Por Cristina Beltrán
Como el ámbar es la obra de Izaskun, no es mineral duro, su origen es orgánico, resina translucida que atrapa en su huida animalitos, semillas, burbujas, tiene variedad de colores y formas es de gran resistencia muy utilizado y apreciado en joyería, al ámbar me recuerda a Izaskun al ámbar en su amplio sentido.
Se expresa sin prejuicios, contra nadie y contra todo. Hartas muchas de las artistas de esta tierra por el ninguneo en la historia pasada y en la catalogación reciente, por críticos y conferenciantes que se empeñan en hablar de “los artistas” efectivamente, solo nombran a los hombres artistas y alguna mujer artista que por el interés que sea suele nombrarse de re filón. Eruditos de tres al cuarto que ni se molestan en contrastar el trabajo, o visitar los estudios ni observar el amplio abanico de mujeres artistas que cosecha Aragón (Entre otras cosas ) porque las artistas no son asiduas a las barras de bar, a los eventos fastuosos de gobernantes o porque también, y en esto no cambia su condición respecto a las demás mujeres, deben ocuparse de los cuidados de los otros y de las otras, así que dosifican su tiempo, su esfuerzo y su trabajo para dedicarse al arte que van realizando tras los cristales o paredes de sus estudios, en las horas que roban al tiempo que pasa mientras los demás se hacen publicidad, se visibilizan o mueven los resortes del poder de turno para seguir ocupando un espacio artístico en el arte aragonés.
No es nada contra los hombres artistas, no hay nada contra eso, pero el arte y las mujeres artistas deben currarse mucho más el estar en lugares destacados, porque a su tiempo hay que añadirle el que dedican a otras personas para que todo funcione. De este modo la mayoría de nuestras mujeres artistas mayores de cincuenta y cinco años, maestras de vanguardia y dignas de estar a la altura de los más cotizados artistas españoles se han ido encaneciendo, orgullosas de su trabajo y astiadas de los medios oscuros para conseguir una digna exposición. Es como si fueran invisibles, habiendo formado parte de todos los movimientos artísticos que les ha tocado vivir, apenas son nombradas como se merecen.
Conversamos en el estudio de Izaskun, cómodo, pequeño abigarrado de obra, blanco impoluto, luminoso y moderno en un antiguo edificio frente al teatro principal, curioso hecho que se pone de relieve en muchos de los comentarios que críticos y escritores o eruditos han señalado en bastantes de los textos que le han dedicado, como si el estudio este sorprendiera o fuera el motivo de tanto arte saliendo de las manos y el cerebro de esta apasionada mujer. Para mí realmente, es importante el lugar donde se trabaja para sacar lo mejor de una misma, pero estoy segura de que ella lo sacaría igualmente fuera de este pequeño mundo sin calefacción que son las paredes de su estudio, dentro de ella va su vagaje y es una gozada escuchar como habla de cada una de sus obras, le recomiendo que escriba lo que cuenta, porque recuerda cada detalle del porqué la hizo así y no de otra forma, el día y las horas que les dedicó.
Izaskun ejerció de profesora, pero es maestra y no lo va predicando ni alardea de ello. Tiene una amplia experiencia en la utilización de materiales y técnicas, domina el retrato, sin embargo trabaja en abstracto mucho más. Son sus resinas para mí excepcionales. Joyas ocultas orgánicas y naturales que atrapan con su obra y sus formas de manifestarla, que arrasa cuando habla y muestra.
Oculta bajo capas y capas de artistas y seudo artistas. Bajo una tímida apariencia que no es tal, no habla por pudor a decir lo que piensa, pero cuando lo expresa lo hace muy claramente. Buscar una definición a su pintura es recorrer en el tiempo distintas etapas, introducirse en interpretaciones personales sobre la música o la violencia, el compromiso político y las experiencias de su vida personal y experimentando sorpresa por la utilización brillante de los colores.
Ella se refugia y ampara en su territorio y su territorio es el arte, tranquilo y brillante al exterior tempestuoso y vibrante internamente.
Echando una ojeada a sus catálogos comprobamos la minuciosidad y el interés puestos en ellos, son como pequeñas joyas. No muchos pero buenos y elegantes. Independiente, comprometida y crítica consigo misma han escrito de ella en sus catálogos Rafael Argullón, Angel Azpeitia, Javier Callizo, Dolores Durán, Ignacio García- Valiño, y otros muchos..no.
La música y el inteligencia se fusionan para crear composiciones melódicas en lienzo ´solamente traducidas por la propia artista que trata el plano del lienzo como un estribillo, una canción sobre un pentagrama abstracto rebosante del espíritu que en ese tiempo la ocupa plenamente.
Los retratos son por separado mundos hablando de su opinión sobre las personas a las que retrata, no siempre son encargos, son deseos de expresar sentimientos hacia ellas, puros y sensibles, propuestas de permanencia que a veces vuelven a casa, porque han dejado de existir las vidas retratadas.
Le gustan los gatos, individualistas y a su bola, sobre su camino, con mirada silenciosa y exploradora al margen del mundo, en su mundo, fiel a sí misma pero no a una trayectoria artística coherente en estilo, sin corsés ni trabas reflexionando sobre su propia emoción tan interna que sale visceral y estudiada, no hay azar. Una mujer que sabe lo que quiere y no entiende porqué se ponen piedras en el camino, burocracia interna para exponer, ¿mendigar una exposición? ¿Seguir los cauces reglamentarios? Nos gustaría saber que camino han tenido que recorrer algunos de los artistas más visibles de Aragón, con quien, como y porqué se les realizan esas buenas y valiosas exposiciones, que repito, merecidas son, pero ¿porqué no el mismo rasero para las mujeres artistas? ¿Porqué no el mismo tratamiento para Izaskun Arrieta?