El lindano o la vida / Fernando Rivarés

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Por Fernando Rivarés
http://blog.fernandorivares.com/

     No hemos aprendido. Hemos ido de la ofensa a la indiferencia. Entre 1975 y 1989 Industrias Químicas del Noroeste (Inquinosa) fabricó en Sabiñánigo lindano para usar como pesticida, hoy prohibido en todo el mundo por su extremada toxicidad. 200.000 tn de estos residuos fueron vertidas sin autorización en dos vertederos. Los ecologistas aragoneses estaban en acción contra este horror desde varios años antes y en el juzgado desde 1987. La Audiencia de Huesca condenó en 1994 a su director, Jesús Herboso, solo a dos meses de cárcel y un millón de ptas de multa y el director de la planta, José Manuel Cuartero, fue absuelto. La planta se cerró y Herboso trasladó la producción a Rumanía. Luego vendió la mitad de InquinosaInternational por dos millones de dólares a JLM, radicada en Tampa, Florida, EEUU, de la que la Agencia de Protección Ambiental de ese país tiene un archivo de delitos ecológicos como para alicatar el baño. Se siguen riendo.

En 2003, Inquinosa fue de nuevo condenada a pagar 6,5 millones de € tras una demanda civil interpuesta por el Gobierno de Aragón en 1996. Pero nadie ha pagado nunca. Solo dinero público.

El caso ha sido llevado al Congreso y a la UE por Izquierda Unida y a la Fiscalía por CHA. Miles de toneladas de mierda tóxica siguen en el almacén abandonado, los acuíferos, y la tierra del Gállego, y podrían contaminar toda la reserva hídrica de Aragón durante años. Y los técnicos, cuyo informe se hizo público a través de la revistaEnvironmental Science and Polution Research, poseen escasísimos recursos. El Plan Integral que debía limpiar la zona lleva décadas de retraso y no tiene presupuesto.   

 Cuando comenzó la lucha ecologista, la decisión política más firme fue desprestigiar al mensajero y acusarle de querer condenar a la comarca al paro. Hoy les debemos mucho. Han cambiado las normativas pero el grado de conciencia de la población según el CSIC es creciente pero muy escaso y ha sufrido un parón con la crisis: no hemos generado ninguna nueva cultura ambiental. En muchos sentidos, el medio ambiente sigue siendo cosa de fin de semana y de cola decorativa en la legislación, le han dado la cartera europea a un petrolero amante del fracking y en la semana de lucha contra el cambio climático seguimos negando sus efectos, enviando a las renovables a la semiclandestinidad y negándonos a buscar un nuevo modelo productivo compatible con el medio. Ni los hábitos, ni la normativa ni la sucia política energética de nuestro país están a la altura y seguimos siendo fans de los pesticidas. No tenemos ministerio ni consejería específica porque el medio ambiente es un asunto de tercera en los gobiernos de España y Aragón. Es de la comida, el agua, el aire y la salud de lo que hablamos pero sigue siendo cosa de radicales.

Mientras, el consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Modesto Lobón, desbarra diciendo que “no es preocupante”. Y no veo yo la lógica escandalera ciudadana porque la población global tampoco ve aún que estemos ante un reto global que necesita implicación personal.

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