Por Manuel Medrano
Hasta el 28 de enero, se pudo visitar visitar la exposición titulada El Paisaje “como excusa”, que se presenta en la sala de exposiciones del Club de Empleados del Banco de Santander (c/ Camón Aznar nº 2, de Zaragoza –detrás de la Iglesia de Santiago-).
Constituyen este grupo cuatro veteranos artistas, José Ignacio Aranda Miruri, Ricardo Lamenca Espallargas, Carmelo Mélida Círez y Rafael Navarro García, que centran lo esencial de su trabajo en el paisaje, aunque abordan otros temas, y que elaboran sus creaciones en óleo sobre lienzo, a excepción de Aranda Miruri que pinta sobre panel o DM y que usa óleo, técnica mixta y acrílicos.
Se conocieron hace ya unos cuantos años, especialmente durante su participación en concursos de pintura rápida. Así se fueron creando vínculos de amistad y comenzaron a realizar viajes anuales a diferentes enclaves, con el único interés de plasmar unos paisajes diferentes a los que conocen mejor, que son los del entorno zaragozano. Ello conllevaba un mayor tiempo en compañía y más y mejores debates acerca de la pintura de los paisajistas que cada uno conocía. Tomaban multitud de fotografías con lo que, en cierta manera y sin darse cuenta, comenzaban a establecer nuevos encuadres y unas perspectivas cada vez más audaces, que después han tenido repercusión en sus cuadros.
En resumen, pintaban y pintaban y se pasaban el día hablando de pintura.
El resto del año suelen reunirse un día a la semana a desayunar y explicar sus progresos, y finalmente decidieron formar el grupo “El Callejón” para, en cierta manera, obligarse a establecer unas pautas de ejecución, composición, colorido, visión global de los temas, etc. No obstante, y teniendo cada uno de ellos su peculiar concepción y estilo, elaboran trabajos bastante dispares, como pueden (y les aconsejo) ver: a Aranda Miruri le interesa la simplificación y el fuerte colorido, a Lamenca el análisis y el detalle, a Carmelo Mélida, seguidor de la pintura americana, le gustan las grandes superficies y anda siempre buscando puntos de fuga y a Rafael Navarro, cansado un poco ya de tantos paisajes que ha pintado, le interesa ahora el juego con la paleta y los nuevos encuentros pictóricos. Todos paisajistas, todos muy diferentes entre sí.
Su intención es continuar pintando y esperar a que su evolución vaya siendo patente y notoria, así como tratar de transmitir lo que sienten a través de los pinceles y alcanzar una plena comunicación, entre todos, con el público ante el cual se sienten abiertos a cualquier sugerencia o nuevas aportaciones.