Escabechina de Pedro II de Genova en el socialismo Aragolés


Por Al Caponi, tañedor de vihuela

   La princesa Pilili de La Zaida le pidió al monarca Pedro II de Génova que le despejara el terreno aragolés si era su deseo que ella pastoreara el reino del Ebro. Ni corto ni perezoso, Pedro II llamó al Conde de Arén y le dijo que…

…le preparara un gran sótano en  la catedral de Huesca y que avisara a todos los nobles  díscolos porque les iba a dar unos cursos sobre nóminas , fidelidades y futuro que se iban a enterar.

    Casi todos los cargos del partido que hasta unos días antes habían jurado fidelidad al otrora Ray de Aragol, Lambano Lambani de Ejea, se apresuraron a correr hacia los fotomatones que había libres en la ciudad para hacerse nuevas fotos de carné con el escudo de la Princesa Pilili.

    Pero, a paso ligero, hubieron de acudir a la Catedral de Huesca donde les esperaba el mismísimo Pedrito II de  Génova. Después de comerse  unas castañas, el Conde de Arén les habló de que los socialistas oscenses habían hecho una gran campana que harían sonar en todo el Aragol para mayor gloria de Pilili y Pedrito.

    Una vez en el sótano, los oficiales y soldados del ejército sociata, descubrieron con horror que el badajo de la campana no era otro que la cabeza cortada del Ray depuesto de Ejea, Lambano Lambani y que en un charco de sangre, rodaban las cabezas de todos aquellos que no se habían pasado con armas y bajages a las tropas de Pilili.

    Después de que sonaran los clarines de la fiel tropa oscense, bajo Pedrito al sótano catedralicio y les dijo a las llorosas mesnadas que se escondían entre las columnas:  “Mirad bien el espectáculo: si queréis nómina, con Pilili. Si no, badajo”. El Conde de Arén inió un tímido palmeo  que poco a poco tronó en toda la ciudad  llegando sus aplausos hasta  Tobed, donde el Virrey Queroisés, escondido en una gran gruta sopesaba su ejército de fieles en aras de iniciar una posible batalla contra Pilili.

    Pedrito II le preguntó al Conde de Arén: ¿Dónde está el Virrey Queroisés que no ha venido a rendirme pleitesía? A lo que el Conde contestó: Está cazando en Tobed. ¡Socialistas de Aragol, todos a Tobed! ¡Arrasad el pueblo!- gritó desencajado Pedrito, mientras en el atrio de la catedral se repartían algunas nóminas y carros y carretas se llenaban de militantes para ir a arrasar Tobed.

(Continuará)

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