Indonesia: Unauna, centro del Triángulo del coral


Por Marta Notivol

    Estoy viviendo en Bali y me fui unos días a Unauna (Sulawasi norte) a hacer un curso de propagación de corales. El siguiente texto  describe la aventura del viaje y la aventura para visitar el volcán de la isla y practicar un poquito de buceo.

Marta Notivol Gracia
Corresponsal del Pollo Urbano en Indonesia

Unauna no son dos, sino dos mil intensas sensaciones. Colo, volcán activo

     De vuelta en mis colaboraciones con esta interesante revista, nos desplazamos con un gran salto a una de las islas Togian, en el golfo de Tomini, en Sulawesi (Celebes) Central, Indonesia. Apenas 200 habitantes viven en ella y conviven con un volcán en actividad constante, Colo, que les hizo evacuar la isla en 1983 durante casi 6 meses.

   Las casas se van encontrando a lo largo del único camino de la isla con una particular contundencia de su existencia que contrasta con mi sensación de extraordinario el hecho de que allí permanezcan. La vida en estos lugares me parece inaudita y sin embargo es mucho más natural y antigua que la mía.

   Instalada en Bali, decido desplazarme a esta mágica isla, con un objetivo formativo, siguiendo a mi instructora del curso de propagación de Corales de la asociación Ocean Quest, que estoy realizando.

   La riqueza en corales de esta zona incluida en el llamado Triángulo de Coral hace que venir aquí, sea un complemento excelente de la formación.

    Este privilegiado espacio coralino se ve reforzado por una situación algo inaccesible y poca población.

    Estos elementos son básicos para encontrar hoy en día espacios marinos que constituyan verdades reservas naturales.

   Sin duda el lugar merece el tiempo que tuvimos que invertir para llegar a ella, que admito resultó algo desesperante en ocasiones.

   Indonesia en un país insular más grande y extenso de lo que imaginamos. Cuenta con unas 17.500 islas, y no siempre las comunicaciones entre ellas son sencillas. Cuenta con una amplia red de aeropuertos, pero aun así continúa siendo un periplo complicado acceder a algunas de estas islas.

    Nosotras optamos por un recorrido que nos resultó fallido. La previsión de 2 días de viaje desde Bali se convirtió en 4. Los vuelos de Bali a Makasar y de Makasar a Gorontalo se sucedieron sin problema, pero el barco que teníamos previsto coger la noche siguiente se retrasó un día y ni siquiera pudimos tomarlo después de horas de espera en el puerto, el barco había sido sustituido por otro mercante con tan solo 60 plazas y la gran demanda en unos días claves del final del Ramadan nos bloqueó el acceso. Este bloqueo nos hizo conocer la ciudad de Gorontalo y su gente. No tiene un atractivo especial pero siempre gusta ver lugares y personas diferentes. Nosotras resultamos una atracción turística para ellos. Nos solicitaban fotografías frecuentemente y se apreciaba poca habilidad turística, aspecto que da cierto encanto al viaje.

    En los warung (restaurantes sencillos con comida local) de noche el ambiente era muy alegre, seguramente porque era época de Ramadán y las noches cobran vida. Con frecuencia sonreían al vernos, nos aconsejaban platos o nos solicitaban para compartir su mesa y hablar un poco de nuestras vidas. Esta actitud, es por un lado acogedora y agradable y por otro sacia su curiosidad, alejando así desconfianzas y miedos. Estos días de espera no estuvieron vacíos de experiencias y nos hizo conocer un poco mejor otras zonas de Indonesia que son muy diferentes a Bali.

    Otro sistema privado, aunque caro, nos permitieró llegar a Unauna con 5 horas de taxi a Marisa y 3 de barco.

   Por fin llegamos. El centro de buceo y resort al que nos dirigíamos, Sanctum Eco Dive, está situado frente al mar y los corales se pueden apreciar desde el embarcadero y desde la orilla. Un buen ambiente y unas instalaciones adaptadas al medio y realizadas con materiales naturales hacen que te sientas inmersa en la naturaleza, pero con comodidades. El personal está muy implicado con todo tipo de acciones ecologistas, propagación de corales, plantaciones y conservación del manglar, implicando en ello a la población de la isla.

