Austria: Concierto del Cigala en Viena


Por Hugo Ester

    Después de su magnífica colaboración con Bebo Valdés, en la que han ganado casi todos los premios existentes (un Grammy, 3 Premios de la Música, un Premio Ondas, etc.) Diego trabaja actualmente con nuevos músicos,de una calidad exagerada y un dominio de la fusión entre las dos músicas que parece que han estado siempre unidas.

 

  
Por Hugo Ester Laín
Corresponsal del Pollo Urbano en Austria

     De alguna manera el flamenco y el tango están hechos de un material que se presta a la reunión, aun con todo, es difícil fusionar dos músicas y acertar de tal forma que suenen como una, es muy difícil unir la pasión y la melancolía y que se sientan ambas por igual.Pues Diego lo hace con un éxito arrollador, pone los pelos de punta y luego los arranca, lo hace naturalmente, como la planta que crece y florece, como el flamenco y el tango.

    También es difícil sonar mal en el Konzerthaus de Viena, que brinda una acústica que es complicada de entender hasta para los mejores físicos; pero es que la música del Cigala no versa sobre datos, sino sobre los sentimientos del pueblo y de la gente que lo forma, así, el que mejor canta en España aprovechó los recovecos del sonido e hizo lo que sabe hacer, cantar como nadie y sobretodo transmitir. Sube el tono, baja el tono y hace lo que le da la gana dejando al público (dicho sea de paso muy variado) atónito y satisfecho, todo el mundo disfruta menos el técnico de sonido, que se le ve apurado intentando cuadrar todas esas variaciones.

  Diego comenzó el concierto como el clima vienés en primavera, un poco frío, quizá fue tanta rubia en minifalda sentadaen primera fila, cosa que hasta a un maestro despista, quizá fue el Konzerthaus, que es imponente. Pero enseguida se calentó, la música es su idioma y en él se siente cómodo. Hace trabajar a sus músicos de una manera brutal, los cuales tienen una técnica que le hace sentir a uno como una nota del compás. Jaime Calabuig, usa el piano como una prolongación de su cuerpo, lo acaricia o lo golpea dándole a las notas su adecuado existir, soberbio.

   Yelsy Heredia al contrabajo. Qué barbaridad lo que puede disfrutar un ser humano al mando de su música, como hace del sonido su patria y su diversión, el de Guantánamo se ríe para sus adentros en cada compás, es evidente que la música le da placer.

   Sabú Porrina, encargado de la percusión, de integrar el ritmo en la melodía. Sabe tensar la música en el momento que se requiere, y esa tensión es imprescindible cuando un señor como Diego “El Cigala” está tratando de transmitir lo que canta a un público que no le hace falta entender el significado de las palabras, y que emocionado y agradecido consiguió unos cuántos bises de regalo, a lo que el artista respondió con su característico gamberrismo y gracia, y por supuesto con más temas.

   Cuando uno ve a Diego “El Cigala” culminar una noche de concierto solo piensa dos cosas, dónde irán después del concierto semejantes músicos a seguir tocando, y cuándo habrá otra oportunidad de volverlos a ver.

    Olé tú, Diego.

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