Por Fernando Gracia Guia
No digo nada novedoso si comento que la figura de García Lorca es casi inabarcable. Una y otra vez se montan espectáculos, profesionales o aficionados, valiéndose de la obra del granadino.
No sabía qué era exactamente lo que CARMELO GÓMEZ propone en este A VUELTAS CON LORCA que ha llegado a nuestro primer coliseo. Y la sorpresa no ha podido ser más agradable. Lo que al parecer era un montaje mucho más modesto, destinado a lugares pequeños, ha devenido en algo de más envergadura, que el leonés sirve con absoluto dominio de la escena, como si se le estuviera ocurriendo en aquel momento. Todo un homenaje a las letras hispanas, a la poesía, al teatro, al arte. Acompañado al piano por un ruso, Mihail Sdutionov, no solo va desgranando -e interpretando- versos del poeta, sino que rememora sus tragedias, habla de su tiempo, intercala aparentes morcillas, hace humor, nos divierte, nos emociona… traspasa en todo momento la cuarta pared y acaba por ofrecer un espectáculo que considero imprescindible para los degustadores de la poesía y amantes de las cosas bien hechas encima de unas tablas. Se podrá decir que no es un rapsoda al uso, y qué. Él es un actor y como tal se comporta. Como he tenido la oportunidad de comentar con él al terminar, ha habido momentos en los que en el escenario, «hacía Federico», como alguien dijo que ocurría cuando el poeta entraba en un recinto.