Miguel Gracia denuncia que el plan de conservación de la rana pirenaica va contra la lucha del despoblamiento

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Por Marisa Clarisa

  A la vista de las informaciones que hablan de un régimen de conservación de la rana pirenaica, el máximo responsable provincial, Miguel Gracia, alerta de las graves consecuencias que tendría para cualquier desarrollo económico ligado al medio natural y, especialmente, para el mantenimiento de la población en el territorio.

    A este respecto, Gracia no duda que los responsables políticos del Gobierno de Aragón desconocen la tramitación de este plan que choca frontalmente con la lucha del despoblamiento.

   Antes de que llegue algún impacto negativo al territorio, el Presidente de la Diputación Provincial de Huesca pide la retirada de cualquier plan en este sentido y pone voz al malestar que comarcas, ayuntamientos, colectivos, asociaciones y otros grupos políticos le están trasladando durante el día de hoy.

  Miguel Gracia manifiesta su preocupación por una normativa que no tiene en cuenta la necesaria diversificación económica en la provincia

   Miguel Gracia manifiesta su preocupación por una normativa que no tiene en cuenta la necesaria diversificación económica en la provincia «cuando todo reglamento o legislación que salga de las Cortes de Aragón, en Zaragoza, debería tener como prioridad a la gente que vive en el territorio» porque, como vuelve a recordar, «son quienes lo han conservado a través de los siglos».

   «Seguir legislando con métodos científicos, especie por especie, y olvidando al hombre son inapropiados y dañinos para el desarrollo y sostenimiento de este territorio», es lo que denuncia Gracia, quien además considera que «desautorizaría al Gobierno de Aragón a seguir hablando de políticas de despoblación en las zonas rurales».

   El Presidente de la Diputación Provincial señala que cualquier planteamiento de preservación de la flora y fauna que, al mismo tiempo, cree necesarios, «tienen que contar con esa convivencia, como siempre ha sido, con la especie humana, con el hombre, y no a costa de su extinción», refiriéndose a la realidad actual que sufre el medio rural y alguna comarca en concreto mucho más.

    También hace hincapié en su incidencia tanto en los abastecimientos de agua a núcleos de población y también en el turismo activo y la práctica del descenso de barrancos como un elemento vertebrador del territorio que permite dinamizar el medio rural. Por ejemplo, según este régimen estaría prohibido realizar ningún tipo de barranco en el Pirineo entre el 1 de febrero al 31 de julio, un periodo en el que realizan buena parte de su negocio y cuando turistas vienen movidos por la práctica de estas actividades.

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