No habrá paz para los moderados / Manuel Medrano


Por Manuel Medrano
http://manuelmedrano.wordpress.com

    Con permiso del director Enrique Urbizu y del protagonista de la película “No habrá paz para los malvados”, José Coronado, les pillo parte del título de la obra.

    España no es un país de moderados según transmite su Historia, aunque haberlos, los hay. Me resulta difícil entender que no funcionen más clubes, círculos sociales y movimientos ciudadanos que apoyen el liberalismo progresista, los principios ilustrados actualizados (libertad, igualdad, solidaridad), la regeneración política pero también social (lucha contra la corrupción, transparencia y democracia interna en los partidos y organizaciones, etc.), y el respeto a la ley. Así como la apuesta por una economía de mercado, con libre competencia e igualdad de oportunidades, pero también con regulación muy estricta para evitar el fraude, la economía sumergida y el “capitalismo de amiguetes”.

    La Constitución Española reconoce suficientemente los derechos de los ciudadanos, pero luego la aplicación de los mismos en la sociedad resulta muy deficiente, en cuanto a los derechos sociales especialmente. Y además la realidad es que, hoy en día, en algunos territorios de España ni siquiera se respetan los derechos civiles más básicos, por la opresión del fanatismo nacionalista y racista.

   Muchos partidos políticos reivindican el “centro”, algo que no existe en realidad salvo que se defina con parámetros claros. Sería un espacio de ciudadanos que están de acuerdo con lo que hemos dicho anteriormente, que podrían definirse como izquierda liberal (centro izquierda real) o liberalismo progresista, es decir, que incluyen la defensa del Estado de Bienestar en su ideario. Y, profundizando algo más, son gentes que entienden la importancia de la educación, la investigación científica y la cultura de calidad, temas todos estos que prácticamente han desaparecido de muchos programas electorales, salvo banalizaciones esperpénticas o frikismos pseudoelitistas para pijos.

   Pero siendo este espacio central de moderación equilibrado, racional y abierto al debate y la mejora, no puede estar cambiando repentinamente de ideas y objetivos para adaptarse a estrategias políticas. El objetivo de un partido político es gobernar para transformar la sociedad de acuerdo con sus propuestas pero, desde luego, no hacerlo a cualquier precio, es decir, mudando continuamente de ideas e iniciativas, despistando a propios y ajenos, ni adoptando unos presupuestos ideológicos difusos o excesivamente amplios para poder adoptar cualquier decisión.

    Por otra parte, hay principios fundamentales que deberían estar claros. O se es un partido laico o se es un partido confesional. Un partido laico no es antirreligioso, es neutro respecto al tema, equidistante e independiente de dogmas. O se es un partido republicano o se es un partido monárquico. Un partido republicano no conspira o es desleal con un rey que ostente la jefatura del estado, pero señala su posición ideológica con claridad.

    Y también hay que exigir claridad en el análisis y propuesta (y aplicación si se gobierna) de soluciones a los problemas sociales, con independencia de que el criterio sea considerado de izquierda, de derecha, u otra cosa.

   A mi entender, un movimiento o partido político de centro debe tener en cuenta que las situaciones evolucionan, a veces muy rápido. El sistema de pensiones es insostenible, el marco laboral es insufrible, el dinero público se despilfarra en chiringuitos, etc., son afirmaciones que están a la orden del día. Pero luego, algo nos dice que falta información, que se ocultan elementos de juicio al ciudadano. Cuando algunos representantes de la gran empresa manifiestan que debe haber cuanto antes unos nuevos presupuestos estatales para impulsar la inversión y la obra públicas, ¿están pidiendo medidas socializantes, abundante dinero público para generar beneficios y empleo? Cuando pequeños y medianos empresarios piden créditos más rápidos y asequibles, que necesitan con urgencia, ¿tiene este problema algo que ver con los 42.017 millones de euros que, según el Banco de España, jamás recuperaremos los españoles de los 54.353 millones que se han destinado al rescate de 14 entidades financieras?

     Sí, las respuestas oficiales ya las sé, pero preferiría algo más satisfactorio, creíble vamos.

   Yo pienso que, el primero que empiece a cultivar la moderación, el mensaje claro al ciudadano, el equilibrio entre extremos, tendrá una cosecha muy rica a medio plazo. Hoy no, pero sí a medio plazo. Mientras tanto, partidos periféricos aparte, jugaremos dentro del sistema actual de 5 partidos nacionales a lo que dice José Mota, pero aplicado a los votantes: “las gallinas que entran por las que salen”. Y los moderados errantes seguirán buscando su camino.

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