Plataforma Poetas por Teruel: De los libros de los demás

Por Jesús Soria Caro

    La Plataforma de Poetas por Teruel está dando vida a la poesía, realizan recitales continuos por todo Aragón, se les debe reconocer la muy encomiable labor de llevar la cultura literaria no solo a los grandes escenarios: la casa de citas, diversos locales de Teruel, sino también a otros lugares donde no llegaría con tanta facilidad: Burbáguena, Calanda, Calamocha, innumerables localidades pequeñas de la provincia de Teruel y del resto de Aragón.

     Nacho Escuín, a quien la poesía le debe todo en Aragón: agitador cultural, poeta, profesor universitario, es el alma de este proyecto tan hermoso. Hace ya dos años que se puso en marcha esta excelente idea de la que también fueron figuras claves Cristina Giménez, Marisol Julve, Jesús Cuesta, Mario Hinojosa y Fabián Navarrete. Entre todos dieron forma a una Plataforma interesada en canalizar la pasión por la creación poética tanto en Teruel como en otras zonas de Aragón.

     Este 17 y 18 de octubre quien aquí firma estas líneas pudo asistir a algunos de los actos de este encuentro que se organizó en torno al cuento y a la poesía. Junto a debates y presentaciones, se realizaron también lecturas en bares de la ciudad, en el Espacio Luvitien, espacio cultural asentado en pro de estas necesarias puestas en escena de recitales poéticos. La implicación de la ciudad ha sido máxima, en todos los niveles, desde la presencia institucional hasta la asistencia de numeroso público, en muchas de las sesiones se rozó el lleno tanto en el Museo Provincial como en citado local que es ya, sin lugar a dudas, un referente cultural de la vida nocturna de la ciudad.

     El proyecto ha servido para dar cobijo a nuevos creadores, lanzar a autores que han participado en diversos actos organizados por la Plataforma, descubriendo enormes creadores como Ismael Diallo, que llegó a España en una patera, es una voz novedosa con destreza en el dominio de las imágenes poéticas. Es suyo es un relato lírico, en primera persona, de un mal social que afecta a quienes vienen buscando una oportunidad, un escritor que clama contra el abandono al que son sometidos muchos inmigrantes que acaban muriendo en el intento de llegar a un lugar donde puedan encontrar una oportunidad. Leyó Ismael hace unas semanas en un programa de emisión nacional unos versos en los que contaba su experiencia. Jesús Cuesta también ha editado un poemario interesante Mariposa de luz, Cristina Jiménez es otra autora que, ya teniendo obra literaria anterior al proyecto, ha publicado libros tras haber colaborado en la creación de esta Plataforma, destacamos en su producción Escaparate o escondite. En su obra se desnuda el verdadero yo de las apariencias, del disfraz externo con el que se viste a nuestro personaje social. Marisol Julve, autora de Hija del carbón y Mario Hinojosa que firmó hace un tiempo Pico del buitre, ambos en Los libros del gato negro, son dos grandes voces de la poesía aragonesa que también forman parte de este grupo.

      A lo largo de las diversas jornadas se organizaron mesas redondas donde los invitados debían hablar de su obra en relación al tema central propuesto en cada una de ellas. La primera, tras la inauguración, fue la que puso en escena el tema: “Voces y ecos turolenses” con María Benítez y Vicent Camps, siendo los moderadores Jesús Cuesta y Cristina Giménez. La segunda de esa misma tarde tuvo como motivo central “Ellas cuentan”, abordando la mirada femenina en la obra literaria y teniendo como autoras invitadas a Fabiola Hernández y a Elisabeth Candina, siendo en este caso los moderadores Mario Hinojosa y Juan Villalba. Por la noche tuvo lugar la primera sesión en la que las voces de los poetas que se escucharon fueron muy potentes, cada uno con su estilo brilló en una jornada excelente. Disfrutamos del lugar, del fervor, la pasión por la poesía, la fuerza del escenario de una ciudad que ama la palabra poética, todo ello gracias a la excelente labor de los que han dado forma a este proyecto, porque, sin duda, la poesía debe salir a las calles, llegar a la gente, vivirse en los bares. Recité, acompañado a la guitarra por Jorge Baquedano, junto a grandes autores como Enrique Cabezón, Jorge Ortiz Robla, José Blanco y Sonia San Román, demostrando todos ellos la solidez de su puesta en escena.

