Por José María Bardavío
Elia Kazan director de las inolvidables A Street Car Named Desire y East of Eden, se centra ahora en esta película en los problemas que acarrea la represión sexual.
Nacionalidad: Estados Unidos. Año: 1961. Título original: ‘Splendor in the grass’. Producción: Elia Kazan (NBI Newton y Warner Bros). Dirección: Elia Kazan. Argumento y guion: William Inge de su obra teatral. Fotografía: Boris Kaufman (technicolor). Música: David Amram. Dirección artística: Richard Sylbert. Montaje: Gene Milford. Intérpretes: Natalie Wood (Wilma Deanie Loomis), Warren Beatty (Bud Stamper), Pat Hingle (Ace Stamper), Audrey Christie (señora Loomis), Barbara Loden (Ginny Stamper), Gary Lockwood (Toots), Sean Garrison (Glenn), Zohra Lampert (Angelina), Fred Stewart (Del Loomis), Sandy Dennis (Kay), Red Boxley (Will Hamilton). Duración: 125 minutos.
Elia Kazan director de las inolvidables A Street Car Named Desire y East of Eden, se centra ahora en esta película en los problemas que acarrea la represión sexual. Pues lo que enferma a la joven y bellísima Wila Dean (Deanie) Loomis (Natalie Wood) es el conflicto entre lo que debe hacer según los dictámenes que emiten sus padres y la sociedad en la que vive (un pueblo de Kansas en 1928), y lo que le pide su novio, Budd, el rico y atractivo compañero de instituto al que ama (los dos se aman) profundamente. Al querer más de lo que ella está dispuesta a dar, Bud termina en manos de una compañera de curso que le ofrece con gusto el sexo que reclama. El conflicto entre las fuerzas antagónicas del superó y el ello freudianos devora la salud mental de Deanie que termina siendo ingresada en un hospital mental. Aunque la películas se prolongue luego en la vida adulta de los dos protagonistas.
Del mismo modo que en Frances, ( Graeme Clifford, 1982) en Esplendor en la hierba aparecen tres secuencias con bañera que sintetizan tres momentos cruciales de la vida de la heroína. La primera bañeraaparece en la fiesta de los Stamper, la familia petrolera millonaria y dueña de la ciudad. El derroche frenético del final de la década de los veinte expresado a través de esa gloriosa y hortera bañera llena con el mejor champagne francés servido por la desenfrenada Ginny (Barbara Loden) hermana de Bud (Warren Baetty) novio de Wilma Dean Loomis (Natalie Wood) protagonista de la película.
Estamos en 1928 y pocos meses más tarde el país entre en quiebra financiera absoluta. Y el champagne a raudales dará paso a las colas del paro y a los comedores populares abarrotados de ciudadanos hambrientos. El propio Ace Stamper, el paterfamilias petrolero, perderá todo su dinero y los Loomis, ahora de clase media, se convertirán en millonarios al haber vendido casualmente sus acciones justo antes del crash financiero.
La segunda bañera narra la irrupción en el cuarto de baño de la madre de Wilma Dean ( Deanie) mientras su hija se está bañando para acusarle de haberse acostado con Bud. Inculpación errónea que desencadena un profundo deseo de muerte en la jovencísima Wilma Dean magistralmente interpretada por Natalie Wood. y el desequilibrio mental que padecerá la adolescente durante años encuentra arraigo en esa reunión despiadada en el cuarto de baño.
En la tercera bañera el violento deseo de muerte engendrado por la acusación materna se prolonga en el embalse en donde Wilma Dean decide quitarse la vida. Y que vuelve a frustrarse cuando los compañeros de instituto que acaban de llegar, se lanzan al agua y la rescatan de una muerte segura.
Está suficientemente claro que el desear ahogarse bajo el agua continúa el haber tratado de hacerlo en la bañera por la cruel e injusta acusación de su madre. Es el shock por el fracaso de la relación materna lo que conduce a la chica a destruirse del todo. Intentó quitarse la vida ante su madre (aunque la propia morfología de la bañera se lo impidiera) como forma de protesta radical e inconsciente, del hecho de haber nacido de ella reconvirtiendo el sentido convencional de la bañera en útero espantoso. Es un remontar el nacimiento para precisamente allí negarse la vida, la vida que le dio la mujer que tiene en frente y que al descalificar a su hija, al insultarla, genera esos incontenibles deseos de muerte en la pobre y fiel (fiel a su madre) Deanie.
Psíquicamente exhausta por la represión sexual que se impone e impone a Bud para contentar a su madre, resulta que es su madre la que torpemente la acusa de haberse acostado con Bud. Es el sentirse sola, perfectamente defraudada y abandonada, lo que inspira esos deseos de muerte que hubiera ejercido si la bañera fuera un embalse. Y cuando el embalse le permite la ejecución de esos mismos deseos de muerte prolongados, el azar de la llegada de los amigos supone el fracaso del intento de suicidio y el rescate de las aguas terriblemente maternas.
El blog del autor: http://bathtubsinfilms.blogspot.com.es/
Nota de la redacción: Tenemos la suerte de poder contar en esta sección de cine del Pollo Urbano con la singular colaboración del amigo, profesor y escritor José María Bardavío. De su blog: “Las bañeras en el cine” vamos a ir acercando a nuestros lectores amantes del mismo estas apreciaciones sicoanalíticas de algunas películas que , sin duda, forman parte de nuestras vidas. Y todo ello se hará a través de este apartado que hemos decido llamar: “Desde el diván”. Gracias al profesor por su generosidad y enhorabuena a los polleros enamorados del cine.