Ruta por las iglesias de Serrablo (II)


    Como continuación de la ruta del mes anterior, seguimos visitando el singular conjunto de iglesias medievales que conforman el Conjunto Histórico Artístico de Iglesias de Serrablo, también conocido como círculo larredense, en esta ruta en torno al valle medio del Gállego.

Itinerarario: San Juan de Busa, Lárrede, Satué, Isún de Basa, Cartirana, Espuédolas (Arpirilla), Lasieso y Ordovés

 Entre las localidades de Oliván y Lárrede, siguiendo la pista que comunica las poblaciones de la ribera izquierda del Gállego, se puede acceder hasta la iglesia de San Juan de Busa. Con su incomparable silueta solitaria en medio de un prado, se conserva prácticamente en su estado original. Alzada en el siglo XI, es una de las más pintorescas del grupo de Serrablo, pues carece de torre, quedó inacabada al no terminarse la bóveda de horno del ábside y es además la única que presenta decoración esculpida.

    El ábside mantiene la misma tipología del grupo serrablés, recorrido al exterior por lesenas y arquería ciega, que se corona con un friso de baquetones (medias columnas adosadas al muro). Es curiosa la elevación del tejado, que le confiere un encanto diferente, seguramente debida a un cambio durante su construcción.

    La portada, en el muro sur, consta de un alfiz que enmarca un arco de medio punto y a su vez otro de herradura. El arco exterior está adornado por un bajorrelieve de elementos aparentemente vegetales (festones y palmetas). Sobre el muro occidental hay una ventana ajimezada con tres arquitos de herradura enmarcados en un alfiz sobre una portada cegada, que es una reinterpretación de la Asociación de Amigos de Serrablo, grupo que la restauró en la década de 1970.

El horóscopo de Cristo

Se ha teorizado sobre una posible interpretación astrológica para los relieves que decoran la rosca del arco de San Juan de Busa. Para el profesor Juan F. Esteban Lorente, serían una representación de los epiciclos de Júpiter en conjunción con el Sol, al que aludiría la espiral que se ve a la derecha de la clave. Una gran conjunción o stellium formada por Saturno, Júpiter, Venus, el Sol y la Luna (además de Urano) daría lugar al resplandor o “estrella” que anunció del nacimiento de Cristo, un 1 de abril del año 6, por la noche, a eso de las 6 horas y 20 minutos. El horóscopo de Jesús: piscis.

    Desde San Juan, continuando por la pista poco más de 1 km hacia el sur, se llega hasta Lárrede, donde la iglesia de San Pedro merece una visita pausada. En ella se pueden observar todos los arquetipos del grupo serrablés: ábside recorrido por arcos murales adosados y coronados con friso de baquetones, empleo de arcos de herradura, marcos a modo de alfices en puertas y ventanas y esbelta torre. Datado entre 1050 y 1060, es el edificio de mayor calidad del conjunto del Gállego, motivo por el cual también se le llama conjunto larredense.

     La puerta principal, en la fachada sur, conserva restos de pintura de un crismón trinitario en su clave. Al interior, la nave única se cierra con bóvedas de medio cañón reforzadas por arcos fajones, que apean en dobles columnas adosadas al muro. Otra singularidad son las capillas laterales que forman un falso crucero, sirviendo la septentrional de base para la torre. El ábside posee el habitual cascarón.

    La torre se cubre con tejado a dos aguas sobre una bóveda esquifada (cuando se cruzan dos bóvedas de cañón formando paños triangulares curvos) y presenta en su planta superior magníficas ventanas ajimezadas con tres arquillos de herradura y pequeñas columnas formadas por rodajas cilíndricas de piedra, típicas en las construcciones de esta zona.

    Siguiendo hacia el sur pronto se encuentra Satué, que alberga otro excelente templo del conjunto serrablés, su iglesia de San Andrés. Construida en sillarejo en el siglo XI (1050-1060) se considera uno de los templos más puros del conjunto larredense junto con San Pedro de Lárrede.

