Por Rubén Enciso
Un modelo memorístico.
Los Pactos de la Moncloa del 78 la izquierda los consideró un logro social, porque pensaba que ampliando el acceso al bachillerato de la mayoría de la población con eso se eliminaba la discriminación. Y para lo único que sirvió fue para que la selección y la discriminación para ir a la universidad, se realizara sobre una muestra de población más amplia.
CEIP Rosales
Los Pactos de la Moncloa certificaron el modelo que ha ido perviviendo. Grupos numerosos. Estructurado en cuatro o seis vías para que en el COU queden dos grupos, ciencias-letras. Un modelo memorístico y de clase magistral, lleno de rutinas y de contenidos cada vez más extensos. Un modelo que ha explotado porque la cantidad de conocimiento histórico acumulado en las últimas épocas es imposible de asimilar memorísticamente.
Por lo tanto los cambios que pretendieron introducir las distintas leyes se plegaron a esa realidad. Reduciendo la ratio tanto si se participaba en la renovación pedagógica por el esfuerzo de individualizar aprendizajes. O como ahorro que supone en el trabajo de corrección de exámenes en la enseñanza memorística.
Al ser la renovación pedagógica una opción voluntaria de cada profesor, las reducciones de la ratio no hicieron más que crear comodidades y conflictos entre el profesorado. Y por lo tanto la descarga de trabajo no hizo más que reforzar el modelo conservador inmovilista.
El hecho de que la reducción de la ratio no se haya traducido en una mejora de los resultados no es razón para aumentarla sino para analizar el corpus y la praxis educativa. Porque con tristeza observamos que además de un desorden en el reparto curricular, mas el aumento a treinta y seis alumnos aula, y aumento de horas por profesor, los avances pedagógicos y la atención individualizada al alumno por parte de los Profesores Voluntarios se quedarán en el olvido y los conflictos no harán más que aumentar.
Aunque Pega Palo y Tentetieso hayan triunfado en el informe PISA del 2009, esperamos que Corea del Sur no sea el modelo a imitar. Puesto que según el informe es el modelo más odiado por su propia población. Y los alumnos que lo superan, al salir del sistema fracasan en un 30%.
La nueva época ministerial que nos llega nos coge con veinte años de retraso con respecto a Finlandia, y si se adopta sin criterios el modelo triunfador coreano la diferencia no hará más que aumentar exponencialmente.
IES La Azucarera
Además tenemos que considerar otro aspecto. Que aunque el modelo oficial en Francia no recoja los avances pedagógicos de Freinet y de la Escuela Moderna, parece ser que sí hay que aprender algo de dicho modelo.
Visto desde España donde las políticas educativas vienen marcadas por el Vaticano, se necesita también el calendario crono-biológico como en Francia, que modula los periodos escolares y vacacionales siguiendo una curva de Gaus.
Es un modelo de perfil de campana ascendente y descendente, que contempla temporalmente las variaciones en la atención, el interés y la fatiga por parte del alumno para realizar un trabajo intelectual.
Seguro que los vaticanistas dirán que no es conveniente tampoco porque roza con intereses comerciales y turísticos como las fiestas de santos y patronos, pero un calendario escolar con criterios crono-biológicos se adapta a las necesidades educativas de los alumnos y se debe implantar.
Porque en Francia sin embargo, está actualmente el debate del horario partido en mañanas y tardes. Considerando que es más educativo ¿y quizá más barato? un horario contínuo como el de aquí.
Así pues esperamos que los próximos cambios en educación atiendan al progreso de toda la población sin exclusiones ni selecciones preconcebidas. Individualizando los procesos de aprendizajes para que cada alumno sin sufrir discriminaciones se desarrolle según sus capacidades. Capacidades mermadas por la discriminación cultural de una sociedad miope.
Y que se establezca a través de programaciones coherentes el equilibrio deseado entre contenidos, metodología, y aprendizaje significativo.
Para que además de progresar todos los alumnos, no haya profesores que digan que están desasnando burros o que están aguantando a la escoria de la sociedad. Escoria que las personas producen con su incoherencia educativa.
E.I. Municipal Bruil
