Por José Joaquín Beeme
Y en la sección Ágape, en este número pollero vamos con Banksy, artista elusivo donde los haya.
Después de muchas pesquisas, di con él (peluca y bigote postizos, la voz distorsionada) en un pub de Bristol y, entre pinta y pinta de Old Ale, le arranqué una graciosa confesión: “mis grafitis no son mis grafitis; los licencio, cada noche, como si fueran patrimonio bastardo de la humanidad”. ¿Puedo, entonces, apropiármelos? Puedes, me dijo. “Con una condición: dales nueva vida, porque nos van cancelando de las paredes”.
Así es cómo se me ocurrió este vídeo-grafito: