Por Cristina Beltrán
A veces tengo la sensación de que las circunstancias me van llevando y no me queda otra que ir al paso,sorteando y haciendo todas aquellas pequeñas o grandes cosas que van surgiendo, estoy en la marejada que me lleva, si bien…
…lo que realmente deseo es marcar yo misma el ritmo de mi vida e ir haciendo de forma previsora mi día a día.
Esto es algo que seguramente también le ocurre al resto de los mortales y así van conformándose nuestros días.
Dentro de esas mareas el latir de la calle es constante y las luchas se van acumulando, difícilmente podemos llegar a todo. Hay muchos frentes abiertos, la incertidumbre crece ya sea a nivel local, nacional o internacional y permítanme asegurar que no está el horno para bollos. LO DEL PUEBLO PALESTINO ES UNA MASACRE EN TODA REGLA, en todos los medios de información queda patente que los pueblos de la tierra se avergüenzan de las matanzas perpetradas por el ejército israelí siguiendo órdenes de un gobierno genocida presidido por un mal bicho llamado Netanyaju, un mísero hombre que se resiste a abandonar el poder a costa de la vida de miles de niños, mujeres y hombres. Leo a escritores y periodistas que han denunciado sin excepción la desigualdad de la guerra entre Israel y Palestina, el hastío no puede llegar más lejos. ¿Qué hacen los gobiernos?. ¿A qué esperar para terminar con la masacre?
Los días se suceden y vivimos para sobrevivir, en el trabajo de oficina escucho músicas del mundo relajantes que me ayudan en la concentración de las tareas, el fin de curso es un no parar de muchas cositas por hacer. Tengo suerte de contar con una ventana luminosa a la calle y sobre el armario de mi despacho tengo un jarrón con espigas secas que me evocan la tierra roja de mis añorados campos, este año, como casi todos la cosecha será muy incierta porque las tormentas con granizo dañaron los brotes tiernos y se anegaron, que tristeza ver palidecer lo sembrado antes de madurar, a este ritmo y con lo que falta para la recogida la incertidumbre para los agricultores va creciendo, esperemos que no vuelvan a sufrir inclemencias del tiempo y puedan recoger, al menos para sufragar la inversión.
Parece que la alcaldesa va a dejar a la Lonja tranquila, de momento, la Zaragoza de las flores que nunca he visto por parecerme improcedente en sus formas y hechos ha embelesado una vez más al vecindario. Así no vamos a conseguir en los barrios ni un mal césped. El que por cierto, necesita una isleta situada en mi paso cotidiano, con una escuálida palmerita plantada hace años en la esquina de Cantín y Gamboa con calle La Torre, esta palmera se resiste a morir, de la misma forma que el poso del barrio queda más prisionero y asfixiado con la proliferación de pisos turísticos y adquirido por empresas especuladoras con vecinas incluidas, la parte de vida más humana, la que nos hace reconocernos como parte de un entorno se está deshumanizando.
Junio comienza y mayo ha sido un desastre en política internacional, no pretendo arreglar el mundo escribiendo ni haciendo activismo pero siento la necesidad de colaborar en el grito, para que el grito se extienda.
Buenas noticias locales traen los periódicos diarios, por fin las pinturas de Sigena volverán a casa, después de tanto litigio, ya veremos cuando y como las traen y lo mejor de todo ¿dejaran que las veamos pagando una entrada para colaborar en las arcas comunes o para aumentar los beneficios del clero? En próximos episodios nos despejarán dudas, me temo lo peor.
Y es que una ya no irradia esperanza, con los pies en el suelo, mirando a la realidad de frente hago de tripas corazón y agradezco mi situación, siempre hay que dar gracias, cada vez me gustan más los humoristas inteligentes y huyo de las horteras familias de la tele, parece que televisión española tiene al enemigo dentro de su casa en vista de los programas que quita y pone, me rayan bastante los títulos de concursos en inglés y los programas que no aportan mucho, sigo fiel al gran Wyoming y en mi casa ni se cogen ciertos canales, pero una telenovela a tiempo siempre viene bien para echar una cabezadita. La vida no me da para ir a todos los actos sociales y culturales que me gustan y me fastidia no acompañar a Paco Rallo en la clausura de la exposición de 25 escultores que hacen un homenaje a su padre Francisco Rallo Lahoz, la inauguración fue sin duda la mejor en años que pudo contemplarse en la Asociación de Artistas Plásticos Goya / Aragón, la vida artística en Zaragoza de vez en cuando nos da sorpresas buenas, como también lo fue la inolvidable exposición en la galería Kafell del artista Paco García Barcos, en este local rebosante de arte por todos sus recovecos, nos presentó grandes formatos sobre papel en los que se pueden realizar muchas lecturas de lo representado, todas estudiadas y cultas, más allá de su trabajado colorido tienen la estética genuina de un artista consagrado que no se prodiga demasiado, pero al que siempre vale la pena seguir, su nervio y buen rollo contagian, lo pasamos bien en su inauguración. Salí de allí con un catálogo y una publicación numerada de sus obras que van a causarme gran deleite para estas mis horas bajas.
No sé cómo escribir un final para este texto, es como una línea continua del mareo vertiginoso ante la belleza del mundo que pasa al hastío ante tanta crueldad que puede llegar a acumularse en él.
Prefiero dejarlo aquí con realismo y afrontando lo que venga, así vamos.