    Es difícil en Indonesia, encontrar playas, calles o incluso agua de mar sin basuras o restos plásticos. Es muy triste observar esta horrible evolución en los últimos años. En términos generales, en el espíritu indonesio, no existe la idea de preservar el mar, es más, cuando celebran fiestas o ceremonias en las playas, todo queda bastante sucio, y su idea es dejar que “el mar lo limpie”. Ni siquiera Bali, cuyo principal recurso económico es el turismo, escapa a esta falta de conciencia.

     Sin embargo, siempre encontramos algunos modestos proyectos para mantener limpio el mar y las playas como en Gorontalo, en Dulanga Beach, aunque venido a menos con estos 2 años de pandemia, muestra un interés local por evolucionar. Esperemos que esto aumente y continúe.

Unauna y proyectos ecológicos de Gorontalo

 

       Tras unos días concentradas en la propagación de corales, decidimos visitar el volcán Colo (pronunciado /ʃolo/). Habíamos recibido algunas advertencias sobre el viaje de aproximación y el propio encuentro con el volcán, pero nada te hace prever lo que realmente te espera.

   Salida prevista a las 8h de la mañana, que resultan ser las 9h.30m. pues necesitamos que la marea baje para poder atravesar ciertas playas con las scooters que nos llevan. Situadas casi en el Sur de la isla, vamos a recorrer por un camino costero por el este hasta llegar al norte.

    Entusiasmadas montamos en dos scooters conducidas por dos locales que muestran mucha seriedad en su cometido. Al principio el camino es más o menos factible, pero según avanzamos encontramos grandes baches o mejor dicho enormes agujeros rodeados de barro que requieren una gran habilidad para sortearlos. Esto no parece producir a nuestros conductores ningún problema y avanzamos con cierta agilidad pues nos esperan 50 minutos de recorrido que según recorremos va empeorando. Los pasos se convierten en ocasiones en estrechas vías con pequeños terraplenes a la izquierda y derecha, que no suponían un peligro vital, pero si una aparatosa y accidentada caída en el caso de hacer una mala maniobra.

    En fin, contenta de superar todos estos avatares, aunque con la preocupación de tener que hacerlo de vuelta nuevamente, observo que el camino se estrecha considerablemente y el peligro de que una rama me atice un latigazo en las piernas (por cierto, bien descubiertas pues nadie piensa que un pantalón corto no sea la mejor indumentaria) o al brazo o que una rama te golpee en la cara o concretamente en un ojo se convierten en los nuevos peligros que te vuelven a tensar.

Aproximación en scooter 

 

     Ahora es cuando llegamos a esa playa que necesitaba tiempo para que el agua se retirara y como es de esperar el acceso a ella es a través de un lodo espeso y resbaladizo y lleno de cáscaras de coco en el suelo que no parecen tampoco molestar a mi motero que ni siquiera me solicita bajar de la moto para sortearlo. Una vez en la playa de arena negra y no muy fina avanza de forma rápida para no incrustar la rueda en ella, no sin realizar algunos quiebros que compensa con facilidad con su cuerpo y piernas. Yo, a todo esto, no parece que exista ni que estoy detrás, y es sabido que es mejor formar paquete con el conductor que andar dando vaivenes que seguro desequilibran bastante, pero no me atrevo ni a sujetarme de su cintura, pues no creo que sea adecuado en un país musulmán y en pleno Ramadan, de modo que hago esfuerzos por mantenerme en la moto agarrándome en la parte trasera del asiento.

    Dos playas recorremos en estas condiciones, en las que olvidé totalmente la posibilidad de caerme a causa de que ya habíamos superado suficientes obstáculos como para que mi guía demostrase que sería capaz de realizar un buen número acrobático de “Scooter Cross” en el Circo del Sol.

    Finalmente tomamos el lecho del rio que baja de la montaña con bastantes y profundos surcos que ya no se me antojan peligrosos.

