Por Jorge Moreno
Aragón presenta una tasa de sobrepeso y obesidad infantil similar a la media nacional.
Uno de cada cinco niños tiene un exceso de masa corporal, aunque ese porcentaje fluctúa en gran medida a lo largo de la comunidad autónoma. De hecho, hay poblaciones en las que este índice alcanza el 66% mientras que en otras apenas llega al 9%.
El municipio aragonés con mayor tasa de sobrecarga ponderal es Villel, en la provincia de Teruel. Allí, según los datos de un estudio elaborado por el centro de salud de Utebo sobre 96.000 niños para ejecutar un proyecto de atención comunitaria destinado a mejorar la alimentación infantil de la localidad, dos de cada tres niños de 0 a 14 años presenta este exceso de peso, si bien hay que tener en cuenta que este pueblo apenas cuenta con algo más de 300 habitantes, lo que conlleva que la población infantil sea poco numerosa y, por consiguiente, escasamente representativa. En esa misma zona de salud turolense, Báguena también presenta una tasa elevada (46%) aunque con similar densidad poblacional que Vilel. Por el contrario, Santa Eulalia y Calamocha (12%) tienen el índice más bajo de sobrepeso infantil de la provincia.
En Huesca, la fluctuación va desde el 325 de Broto al 12% de Hecho o al 11% de Berbegal, mientras que, en Zaragoza, Herrera de los Navarros (41%) o Ateca (33%) presentan las tasas más elevadas de la provincia, y en el polo opuesto están Sos del Rey Católico (9%). En las tres capitales de provincia, la tasa ronda el 20%.
En Zaragoza capital, la tasa más elevada corresponde a las zonas básicas de salud de Las Fuentes y de Hernán Cortés. En ambas, uno de cada cuatro niños de entre 0 y 14 años tienen exceso de peso. Por contra, el índice más bajo se da en Romareda-Seminario, con apenas un 11,69%.
Los datos no son especialmente buenos en Teruel, donde la tasa supera el 34% en lo que a la zona de salud Teruel rural se refiere. En el centro se queda en el 23%. En Huesca, por su parte, el índice no supera el 18% en las zonas de la capital.
No es fácil extraer conclusiones acerca de la enorme fluctuación de estos porcentajes. Los expertos apelan a «características poblacionales o raciales» aunque advierten que la distancia entre el medio rural y el urbano cada vez es más estrecha. «El corredor del Ebro, con zonas de Zaragoza hasta Cataluña, presenta una incidencia de obesidad y diabetes mucho mayor que el resto de la comunidad. Se asocia a una población más urbanita, a más inmigración y a un mayor sedentarismo», indica Javier Acha, jefe del servicio de Endocrinología del hospital Miguel Servet de Zaragoza.
En todo caso, la obesidad sigue siendo una epidemia, como ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS), y su incidencia sigue aumentando sobre todo en sociedades occidentales. «Las causas son la pérdida de hábitos saludables, principalmente, la dieta equilibrada y la actividad física. Este aumento es más frecuente en la población joven, principalmente, a nivel de escolares», sostiene el médico especialista.
Además, la población infantil es «mucho más sedentaria que antes» y realiza «menos actividad física». Por eso, el especialista aboga por una «alta educación en salud alimenticia» por parte de los padres. «Debemos retomar la dieta mediterránea, que es la que favorece el control cardiovascular y reduce la obesidad. Pero eso requiere de tiempo en la cocina y lo que se lleva ahora, sin embargo, es la comida rápida».
Del mismo modo, Acha solicita evitar que los niños coman delante del televisor y pide realizar esa función en familia. «Al menos una vez al día debe ser así. Tenemos que evitar que los niños coman solos», afirma
