Kombolói: Relatos en torno a obras de Francisco Rallo Lahoz. 


Por C.B.

      La presentación del libro de relatos sobre obras del escultor se llevó a cabo en el antiguo salón de plenos de la Diputación Provincial de Zaragoza.

     Nos acogió el lugar haciendo honor al entorno, llenándose de personas afines por unas u otras motivaciones, la escenografía fue perfecta y se percibía el brillo y esmero que las trabajadoras de la limpieza realizan en la Institución, disfruto de estos actos tan selectos en lugares carismáticos y siempre tengo el recuerdo del buen trabajo que se realiza a horas intempestivas, casi siempre por mujeres que resultan invisibles, y dejan los espacios limpios para su uso, muchas gracias a ellas.

    El salón estaba abarrotado de artistas, escritores, gentes de la cultura y del arte, además de las amistades y familia Rallo Gracia, el ambiente era agradable y emocionante, con el ansia de ver por fin a la luz un libro tan esperado y la excusa, como siempre, del encuentro y el saludo entre asistentes.

     La presentación estuvo a cargo de  Paco Rallo Gracia, hijo del escultor que dio en primer lugar la palabra a José Luis Angoy, quien nos habló de la admiración por las obras de él, de su pasión por el trabajo y del cariño que le profesaba, de hecho es lo que nos transmite en el prólogo, a través de las cinco primeras páginas realiza una semblanza que muestra el conocimiento y profundo respeto que siente ante las obras de Paco Rallo Lahoz y hacia él mismo como persona, un buen retrato en palabras que sirve de introducción al libro.

    Kombolói  nos muestra una singular y en mi opinión espectacular, presentación máxima y original en el diseño de portada realizada por  Isidro Ferrer.

     Nos introduce en materia el libro con un índice aclaratorio de lo que vamos a encontrarnos en el interior, como debe ser un buen libro, en su página tres y antes del prólogo nos encontramos con una fotografía de Francisco Rallo. Perfecto retrato en color realizado por Gonzalo Bullón, para quienes tuvimos la suerte de conocer al artista, es la imagen transparente y real de quien era, tal cual se muestra, una buena instantánea como introducción, para estar acompañadas con el propio escultor del que tratan todos los relatos. 

     Diecinueve historias escritas por los escritores y escritoras invitadas: Pilar Aguarón Ezpeleta, Ramón Acín, Ana Rioja, Féliz Teira, Alix Rubio, Mariano Gistaín, Genoveva Rodea, Raúl Herrero, Cristina Beltrán, Adolfo Burriel, Elena Laseca, Michel Suñén, Silvia Barcelona, Jordi Siracusa, Angélica Morales, Juan Villaba, Marta Domínguez Alonso, Eugenio Mateo Oto y Cristina Marín Chaves,  en este orden van trazando historias variopintas acerca de otras tantas obras de nuestro homenajeado.

    Al paso de una a otra historia hay magníficas fotografías de autor – en color – de las obras a las que los relatos hacen referencia situando la lectura, haciendo del libro una buena pieza de colección para adquirir, leer y admirar.

    El epílogo lo escribe Pilar Aguarón Ezpeleta, como pintora, escritora y amiga de Francisco Rallo quien ha tenido el reto de coordinar  y elegir a casi todos los autores para llevar a buen puerto la edición, en un breve epílogo que destaca, de principio a fin, el afecto por  Rallo y algunas entrañables vivencias compartidas.

    En la página 169 nos encontramos con la fotografía de una obra de Alejo Anadón García, de su serie Bellas Artes, realizada en 2021 con Pintura plástica satinada y rotulador sobre lienzo que sirvió para difundir la exposición de “25 Escultores actuales. Homenaje a Francisco Rallo Lahoz” , comisariada por Paco Rallo Gracia y que se expuso en la Asociación de Artistas Plásticos Goya- Aragón del 7 de abril al 29 de mayo de 2025.

      La obra coral en sus páginas finales cuenta con una secuencia cronológica de actividades del centenario de Francisco Rallo Lahoz imprescindible para investigaciones posteriores.

     En su última hoja viene la delicia de una fotografía de un abanico amarillo en el que dibujó  un torso con rotulador indeleble en el año 1988. Actualmente se encuentra en la colección surrealista de Sirio, en Valderrobres.

     Un libro recomendado, no sólo para lectores, sino para todas aquellas personas que conocimos a Francisco Rallo y para las que gustan del arte. Un libro que nos recuerda la humildad y grandeza de un escultor próximo.

   Al terminar el acto lo celebramos en el bar Bonanza para no perder las buenas costumbres en el  beber y el comer.

     Brindar y charlar. Sitúan los recuerdos y los refuerzan, estrechan y alimentan las relaciones de amistad que en este libro han convergido. Este libro va a ser como el buen vino, mejorará con el tiempo. Pueden adquirirlo en la librería Antígona                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

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