Reportaje fotográfico de «grafitis» en Londres


Por José María del Campo

    Nuestro amigo y colaborador, José María del Campo nos ha traido este singular reportaje fotográfico donde recoge parte de la inmensidad de grafitis que llenan las calles de Londres ¡Gracias y que lo disfruten nuestros lectores!

 «Características

    En el lenguaje común, el grafiti incluye lo que también se llama pintadas: el resultado de pintar letreros en las paredes, frecuentemente de contenido político o social, con o sin el permiso del dueño del inmueble, y el letrero o conjunto de letreros de dicho carácter que se han pintado en un lugar. También se llama grafito, por extensión, a los eslóganes que se han popularizado con estas técnicas; por ejemplo, los grafitos de los disturbios de mayo de 1968 en París: L’imagination au pouvoir (la imaginación al poder), o Sous les pavés il y a la plage (bajo los adoquines está la playa), etc. La expresión grafiti se usa también para referirse al movimiento artístico del mismo nombre, diferenciado de la pintura o como subcategoría de la misma, con su origen en el siglo XX. Fue un movimiento iniciado en los años 1960 en Nueva York, o, según aluden fuentes bibliográficas como getting from the underground, en Filadelfia.



   El grafiti es uno de los cuatro elementos básicos de la cultura hip hop, donde se llama grafo o grafiti a un tipo específico. En este sentido, una pintada política no sería un grafito.



Origen y variantes del término

 

   Es un término tomado del italiano, graffiti, plural de graffito, que significa ‘marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro’ y así llaman también arqueólogos y epigrafistas a las inscripciones espontáneas que han quedado en las paredes desde tiempos del Imperio romano. El arqueólogo Raffaele Garrucci divulgó el término en medios de académicos internacionales a mediados del siglo XIX



   El neologismo se popularizó y pasó al inglés coloquial al usarse en periódicos neoyorquinos en los años setenta.[]Por influencia de la cultura estadounidense, el término se popularizó en otros idiomas, entre ellos el castellano. Curiosamente, aunque el término grafiti ha pasado a muchas lenguas, en italiano se emplea el término de origen inglés writing para referirse a los grafitos de estilo hip-hop, ya que grafiti se deja para su sentido original.



   Entre los hispanohablantes, es habitual oír grafitis, en plural, porque, aunque en la lengua de origen el término ya esté en plural, no se considera de este modo el calco.



   El Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española recomienda el uso de la palabra grafito. Admite como válido el uso de grafiti en singular, y de grafitis en plural, aunque recomienda usar la palabra «grafito» y «grafitos» para su plural, que son las versiones castellanizadas de graffito y graffiti respectivamente. Recomienda además que cuando se trate de un texto o dibujo pintado, y no rascado ni inciso, se utilice «pintada». Aún aceptando la castellanización de graffiti a «grafiti», se recomienda evitar el uso de graffiti, ya que en español no existe la grafía ff.



   Sin embargo, los propios grafiteros, casi la totalidad de las referencias editoriales, medios de comunicación, páginas web, positivos, y revistas especializadas [][]utilizan la acepción italiana graffiti para referirse al grafito tanto como movimiento cultural y artístico, como a las propias pintadas.



  La costumbre de escribir el propio nombre en propiedades y lugares públicos es antiquísima. En arqueología se utiliza el término «grafito» o graffiti (del italiano) para referirse a este tipo de inscripciones realizadas sobre muros, generalmente estucados, así como a los letreros arañados sobre cerámicas (habitualmente para marcar la propiedad). No se refiere a las realizadas por el autor de un monumento, sino a las que otros hacen posteriormente sobre el edificio acabado. Por ejemplo, las paredes de mazmorras y prisiones muestran los mensajes, dibujos y calendarios realizados por los presos.

Historia del grafiti contemporáneo

   Tras un asesinato cometido en Londres el 30 de septiembre de 1888 y atribuido a Jack el Destripador, la policía encontró un trozo del delantal de la víctima ensangrentado en la calle Goulston. En la pared, la policía vio una frase escrita con sangre o, según algunos agentes: «The Juwes are not The men That Will be Blamed for nothing». Se interpretó que la palabra Juwes era una versión incorrecta de Jews (‘judíos’), con lo que una traducción podría ser ‘Los judíos no son los hombres que serán culpados sin motivo’. – Temiendo que la inscripción pudiese aumentar el antisemitismo de gran parte de la población, el superintendente de la policía metropolitana, Thomas Arnold, la hizo borrar antes de que amaneciese. Varios agentes discreparon de esta orden, creyendo que el grafiti podría ser una pista en la investigación de los crímenes.



   Cuando las tropas norteamericanas entraron en Túnez en la primavera de 1943 durante la II Guerra Mundial, Campaña del Norte de África, vieron por primera vez el grafiti: Kilroy Was Here (Kilroy estuvo aquí). Tanto en sus avances por Italia como por Francia y finalmente Alemania volvieron a encontrar una y otra vez este grafiti. Nunca se supo nada sobre el autor, se cree que pertenecía a una unidad de Ohio. Después de la guerra, el nombre «Kilroy» se hizo sinónimo de grafito, encontrando su camino sobre las cubiertas de los cuadernos de estudiantes. La típica presentación del «Kilroy was here» muestra una cabeza y unas manos asomándose sobre el borde de una valla. Esta figura es conocida como Chad en otros países.



   En los años 1950 – después de la muerte de Charlie Bird Parker, el gran músico de jazz, la canción Bird Lives (‘Bird vive’) fue pintada en todas partes de clubs de jazz a través de Estados Unidos., en particular en Nueva York; pero fue efímero, y seguramente no tuvo el impacto que había tenido Kilroy.



Grafiti moderno (1960-1970)

 

   En 1960, Cornbread, de Filadelfia, junto con su partner «Kool Earl» ayudaron a definir el papel del grafiti (bombing) y el getting up; una parte principal de aquel papel era la fama. Cornbread comenzó a grafitear, para llamar la atención de una muchacha que le gustó, con unas firmas (tags). Pronto esto se le volvió una misión a tiempo completo, tanto que se otorgó una corona, que colocó en su tag. Las proezas de Cornbread pronto fueron registradas por la prensa negra, creándose una retroalimentación entre ambas: cada tanto los periodistas sugerían una idea que realizaría Cornbread. Por ejemplo, alguien mencionó que sería fantástico que alguien pusiera un tag en el jet de Jackson Five cuando aterrizara en Filadelfia. Cornbread lo hizo y la prensa lo publicó. Hacia finales de los años ’60 una subcultura había nacido en Filadelfia que tenía su propio estilo: letras largas con bases sobre el inferior. Años más tarde, cuando esto llegó a Nueva York, fue llamado Elegante Broadway. La única cosa faltante del movimiento de Filadelfia era la prominencia del metro. Cornbread dejó de pintar en 1972.



   A finales de los años ’60, en 1967, se vio una explosión de nombres sobre edificios y paredes en todas partes de la ciudad, grupos de grafiteros tejían su camino por los lemas políticos que reflejaron el cambio social de una nación. El signo de la paz era seguramente ubicuo alrededor de recintos universitarios de colegio. La militancia negra fue vista con mensajes pintados a spray de: Free Huey (Huey libre) y de Off Tha’ Pig (‘abajo el cerdo’; en la jerga, «cerdo» significa ‘policía’). En la mayor parte de los barrios donde las vecindades eran de mayoría puertorriqueña, había banderas de esta nacionalidad pintadas por todas partes con la expresión; Viva Puerto Rico Libre.



   En la primera generación de Nueva York, los grafiteros eran distintos en esto ya que ellos se asignaban un número al nombre que habían escogido. La mayor parte de los números reflejó la numeración de la calle en la que los autores vivían, por ejemplo: Taki 183, SEN TFK, Franquean 207, Tree 127, Julio 204, Cay 161, Junior 161, Eddie 181; eran todos los grafiteros del lado superior del oeste de Manhattan, en la mayor parte de historias del temprano grafiti en Nueva York. En los otros distritos municipales por lo general se hicieron pequeños cambios, pero no hay que negar que Lee 163 del Bronx, y Undertaker Ash y Friendly Freddie de Brooklyn y muchos otros han jugado un papel tan significativo como sus colegas de Manhattan.



 Grafiti y comunicación social

    El arte del grafiti se extiende en el análisis de los elementos léxicos y visuales que lo definen. Pero como todo arte, no se adhiere únicamente a estos aspectos. A pesar de presentarse como palabras, letras o dibujos, el espectador nunca podrá ver estas exclusivamente como tales. El grafiti es más que una experiencia visual, es también una experiencia temporal y espacial (Lynn y Lea, 2005). Existe un conjunto de condiciones (localización, momento, influencia social, acontecimientos políticos y culturales, acontecimientos personales, etc.) que coinciden en un momento en el tiempo y que definen aquello que la pieza artística transmitirá al espectador. Este conjunto de condiciones, que no se observan explícitamente, se esconden detrás de un grafiti y son plasmadas espontáneamente mediante un espray o rotulador sobre una pared, muro o semejante y a través del uso de letras, palabras o dibujos. Bajtín introdujo un concepto clave que, sin ser la intención del autor, nos ayuda en la conceptualización del grafiti desde la psicología de la comunicación. Para el, la inmediatez del momento hablado recibe el nombre de ”utterance” (en español se traduce como “palabra”, “declaración” o “expresión”) y todas las “utterances” son heteroglosicas. La palabra “utterance” hace referencia a aquello que se dice, la unidad del discurso, y en relación al grafiti, es aquello que se escribe o dibuja, la pieza. El término heteroglosia (heteroglossia en inglés) hace referencia a la cualidad de ser contextualmente dependiente. Cada palabra hablada o escrita reúne y está influenciada por una serie de condiciones históricas, políticas, meteorológicas, psicológicas, etc. que le darán un carácter único al significado de esa palabra siendo a su vez diferente del significado que tomará la misma palabra expresada bajo otro conjunto diferente de condiciones. Así, el grafiti se caracteriza por ser un arte que no solo se limita a expresar los elementos léxicos y visuales que todos vemos y que son obvios, sino que transporta consigo una serie de condiciones anteriormente citadas que el espectador es capaz de absorber mediante la visualización de este tipo de expresión artística.



   En relación con la heteroglosia mencionada anteriormente quisiera remarcar la importancia que adquieren en este contexto los mensajes implícitos, el significado de los cuales no es obvio ni evidente y su comprensión requiere un nivel más profundo de conocimiento: “Las percepciones de los espectadores, su comprensión sobre lo que está ahora ante ellos, están estrechamente ligadas con su conocimiento y con la experiencia del área, de los individuos, de las culturas y de las subculturas de estas áreas. (…) Como percibimos y entendemos el mundo social de nuestro alrededor depende del grado en que somos informados sobre lo que vemos y experimentamos.” (Billig, 1996: 121).



Fuente:  http://es.wikipedia.org/wiki/Grafiti

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