Un ratico en la Feria del Libro


Por Santiago Gumiel

    Entre los días 31 de mayo y 8 de junio se celebró en el Parque Grande la Feria del Libro de Zaragoza, y cámara en ristre allá que nos fuimos.

    Si Fahrenheit 451 es la temperatura a la que arde el papel, otro gran enemigo se cernía sobre escritor@s, poetas, ilustrador@s, librer@s y libros. ¡Horror! El agua.

 

    Y es que llovió a gusto los primeros días, y ya se sabe suelo mojado, cajón seco. A pesar de ello todo el gremio mostró su mejor sonrisa, porque a mal tiempo buena cara —prometo que es el último refrán—.

 

  Desde escritores consagrados a exploradores noveles que intentan abrirse paso en la selva de las letras, todos aceptaron posar para este humilde fotógrafo, y desde ya pido disculpas porque debido a limitaciones de espacio muchos se han quedado fuera del mejor magazine del mundo mundial que no es otro que este que estás leyendo.

   Juan Bolea, alma de Aragón Negro; Antón Castro, siempre con la pluma como radar; Luis Rabanaque, «viudo» de la añorada Laura Gómez-Lacueva; Michael Barcia, un Mozart adolescente de las letras; Clara Fuertes llevando sobre sus hombros el peso de su obra; Almu Bree, grácil mariposa novelista; Trinidad Ruiz, el fulgor poético; XCar Malavida, monigotero de los buenos; Eva Morera, que se ha equivocado de siglo pero no de buen hacer; Aurora Pinto, cuyas ideas se transforman en libros; José Luis Cano, ba-rockero Gracianero; María Frisa, igual de buena modelo que escritora; Julián Casanova, la Historia y Teruel existen; o Pilimar Aguilar, colaborando a que los más pequeños se envenenen de lectura.

Gracias a todos ellos.

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