Por Miguel Ángel Yusta
El pasado día trece tuvo lugar en el madrileño Teatro de la Zarzuela el estreno absoluto de la ópera María Moliner, de la que en el anterior artículo ya dábamos noticias y a la que la sección de Cultura de HERALDO dedicó un extenso reportaje.
Brillante interpretación de María José Montiel, que se mete en la piel de la protagonista y muy loable intento por parte de todo el equipo para construir una muy digna obra sobre la gran lexicógrafa de Paniza. Tal vez algún día podamos presenciarla en nuestra ciudad…
Este mes es de intensa actividad operística; son destacables las actividades de nuestros Músicos de Su Alteza, que con su director Luis Antonio González Marín, pasean por diversas geografías su música de excepcional calidad. También nuestros cantantes siguen triunfando en diversos escenarios; Ruth Iniesta está realizando una creciente carrera llena de éxitos, pisando fuerte en los teatros europeos. El primero de mayo, en Madrid, participará junto a Plácico Domingo en un Concierto solidario también en el Teatro de La Zarzuela.
Ya han dado comienzo algunos los actos del homenaje a Pilar Lorengar, que se desarrollarán durante todo el año, concretamente una interesante conferencia de Miguel Ángel Santolaria, muy bien relacionado con nuestra soprano y su entorno. Por otra parte, cabe citar en estas líneas la labor sencilla, callada pero eficaz de Mikrópera, que se definen como“Grupo lírico con muchas ganas de acercar el maravilloso mundo de la ópera a los niños y a todo tipo de público, a través de pequeños formatos y en idioma castellano”, y que realiza una muy interesante difisión de la ópera adaptada para niños. Una labor muy encomiable para formar y llevar a los más jóvenes al mundo de la ópera.
También es de destacar, y mucho, la larga e importante trayectoria de Rodolfo Albero Colino-Esbec que, con compañía propia trabaja por toda España, haciendo labor didáctica desde hace 16 años y con más de 700 conciertos en su haber. Hace poco acaban de realizar un trabajo para la Fundación Juan March. Rodolfo es el actual representante de una dinastía de buenos cantantes. Su padre lo fue y también su abuelo, de larga y recordada trayectoria en el mundo de la jota. Hay que apoyar estas actividades de nuestros profesionales, que con vocación, esfuerzoi y entrega recorren los caminos de la lírica llevando el nombre de Aragón allá donde actúan.
También es destacable la representación en el Real , del nueve al veinticuatro de abril,de la ópera, Brundibar, una partitura rescatada tras el Holocausto, del compositor judío Hans Krása, oriundo de Praga, que fue deportado al campo de internamiento de Terezín. El Real, en su programa, comenta que la obra, compuesta en 1938, se representó clandestinamente cuatro años más tarde en un orfanato para niños judíos en Praga. Posteriormente, Krása, ya internado, tuvo que reconstruirla de memoria, y se interpretó 55 veces en Terezín con la ayuda de los niños que allí habitaban. Esta ópera infantil fue redescubierta a finales de los años 70, y junto a El emperador de La Atlántida, de Viktor Ullmann, (que se representará en junio y que el entusiasmo de Ópera Aragón trajo en octubre de 2013 a nuestro Teatro Principal) constituyen símbolos de la resistencia cultural frente a la represión nazi. Y es que la ópera, como la poesía, también puede, ya lo dijo Celaya, ser un arma cargada de -en estos casos- eficaz munición cultural para que la sociedad aprenda a no olvidar ni repetir sus errores.
