Solo se vive una vez (21)

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Por Don Quiterio 

    Siempre he creído en el azar como motor de nuestra existencia. El azar es inescrutable como también la muerte, que nos lo arrebata todo. La muerte es democrática, nos iguala a ricos y pobres, tontos y listos.

   Y nadie puede engañarla ni sortearla, como hace el caballero medieval que la entretiene con una partida de ajedrez en ‘El séptimo sello’, la película de Ingmar Bergman. Acaso el arte sea puro consuelo. Y el azar, para bien o para mal, se tornó decisivo en la trayectoria profesional de la productora y realizadora leonesa Margarita Alexandre (‘Cristo’, ‘La gata’, ‘Las doce sillas’, ‘La muerte de un burócrata’, ‘La vida comienza ahora’), recientemente fallecida. La idea inicial de establecerse en México tras el aire irrespirable que se vivía en España -y así poder encontrarse con su amigo  Luis Buñuel, con el que estuvo a punto de elaborar una película sobre Lorca que al final no llegó a fructificar- se truncó al cruzársele por el camino el triunfo de la revolución cubana. Y allí decide ir con su compañero sentimental, el crítico de cine Rafael Torrecilla. Al principio se ilusionó con la revolución, pero luego descubrió contradicciones, falta de libertad e injusticias. Y es que Alexandre luchó, siempre, contra las dictaduras, la de Franco o la de Castro. Esa decepción, ese caos sin fin, la lleva a desembarcar, finalmente, a pocos kilómetros de Florencia, muy cerca de su amigo Carlos Franqui, el exiliado poeta cubano. En tierras italianas financia la publicación del libro ‘Ogro’, germen de lo que fue ‘Operación Ogro’, la película que aborda el asesinato de Carrero Blanco y que ella produjo y montó, pero de la que renegaba por inoportuna, ya que se terminó en pleno camino hacia la transición, y temía, como el propio director, Gillo Pontecorvo, que se transformase en una suerte de apología del terrorismo. Alexandre y Torrecilla siguieron trabajando en Italia con su productora Nervión Films, que habían fundado en la época franquista con el único objetivo de dirigir y producir sus propias cintas. En 1982 regresa a España esta fundadora –Roario Pí, Ana Mariscal y Rosario Cortesina son las otras- del cine en España.

    También ha fallecido el actor y guionista onubense Curro Martín Summers, compañero de reparto del zaragozano Fernando Esteso en ‘El recomendado’ (1985), dirigida por Mariano Ozores (sí, el del goya de honor de este año). Fue uno de los actores más representativos de aquellas comedias dramáticas sobre la educación sexual de los adolescentes que dirigió su tío Manuel Summers a comienzos de la década de 1970. Era primo del cantante del grupo Hombres G, David Summers, con el que compartió cartel en ‘Sufre, mamón’. También trabajó a las órdenes de Lara Polop, Fernando Merino, Giménez Rico, Manuel Iborra o Álex de la Iglesia. En la serie televisiva ‘Los ladrones van a la oficina’ trabajó tanto de actor como de script.

    Otro que ha dicho adiós ha sido Josep Lluís Sirera, quien entregó su vida al teatro y específicamente al teatro en valenciano. Como escritor, como docente, como investigador, como crítico… las tablas estuvieron siempre presentes a lo largo de toda su trayectoria, pero, además, su nombre figura en los créditos de incontables series de televisión. Los diálogos de ‘Amar en tiempos revueltos’, la serie creada por el zaragozano Eduardo Casanova, llevan su firma. También se ha ido al otro barrio el actor italiano Gabriele Ferzetti, habitual de un cine popular (histórico, melodrama, péplum) de las décadas de 1950 y 1960, con directores como Monicelli, Gallone o Steno. Michelangelo Antonioni (‘La aventura’), Florestano Vancini (‘La larga noche del 43’, ‘Vidas ardientes’), Jean Negulesco (‘Jessica’), John Huston (‘La Biblia’), Sergio Leone (‘Hasta que llegó su hora’), Elio Petri (‘A cada uno lo suyo’), Constantin Costa Gavras (‘La confesión’) o Liliana Cavani (‘Portero de noche’) son otros cineastas con los que ha trabajado. Como con el realizador zaragozano José María Forqué en ‘Un diablo bajo la almohada’ (1968), una adaptación del clásico ‘El curioso impertinente’ para una coproducción entre España, Francia e Italia.

    El cantante Manuel de los Santos Pastor, conocido artísticamente como ‘Agujetas de Jerez’, uno de los grandes referentes y defensores del flamenco más auténtico, también ha fallecido recientemente. Protagonizó uno de los momentos más intensos de la película ‘Flamenco’ (1995), del oscense Carlos Saura, interpretando un martinete en el que mostraba la pureza de su cante. En el filme del aragonés estuvo acompañado de figuras como Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Remedios Amaya o José Menese. También fascinó a la francesa Dominique Abel, que le dedicó el premiado documental ‘Agujetas, cantaor’ (1999). Agujetas defendía que “el que sabe leer y escribir no puede cantar flamenco porque pierde la pronunciación”. De Camarón sostenía que parecía “un perro cantando”, porque era “un canastero, y los canasteros no saben cantar”. A Carmen Amaya se refería como “una india pegando saltos”. De los payos opinaba que “no hay ninguno que sepa cantar, están vacíos”. De él mismo, en fin, proclamaba que era “el mejor cantaor de todos los tiempos”. Entre tanto extremismo, sin embargo, también era capaz de fogonazos poéticos: “Me levanto con dolor de cabeza porque todas las noches sueño el cante”. Uno de sus signos distintivos era la dentadura de oro, pero llevaba tiempo avisándolo, con esa costumbre de recelar hasta de su sombra: “Me los voy a poner blancos. Me da miedo que, cuando me muera, me los quieran arrancar”. Genio y figura…

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