros no opinan igual. Sobre gustos no hay disputas.
Pero le auguro no menos de media docena de nominaciones y algunos premios.
A los oscar no va porque quieren intentar ser finalistas alguna vez. Y los americanos dudo mucho que la aprecien. O mejor dicho, la entiendan.