    La jornada del sábado tuvo interesantes sesiones en las que se debatieron y expusieron algunas claves de su obra. Asistí a las dos primeras. El salón de actos del Museo Provincial prácticamente se llenó: el nivel poético, el interés de las ideas planteadas, la calidad de los versos, hicieron que disfrutáramos de una excelente velada quienes allí nos encontrábamos. Ada Menéndez nos contó que en su obra no rehúye la incomodidad, las zonas oscuras de sí misma, la infancia y su dureza es un tema recurrente, se ha cansado de ser “auto-tema” de su obra y busca nuevos asuntos fuera de sí misma. Lucas Rodríguez, que además de poeta fue editor, habló de todo lo que ha hecho que su obra sea como es: los lugares donde ha vivido, las personas que ha conocido. El viaje es una forma de huir de un yo atrapado en un escenario de lo social que dicta quienes somos, porque afirmó que se puede marchar a otras ciudades, pero no escapar de uno mismo. El budismo le ha llevado al presente, a verse más allá del yo, su experiencia en Japón y en otros lugares del mundo han ido moldeando su yo nómada, curioso, que busca otras realidades diferentes a la sociedad en la que vivimos.

     Ada reconoce que le influenciaron muchos poetas, que sus primeras etapas eran un homenaje a estas, eran un faro que la iluminaba en los mares de las ideas, ahora ya define su voz como una construcción propia, surgida inicialmente de aquellas voces, pero que ha seguido en un camino libre creado desde su interioridad. Aconseja que no se saque nada del interior, aunque afirma que en “Venus 19” sí que buceó en el dolor de la experiencia, pero insiste en que le gustaría que en su caso todo este lastre del yo y su dolor quedara atrás, como así llevó cabo en el poema “Abierta de piernas”. Lucas habla de que lo que siente, lo que vive en el interior es transformado en una obra poética, que el poema no debe hablar del yo, pero sentir la realidad nos puede llevar a crear un poema que sea una mirada compartida, universal, en la que todos veamos algo de lo habita en el interior humano, el poema no es el espejo del yo, la interioridad del mundo tras experimentar lo externo de la vida.

    La segunda sesión abordó la propuesta “Literatura y vida”.  Los poetas invitados eran Barbara Grande y Santiago Vicente Gómez (también integrante del grupo Volador). El segundo habló de todas las manifestaciones “artísticas” como son poesía, música… que nacen de la necesidad de contar lo que somos, lo que nos preocupa. Señaló que cuando alguien en una letra de una canción o en un poema se reconoce en algo que has escrito, esto provoca que te sientas menos solo.  Relató también como Volador, su proyecto musical, nació siendo todos los integrantes muy jóvenes, serían fichados por una gran compañía como Warner. Las letras que compone, nos dijo que siempre intenta que tengan un trabajo literario.

   Después habría otros platos fuertes como las sesiones en las que participaban David Mayor y José Luis Piquero con las moderadoras Marisol Julve y Sonia San Román. La última sesión de la mañana también era una excelente sobremesa cultural, con la intervención de Aurora Beltrán. De nuevo el programa de lecturas nocturnas prometía, se citaron grandes nombres para el recital y presentación de libros en el Luivitien, se contó con los poetas Víctor Giu, Gisela Martín, Pablo Lópiz, José Antonio Llera, Rosa Navarro y Vicente Gómez.  También Ricardo Díez Pellejero, poeta, crítico literario, presentó su traducción de la obra de Huang fan. No lo ha traducido directamente del texto original, sino que ha hecho una “adaptación” de una versión inglesa. Hay que destacar que la Plafaforma ha editado, entre otras, varias obras como el poemario citado de Díez Pellejo, la antología Nosotras, y la obra de Enrique Cabezón Contra la gravedad de los poetas que critica a la situación de Gaza, es poesía del absurdo, que quiere estar en el margen de todos los centros culturales hegemónicos, que en el texto poético de título homónimo al libro alude al ridículo de la auto-exibición de quienes creen que el yo poético debe ser el yo del autor, exhibiendo su ego. Desde la sátira y el humor desmonta dichos preceptos mal entendidos en quienes tienen dicha concepción estética.

      Es de agradecer esta gran labor cultural de difusión, edición y organización de actos literarios que demuestra que la cultura no está solo en las grandes ciudades, sino que puede llegar a todas partes. La Plataforma de Poetas por Teruel pasa a ser un referente cultural en pro de la necesaria defensa frente al maltrato que suele sufrir en general la poesía en esta y en muchas épocas de la historia.

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