Aproximacion pedestre 

     Llega un momento que el lecho es demasiado abrupto y deciden dejar las motos a buen recaudo. Iniciamos así la marcha con una duración prevista de 1 hora. El camino no tiene dificultad y podemos así disfrutar de un paisaje selvático sacado de Parque Jurásico. Un placer para los sentidos. El único hecho que me impedía contemplar el paisaje era que a pesar de que nuestros guías parecían caminar tranquilamente, yo necesitaba una carrera de vez en cuando para alcanzarlos, pues me retrasaba 20 metros por minuto.

    El lecho del rio iba estrechándose poco a poco y el agua calentándose. Los 40° iniciales fueron pasando a 60° y 80° de manera que meter el pie en el agua era quemadura segura.
Un pequeño rapel con una cinta neumática como cuerda, puso un poco más de emoción si cabía a la aproximación.

    Avanzábamos por el lecho de un río cubierto por los restos de minerales que precipitan en todo manantial caliente, con un fuerte calor con vapor de agua que te hacía sentir en un hamman al aire libre y el olor a azufre cará

     No había un desnivel apreciable y me preguntaba cuando iniciaríamos el ascenso, que nos habrían explicado si hubiéramos podido comprender indonesio. Sin embargo, una sorprendente llegada a una especie de puerta rocosa con un ruido ensordecedor de salida de agua y vapor de agua a presión nos reveló que estábamos en pleno cráter.

Volcán 

     Una curiosidad de este volcán es que no se oyen ni se ven ningún tipo de explosiones cuando estas en el cráter y sin embargo en casi todas las inmersiones que hicimos pudimos oír en el agua fuertes estallidos, como si hubiera salidas que intentan equilibrar su presión de vez en cuando.

   Después de permanecer un tiempo sintiendo la fuerza terrestre tan próxima emprendimos la vuelta, que como era terreno conocido no me debería haber alterado más sino hubiera sido porque mi moto estaba pinchada y eso hacía que el eslalon fuera continuo. Como es habitual por estos lares, la improvisación y la solidaridad hizo que llegáramos sin problema. Una bomba en una casita perdida en primer lugar, otra bomba prestada por otro vecino que poníamos en funcionamiento cada 10 minutos, un cambio de moto de otro lugareño fueron los recursos que nos permitieron el avance.

     En una de las casas en las que paramos, estaban produciendo un azúcar moreno de caña, que endurecían para el transporte con moldes de cascara de coco. Nos resultó tan extraño que no supimos de qué se trataba realmente hasta que bebimos el jugo de caña cuyo sabor reveló su naturaleza.

Vuelta e inmersión

 

      Esta fantástica aventura y este espectacular volcán no nos ocupó más que la mañana de modo que esa misma tarde pudimos realizar una inmersión. Por muchas inmersiones que realices en diversas partes del mundo, siempre cada una de ellas la sientes única. Esta llamada “Black Forest” nos obnubiló por la enorme cantidad de peces que allí vivían. Nunca he tenido la sensación de tener que apartar peces para ver el recorrido y aquí era así. Unos pequeños peces canthigaster o tobys juveniles poblaban el espacio de forma cegadora después de una eclosión masiva, que según los buceadores del centro se repite cada 3 meses. Fenómeno interesante que queda a estudiar a que será debido.

   Esta como otras inmersiones ofrecía espectaculares corales, gorgonas y esponjas de un tamaño gigantesco, con variedades y colores múltiples que daban un ambiente de riqueza marina difícil de ver.

Vuelta a Bali

 

    La vuelta a Bali se desarrolló en 2 días: barco a Ampana, coche hasta Luwuk donde hay que pernoctar y a la mañana siguiente en un aeropuerto tan grande como una estación de autobuses con un vuelo al día volví a Bali con escala en Makasar.

    Sobre volando Sulawesi, un arrecife en forma de corazón y el Balai Taman Nasional visto desde el cielo (cerca de Makasar) me dieron la guinda del pastel de tantas sensaciones vividas en estos 11 días.

    Con la esperanza de que compartir con vosotros estas experiencias, que al escribirlas me hace revivirlas, os haga disfrutar y soñar, cerramos este capítulo con mucho que contar todavía en próximas colaboraciones.

Artículos relacionados :