     Presenta nave única rectangular y cabecera con ábside peraltado de magnífica factura, con cinco arcuaciones ciegas apeadas en lesenas, ventana central y friso de baquetones. La portada sur es la original, con doble arco de medio punto al exterior y uno al interior algo más elevado. Un pequeño cementerio al sur completa el conjunto.

    Desde Satué, cruzamos Latás y Sardas (las dos con iglesias de origen románico) para llegar a Isún de Basa. Su templo de Santa María data de 1060 y muestra un ábside de la misma estructura que el de Satué pero de factura bastante más tosca. La nave se continuó en un románico pleno, como señala el fragmento de friso de ajedrezado conservado junto a la puerta de entrada y dos crismones en los arcos de sus ventanas. Las bóvedas originales fueron destruidas en la guerra Civil. La torre es más tardía.

   En el barrio de Cartirana, situado al noroeste de Sabiñánigo, se halla la iglesia de San Martín que conserva de su fábrica original románica parte del muro sur y una puerta con arco de falsa herradura que da paso al coro. También su airosa torre recuerda a las de grupo del Serrablo. La cabecera original ha desaparecido y en su lugar se abrió la actual puerta de acceso al templo.

    Desde Cartirana, continuando por la N-330 dirección Jaca, se encuentra un desvío a la derecha que conduce a Espuéndolas. A 2 km al norte de esta población, por una pista en buen estado, se accede al despoblado medieval de Aspirilla. Su ermita de San Julián de Asprilla, hoy bajo la advocación de Santa Isabel, es uno de los templos más antiguos del Alto Aragón. De origen pre-románico, data del siglo X, con origen en el antiguo monasterio de San Iuliani de Asperilla.

   De cabecera plana, centra el frontal absidal una ventana de medio punto dovelado y en el muro sur hay tres ventanales con dintel recto. Un bonito pavimento con decoración geométrica realizado con pequeñas lajas, apareció en la nave al efectuar la restauración del templo en el año 2008. Desde entonces vuelve a lucir en todo su esplendor desde su privilegiado emplazamiento.

   Aunque algo alejadas del núcleo más representativo de las iglesias serrablesas, otros interesantes templos románicos se ubican aguas abajo del Gállego. Entre ellas, las iglesias de Lasieso y Ordovés.

   A la altura del núcleo de Hostal de Ipiés, hay un desvío hacia Arto, cuya iglesia conserva una pequeña parte de su primitivo ábside de tipo serrablés.

   Algo más al sur se encuentra el desvío a Lasieso, cuya iglesia de San Pedro es resto de un monasterio fundado a mediados del siglo XI por el conde Sancho Ramírez, hermanastro del rey del mismo nombre e hijo natural de Sancho I. El templo guardaba el sarcófago del conde, luego trasladado al Museo Diocesano de Jaca.

    El edificio sigue los modelos larredenses en la decoración de su ábside, con un friso de baquetones aunque sin arquillos ciegos, y el campanario, con ventanales dobles y triples y baquetones bajo el alero. Sin embargo, su ejecución es algo ruda.

   Su condición de templo monacal se muestra en que tiene dos naves, comunicadas entre sí por un vano; la del norte, mucho menor, sirve de base para la torre y presenta recios arcos para sustentarla. Conserva también anexa la antigua abadía, ya del siglo XVIII, y a unos 200 m, se pueden ver tumbas antropomorfas excavadas en la roca.

   Finalizamos la ruta ya en el valle del Guarga, en el núcleo de Ordovés. Su iglesia de San Martín es enormemente sobria. El ábside únicamente presenta baquetones como decoración, la puerta de acceso se halla en su cara norte y no en el sur como es habitual y la torre es un añadido de cronología posterior. El interior estaba decorado con pinturas góticas relacionadas con los pecados capitales, que actualmente se conservan en el Museo Diocesano de Jaca, aunque se puede contemplar una reproducción fotográfica dentro del templo.

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