Por Julio José Ordovás
Todo el mundo sabe que Javier Lambán era un lector voraz.
Lo que quizá no todo el mundo sepa es que uno de sus últimos tuits se lo dedicó a un escritor catalán y a una novela cien por cien barcelonesa: Sergio Vila-Sanjuán y su ‘Misterio en el Barrio Gótico’. Los que acudimos a la presentación del libro, a cargo de Antón Castro, en el Patio de la Infanta, lo pasamos de lo lindo con la charla instructiva y divertida de Sergio, que se prolongó en una cafetería de la calle Cádiz, donde el autor, a traición, nos pagó la cena.
Vila-Sanjuán es un ‘gentleman’ de Barcelona, que encarna lo mejor de la gran ‘encisera’: su espíritu dinámico, emprendedor y cosmopolita, su amplitud de miras, su hospitalidad y su modernidad, una modernidad que no renuncia a su historia y a sus tradiciones sino todo lo contrario. Vila-Sanjuán disfruta tanto con un ‘bestseller’ de calidad como con un buen helado. Su talante cordial y su humor ‘british’ se proyectan en todo lo que escribe.
Despliega las antenas, como hacía Jorge Herralde, cuando sale en la conversación el nombre de algún escritor emergente, pero ha conocido a tantas grandes promesas de la literatura que han derrapado y se han salido de la cuneta recién comenzada la carreter que no puede evitar un gesto de escepticismo. Director de ‘Cultura´s’ de ‘La Vanguardia’, es uno de los más grandes periodistas culturales que ha dado nuestro país en las últimas décadas, y aunque él insiste con éxito y brillantez en el género novelístico, y planea regresar al teatro, espero que algún día se anime a escribir sus memorias.
Memorias que Lambán, tristemente, no podrá disfrutar como sí disfrutó de la magistral intriga policial de ‘Misterio en el Barrio Gótico’.