Fiesta Pollera en El Entalto   


Por Adelina Garsón
Fotos: M. Marco

   El pasado 25 de mayo se celebró una fiesta en el bar Entalto de la Magdalena para agradecer a todos los colaboradores del Pollo su generosa dedicación a la causa.

  La fiesta, que también conmemoraba los 40 años del Pollo y la edición de un facsímil,  estuvo presidida por un suculento jamón al que Goyo le metió mano hasta que solo quedaron los huesos y a su justicieros cortes le iban acompañando fuentes de tomate con olivas negras de Belchite aportadas por nuestro amigo Ramón Olid y buenos gajos de cebolla de Fuentes de Ebro.

    El vino corrió abundante y Chus, la propietaria del Entalto, se puso al timón de los barriles de cerveza que navegaron hasta  que los convidados pidieron  pausa. Antonio, de La Vegetal, añadió más tomates, cerezas y una piña que rebotó escondida por varias cabezas hasta que murió, trozo a trozo por bocas ansiosas del dulce néctar. En fin, amigos, una buena tarde, sí señor ¡Que se repita!

40 años piando

Por Jorge Álvarez Pieroni

    El viernes 11 de marzo de un lejano 1977 la portada de un diario de circulación nacional informaba que: “Termina la visita de los Reyes a Extremadura”, nos hacía saber que “Guipúzcoa, paralizada”, que estaba “Washington, en virtual estado de sitio”, que por el affaire “Lockheed: procesados dos ex ministros italianos” y que además “El Gobierno ampliará hoy la amnistía”. Todo eso por sólo 15 pesetas. Pero otra historia comenzaba a escribirse ese mismo 11 de marzo de 1977 en Zaragoza. Y es de la que me voy a ocupar en las siguientes líneas de este comentario. Sin la repercusión de los temas anteriores en el bar El Rescoldo de Zaragoza se presenta en sociedad, orgulloso y desafiante el primer número de El Pollo Urbano.

     Túa Blesa figura como director y Dionisio Sánchez, la verdadera alma, como editor. Entre las intenciones se comenta que “esta revista no tiene a nadie detrás, ni grupos, ni partidos, y por ello y pese a ello se coloca frente a todos. Y además no quiere tener a nadie detrás, pues lo que queremos es que seamos muchos los que nos propongamos una meta que es muy simple: vivir la vida”. Así fue.

    Y así, de esta manera, sigue hasta hoy que cumple sus primeros 40 años esquivando trabas, dejando boquiabiertos a los abundios, sorprendiendo a políticos y ganando audiencia por la tenacidad, sacrificio y por la pluma de su alma mater Dionisio Sánchez. Este Pollo desde todas sus secciones no deja de informar sobre lo que al ciudadano le interesa siempre desde una óptica no exenta de humor, de ironía y de sarcasmo.

     Que una revista, no importa el soporte, cumpla 40 años es motivo de festejo y mucho más aún si se trata de El Pollo Urbano. Vaya entonces mis mejores deseos para Dionisio Sánchez, el Staff actual y para quienes aportaron su talento desde el comienzo convencidos que sí se podía informar sin arrodillarse a poder alguno. ¡Larga vida al Pollo Urbano!

 

Aniversario del Pollo Urbano

Por José Luis Lomillos Millán

            ¿Pero qué hace este aquí? ¡Eso mismo pienso yo! Hace poco más de un año que colaboro de manera habitual con el Pollo y 002 el agente Quiterio me ha invitado a escribir algo para celebrar el 40 Aniversario: no te preocupes Lomillos, 001 el Comandante Sánchez está al tanto.

            Como muchos más chavales de mi generación conocí la revista en mi juventud mezclada con otras como Star, o Ajoblanco dentro de las carpetas de nuestros hermanos mayores. A Dionisio tardé en conocerle personalmente, pero cual Pedro Saputo del siglo XX, sus andanzas eran sabidas en todos los rincones de Aragón desde hace décadas. Con Carlos sin embargo tenía más relación. Antes de que nos invadieran los bazares chinos uno de los pocos sitios donde poder recrearse uno era la tienda de Quiteria Martín. Este curioso lugar además de proveernos de objetos indispensables para nuestra vida cotidiana como son las dentaduras de Drácula, peladillas, petardos, antifaces y Pipos fumadores se convirtió en embajada cultural del Pollo en La Magdalena. Desde ahí 002, Carlos Quiterio,  maneja con mano de hierro algunos de los hilos que entretejen muchas de las operaciones del Pollo.

            Lamentablemente el bunker-oficina donde se reunían todos los agentes de élite que forman esta indescriptible organización fue destruido durante La Guerra Fría del Ebro y ahora 001 el Comandante Sánchez tiene que realizar sus Comités de Dirección en sitios como el Vinagre Rock o el Entalto, emboscado detrás de botellines y vermús.

            “Haz lo que quieras, escribe sobre lo que creas conveniente y trae las fotos que te parezca…”  eso fue más o menos lo que me contestaron 001 y 002 cuando una mañana entré en la tienda con decisión  y les dije: “tengo cosas que contar…” Este acto de confianza hacia mi persona supuso un gran aporte de energía extra. Hacía tiempo que había dejado un poco abandonada la pintura olvidando la libertad y satisfacción que uno siente solo frente a un lienzo, papel o soporte. Vamos que… como le dije a mi siquiatra Sigmund el otro día: “desde que escribo en El Pollo me encuentro fenomenal y además voy mejor al baño.”

            Con 001  también he tenido interesantes y profundas conversaciones, un día recuerdo que Dionisio me explicó: “Trililí, trilirili, trili, Pili, Mili. Triliri, liri, trili Plinio. Triliri, trili Hipócrates. Trili, trili, Aberroes.” Ante lo cual me dejó sin argumentos, maldije mi falta de formación universitaria y tuve que consultar el Diccionario Ozores-Español / Español-Ozores para aclarar mis dudas. Del “Jefe” también estoy aprendiendo a contemporizar (hace unos meses no sabía ni siquiera que existiera esa palabra). También me ha dado varios cursos acelerados de toreo de salón: “la mano más suelta… y coge bien la muleta. Los brazos menos tensos pero con energía…y ahora baja un poco el capote…” ¡Cómo son los viejos maestros! Dejan que el toro embista y sin mover un pelo la bestia pasa por su lado como si fuera un tren de mercancías arrancando así el aplauso del público.

            En fin… esperemos poder disfrutar del Pollo otros 40 años más por lo menos (aunque para entonces todos estemos calvos)

¡Larga vida al Pollo Urbano Camaradas! Porque como decía Horacio: “Si fractus illabatur orbis, impavidum ferient ruinae.”

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