Por José Luis Cortés
Despacito, despacito y a compás, así fue la entrada de Manuel Molina en su intervención, Pirineos Sur 2007, en el espectáculo llamado Los Juncales, donde junto a Moraíto, Diego Carrasco, Javier Barón y Tomasito dieron gloria en una fría noche a la parroquia congregada.
Actuaron junto a Antonio Carmona,el de Ketama, que tuvo la ocurrencia de hacerlos salir al escenario, largarlos y volverlos a llamar mas tarde, ahí fue donde Manuel dijo que el ya no podía salir y no salió. Por la noche, en la discoteca del Hotel Nievesol hubo sarao y solo recuerdo aquí el beso que me dio Manuel, dios tenga en su gloria.
Aunque la mayor fama, y con justicia, se la haya llevado por su arrebatador dúo junto a Lole, su pareja entonces; hay una historia brutal en su participación con el grupo Smash, el eje fundamental del flamenco rock nace con el Rock Encounter de Sabicas con Joe Beck, y su traducción española , gracias a Ricardo Pachón como instigador, es Smah con su “Ni recuerdo ni olvido”, o los” Tangos de Ketama”, aunque alcazaron cierto fulgor con “El garrotín”.
Manuel Molina es una pieza adelantada, un verso que de tan libre une las partes, su forma de decir, un flow gitano en toda regla, cargado de compás.
Cuelgo para recordarle esa pieza tan alucinante y lisérgica que es “Ni recuerdo ni olvido” de los geniales Smash