
Por Juan Carlos Cervero
Nuestro ciclista pollero ha cambiado las ruedas por las zapatillas y un grupo de amigos andarines y, en esta ocasión, nos muestra la etapa que realizaron: Santa María de Huerta – Alhama de Aragón
Duración 7:55
Distancia 36Km
Ascenso 479 m
Camino del Cid 1500 km de caminos rurales y senderos tras las huellas del Cid Campeador.
Santa María de Huerta, refectorio tardo-románico de los conversos del Monasterio gótico de Santa María de Huerta ( siglos XII-XIII-XVI) a 2km castillo de Belimbre, ruinas.
Torrehermosa, en la Comarca de Calatayud, a 839 metros de altitud, se sitúa la recoleta localidad zaragozana de Torrehermosa. La iglesia barroca de Nuestra Señora de la Blanca (siglo XVII) es uno de los edificios más destacados de este pueblo, cuna natal de San Pascual Bailón y donde aún se exhibe su pila bautismal. Cerca de aquí se alza la torre del antiguo templo parroquial y el Palacio de Fabián y Fuero (siglo XVIII), de estilo neoclásico. En lo alto del municipio se conservan los restos de un castillo medieval (siglo XI). Este punto es un magnífico mirador natural para contemplar todo el entorno.
En los alrededores se suceden diversas bodegas perforadas en las paredes rocosas, la Ermita de la Virgen de la Sierra, numerosos peirones devocionales, un nevero de origen medieval y una hermosa encina centenaria. Torrehermosa forma parte del Camino del Cid, la ruta turístico-cultural que recuerda el destierro del legendario caballero medieval desde Burgos hasta Valencia.
Monreal de Ariza
Realmente hay algo de fronterizo, de western medieval, en estos territorios de la cuenca del río Jalón comprendidos entre el castillo de Montuenga de Soria y el de Monreal de Ariza. Monreal se levanta sobre una pequeña loma a los pies del castillo y de la iglesia, y aún es visible ese pasado medieval en los trazados de algunas de sus calles, que por lo demás muestran una equilibrada urbanización.
El castillo fue mandado construir por Alfonso I en 1128 y poseía un buen número de elementos defensivos como correspondía a la primera línea de frontera. Desgraciadamente el castillo se encuentra en estado ruinoso. Los tapiales conservados y la forma de su torre pentagonal de sillería ofrecen un aspecto de olvido casi fantasmal, acentuado por el repentino aleteo de las palomas que literalmente viven en la torre o el paseo por el cementerio viejo de la villa, abandonado, ubicado en el antiguo patio de armas del castillo.
Adosada al castillo está la iglesia románica de La Asunción, originariamente construida entre los siglos XII-XIII. La iglesia forma parte del recinto amurallado -era su antigua capilla- lo que le da un aspecto muy singular, ya que para acceder a ella hay que traspasar una muralla. La torre, fortificada, muestra la adaptación del templo a las necesidades del momento.
Ariza
En los tiempos en los que se escribió el Cantar, a principios del siglo XIII, Ariza estaba bajo dominio aragonés. Sin embargo su población era predominantemente musulmana. Aún pueden verse los vestigios de su pasado medieval en sus calles alambicadas bajo el «castillo» o las calles de la morería.
En la Edad Media Ariza contó con un poderoso castillo del que el viajero apenas podrá vislumbrar unos pocos vestigios. El castillo coronaba la población, sobre un cerro de arcillas, y tuvo gran importancia como fortaleza fronteriza. Vale la pena visitar en la población la iglesia tardogótica de Santa María La Real (XVI), y su viejo puente medieval sobre el Jalón.
Cetina
Cetina se halla en la vega del río Jalón; este río ha sido desde épocas antiguas paso natural entre la Meseta y el valle del Ebro. Por ello no son de extrañar los hallazgos de restos arqueológicos de diferentes culturas, desde el Paleolítico hasta la Roma imperial. Sin embargo, el origen de la actual localidad es incierto: los primeros testimonios documentales nos remiten al siglo XII con la conquista alfonsina de la zona: con anterioridad, Cetina sería una alquería árabe dependiente de Calatayud hasta la conquista de esta ciudad por Alfonso el Batallador en 1120.
Situada en tierra de frontera, y como tal peligrosa, Calatayud obtuvo su fuero en 1131, y Cetina, según algunos estudiosos, entre 1151 y 1157. Este fuero fue otorgado por el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV junto con la Orden militar del Hospital de Jerusalén, que por entonces tenía sede en Calatayud.
En el Cantar, Cetina es una de las localidades musulmanas por las que pasa el Cid con su hueste en su recorrido por el Jalón, trayecto que el poeta anónimo conocía muy bien. Según el Cantar, en la jornada número 15 del destierro, el Cid y sus hombres durmieron en un paraje entre Ariza y Cetina. Su presencia bastó para que sus habitantes se vieran obligados a entregarle tributos para evitar así actos de violencia.
Contamina
Contamina es una pequeña población de origen medieval situada en la margen izquierda del río Jalón, a los pies de la Sierra de Cetina. Su estratégica ubicación hizo de estas tierras una importante vía de comunicación desde tiempos prehistóricos, enlazando la Meseta Central con el Valle del Ebro. Ejemplo de ello es la calzada romana, de la que todavía se conservan restos en algunas poblaciones del entorno y que, según el Itinerario de Antonino, comunicaba Caesaraugusta (Zaragoza) con Emerita Augusta (Mérida). Con el paso de los siglos, esta vía se irá transformando en el Camino Real que conectará la corte y el centro peninsular con Zaragoza. Precisamente la calle principal de la población (calle Real) nos recuerda con su denominación que Contamina formaba parte del trazado de este camino.
En octubre de 1647 el rey Felipe IV, tras las cortes de Zaragoza, concede a Alonso Fernández de Heredia el título de Conde de Contamina, que en generaciones posteriores pasará a la familia de los Parcent, ostentándolo todavía en la actualidad.
Alhama de Aragón
Al llegar a Alhama el paisaje de extensas llanuras que forma la cuenca sedimentaria del Jalón y que nos ha acompañado desde tierras castellanas, se transforma debido al encajonamiento del río formando un ancho cañón que deja a la vista espectaculares pliegues por los que manan numerosos manantiales. El paisaje de cereal cede protagonismo a la huerta, los sotos y pinares.
Alhama de Aragón es conocida por la existencia de aguas medicinales que dan lugar a sus conocidos baños, y de los que deriva su nombre (Al Haman «los baños»). Romanos, árabes o cristianos han disfrutado de las aguas curativas que este entorno ofrece.
Hoy en día los manantiales medicinales siguen empleándose con fines terapéuticos. Destaca sin duda el impresionante lago termal -único en España- de casi dos hectáreas de superficie, con dos islas y un caudal impresionante de cristalinas aguas que brotan a 34º.
En Alhama los musulmanes levantaron una fortaleza que dominaba el camino y el curso del río. Alfonso I la ganó para los cristianos definitivamente en 1120. La airosa torre del homenaje de blanca piedra que destaca sobre el conjunto es posterior; quizá fue levantada en aquel siglo XIV tan agitado por las guerras entre castellanos y aragoneses.
La iglesia parroquial de la Natividad, es un templo barroco en el que destacan las yeserías que adornan la bóveda: una herencia de la habilidad de los alarifes mudéjares.
Los edificios de los balnearios, con aires modernistas que nos traslada a las épocas doradas de este tipo de establecimientos, el castillo, el desfiladero, las casas apiñadas al pie de las rocas y el río, conforman un paisaje urbano inolvidable para el viajero.












