Limpieza de la Chopera (III)


Por Luis Gareta

     Los trabajos de limpieza de la Chopera de Hinojosa del Campo están resultando muy arduos sobre todo porque no disponemos actualmente de mano de obra y en todo este tipo de tareas  si no se tiene ayuda suficiente el trabajo es bastante lento aunque, eso sí, poco a poco se van notando las mejoras y es de esperar que este próximo verano los avances sean bien visibles y poco a poco la vieja chopera vaya adquiriendo su antiguo explendor.

    En el Pollo anterior ya  hicimos una semblanza de cómo aconteció el desastre y que los interesados pueden consultar:

https://www.elpollourbano.es/silvicultura/2025/04/continua-la-limpieza-en-la-chopera-del-issipu-en-hinojosa-del-campo-soria-ii/

y ahora estamos, todavía, haciendo que los caminos interiores sean transitables, cosa que no es sencilla ya que más de la mitad de la chopera tiene  el suelo cubierto de ramos y chopos que han sido abatidos por el aire. Es necesario, en cualquier caso  que podamos entrar y salir con el Rocky y el pequeño remolque para poder sacar al campo aledaño (que nos deja usar desinteresadamente su propietario)  los chopos gordos ya  troceados y las ramas en viaje tras viaje.

    La parte más complicada va a ser sacar los restos de la caravana, ya que será necesario utilizar un pequeño tractor con pala. Pero esta actividad la posponemos hasta el verano donde se supone que tendremos más fuerza de trabajo.

    Una vez que avancemos con el troceado de los troncos, vamos a intentar pasar una potente segadora automotriz  para ir apañando la hierba del suelo, de cara al próximo año, toda vez que ya cortamos anteriormente  las enormes zarzas que habían nacido con la ayuda de una desbrozadora  y en pequeño y valiente JBR, como se puede ver en este video que hicimos  para el Pollo anterior

     Aquí les dejamos con un reportaje de las tareas que vamos realizando y una reflexión acerca de las hiedras que hemos de cortar (este es un trabajo ímprobo y lento) y que no solo asfixian a los chopos sino, lo que es peor, a los escasos ciruelos autóctonos que todavía quedan y que estamos empeñados en salvar.

  Adivinaran, pues, nuestros lectores los duros  trabajos en los que estamos inmersos, aunque que poco a poco esperamos que vayan dando sus frutos. Por nuestra  voluntad no será. ¡Ánimo para todo el personal!

 

¿Mata la hiedra a los árboles?

   La hiedra no es un parásito, es una planta trepadora. No tiene tronco e, incapaz de soportar su propio peso, necesita apoyo. Se arrastra por el suelo durante la primera parte de su vida, luego busca la luz trepando a un soporte (árbol u otro) y sólo entonces florece y fructifica. Se aferra a su soporte con raíces cortas, marrones y pegajosas que no absorben ni agua ni alimento.

   La hiedra tampoco se agarra a los árboles como la higuera estranguladora, porque sus tallos, que trepan por el mismo tronco, están poco unidos entre sí. La hiedra, por el contrario, tiene todas las de perder con la muerte de su soporte, ya que entonces se encuentra, salvo excepciones, devuelta al suelo e incapaz de continuar su ciclo de crecimiento y reproducción.

  Sin embargo, la hiedra puede ser muy pesada, obligando al árbol a producir más madera, lo que le cuesta recursos. Y la presencia de hiedra aumenta mucho la superficie de follaje sobre la que presiona el viento, que puede llegar a romper o desarraigar el árbol.

   ¿Compite por el agua y las sales minerales del suelo?

   ¿Puede la hiedra perjudicar a los árboles, aunque no se alimente de ellos? La planta extrae el agua y las sales minerales de las raíces de su parte rastrera. Por tanto, podría competir con los árboles del suelo por estos recursos.

   Pero la hiedra conserva su follaje todo el año, y un estudio ha demostrado que utiliza el agua sobre todo en los días templados de finales de invierno y primavera, cuando los árboles de hoja caduca no la necesitan porque están en reposo invernal.

   Además, la hiedra se despoja de sus hojas a lo largo del año, y no de una sola vez como los árboles de hoja caduca. Al descomponerse, estas hojas aportan minerales al suelo, que parecen ser rápidamente utilizados por los árboles vecinos y favorecen su crecimiento.

Fuente: https://theconversation.com/