Por Carmen Gascón B. y Prado R. Vielsa
Desde niño Emilio Gastón estuvo rodeado de libros: derecho, poesía, pintura, viajes, filosofía, cuentos, cómic, humor…; sus abuelos y sus padres también los amaban y además vivían en casas grandes, siempre alquiladas, que a la vez eran despacho.
Cuando Emilio falleció su biblioteca, con unos diez mil libros, no podía seguir donde estaba y muchos nos preguntamos: ¿y ahora dónde los realojamos? ¿quién querrá adoptarlos?
La respuesta mayoritaria, incluso de las personas que en sus casas tienen amplias bibliotecas, era “los libros no le interesan a nadie” y “ !no se puede hacer nada!”.
Ese catastrofismo no era una respuesta adecuada, aunque fuera muy repetida. Así que dimos un breve paso y cambiamos la pregunta: ¿ Y si nos sentarnos a conversar ante los libros, con los libros, por los libros … antes de tomar decisiones?
Así hicimos; amigos muy diversos además de otras personas profesionales como bibliotecarios, abogados, animadores de calle, diseñadores… fuimos CONVERSANDO en los mismos lugares donde Emilio leía, subrayaba… gozaba.
Una parte significativa de la biblioteca fue al fin donada a las Cortes de Aragón con el compromiso de ser inventariados y ponerse después a disposición del público.
Pero ¿ y el resto de libros? ¿cómo los podíamos realojar?
La amistad entre las dos personas que escribimos este artículo y una gratificante experiencia anterior nos aportó luz. Retomamos aquel proyecto artístico que durante tres ediciones organizamos en Zaragoza: “libros espora” una muestra de libros de artista.
Empezamos a idear y desarrollar el proyecto LIBROS CON-VERSOS.
Precisaba una proyección social, generosa, insólita… como era Emilio. Estaba claro que deseábamos regalar libros a los ciudadanos que estuvieran interesados, pero ¿cómo?
Nos pusimos en contacto con amigos artistas aragoneses y en la biblioteca de Emilio sintieron la belleza de los libros, del papel, del entorno… surgieron diálogos entre artistas y ejemplares de jurisprudencias, textos jurídicos, de poesía…; muchos libros que se mostraban ante sus ojos con deseo de ser leído y otros con necesidad de transformarse en otras obras de arte.
Todos se llevaron además poemas escritos por Emilio.
Por otros caminos, numerosos artistas se enteraron de lo que estaba ocurriendo y pidieron ejemplares para transformarlos también. Amigos, conocidos, vecinos de todo Aragón se interesaron en realojar varios libros en sus bibliotecas.
Ya con el proyecto muy en marcha iniciamos los trámites burocráticos con el Ayuntamiento de Zaragoza; era preciso pedir permiso para ocupar un lugar público.
Ellos mismos nos propusieron la Plaza San Felipe.
Comenzamos así a organizar una muestra – fiesta – homenaje a Emilio en el museo Pablo Gargallo de Zaragoza que se celebró el 23 de junio del 2018, coincidiendo con la noche en blanco de los museos.
En el exterior del museo se recreó un rincón de la biblioteca de Emilio Gastón, usando parte del mobiliario original, con estanterías llenas de libros (todos con su exlibris) que fueron regalados al público que lo deseó; ellos mismos pudieron elegir algunas de las obras allí colocadas. Sentados en los sillones algunos amigos hablaban de cómo Emilio subrayaba sus libros, cómo los clasificaba etc. También hubo ciudadanos que acudieron a contar anécdotas personales y hacer su propio homenaje al Justicia de todos que siempre trabajó por crear fraternidad.
Mientras tanto, en el patio interior del museo, bajo el cobijo del Profeta de Gargallo, se mostraron los libros intervenidos por los artistas; también en otras dependencias del edificio como el Salón de Actos.Escritores, cantantes, amigos de Emilio pusieron voz a la fiesta homenaje, todo el que quiso intervino.
El objetivo de realojar los libros de Emilio Gastón se había logrado, pero ¿ sólo eso?
El proyecto LIBROS CON-VERSOS nos ha desvelado que el desánimo no es una opción y desempolvar lo colectivo y recrear desde ello ayuda a experimentarlo.
Más de cien personas han colaborado desinteresadamente y 1800 visitaron la muestra del museo Pablo Gargallo en la tarde noche del sábado 23 de junio y el domingo 24 por la mañana. Lo vivido y compartido no queda escrito, es mucho más que todo lo que podemos imaginar. No vamos a poner ejemplos.
Centrándonos sólo en el proyecto os contamos que a los libros les salieron alas y fueron mostrados en Fuendetodos, en el valle de Hecho y en Alagón. Está previsto que lleguen en febrero del 2019 a Teruel.
Desde este proyecto surgirán otros, porque seguimos preguntándonos cómo realojar más libros, cómo potenciar la lectura, cómo mejorar la cohesión social.
El futuro de los libros, de la radio, del teatro… han sido preguntas de varias generaciones y todo sigue conviviendo con nuevos usos, formatos, lugares donde disfrutarlos…La parte simbólica de las personas siempre palpita y se recrea.
Gracias a todos y a cada uno. Y sólo ya una sugerencia: leed el texto “El fin del mundo del fin” de Julio Cortázar.