OperaMía: Genial Camarena


Por Miguel Ángel Yusta                                                             

     Entre su intenso y exitoso recorrido por los primeros teatros de ópera mundiales y, concretamente desde el Metropolitan neoyorquino, donde ha hecho historia con sus bises, hemos tenido la fortuna en nuestra ciudad…

…de contar con la actuación histórica del tenor Javier Camarena (1976), que ha marcado, junto con el gran pianista Ángel Rodríguez, uno de los hitos de la ya larga vida del Auditorio, a punto de cumplir su primer cuarto de siglo.

   Vino Javier Camarena el día anterior, en el Ave desde Madrid y ya por la tarde estuvo reconociendo (lleno de asombro)  la belleza y condiciones acústicas de la sala zaragozana, alabadas por numerosas personalidades de la música. Trabajó duro, muy duro, con Ángel, para ensayar un programa que, al día siguiente, aclamaría el público puesto en pie. Y muy justamente.

   Sus efectivos vocales son inmensos, no solo por sus agudos y sobreagudos, asombrosos, limpios, potentes, propios de un excepcional tenor lírico-ligero, sino que son brillantes en cada zona y en piezas comprometidas para su voz por alternar tesituras por arriba y por abajo de la zona del pasaje con una sutileza, musicalidad y exquisita sensibilidad que recrea, haciendo sentir al oyente la milagrosa sensación, la emoción, de que las escucha de una forma nueva.

   El programa era un compendio maravilloso, los mejores momentos de obras de García, Rossini, Donizetti, Bellini, Massenet y Cilea. Una orfebrería musical que tenor y pianista, en perfecta simbiosis, desgranaban ante la inmensa sala vacía, presagiando la “revolución” que efectivamente se produjo el día después. (Ah, ese aria de Il Pirata tan compleja, un auténtico ·”tour de force” para el tenor y cómo la borda este artista…)

  La zarzuela también tuvo su espacio. Y muy importante. El tenor dialogaba con el pianista, hablando y cantando. Probándose en los agudos que estremecían la sala. “Flor roja” (Los Gavilanes), romanza introspectiva,  con dinámicas muy sutiles; “No puede ser”, (La Tabernera del Puerto); el Trust de los tenorios…Y ¿probamos para final el Ay Ay Ay, de Osmán Pérez Freire, en homenaje al gran Miguel Fleta, cuya grabación batió records de ventas en su tiempo? Recreación magnífica, filados, diminuendo final, rememorando a Fleta, trayendo vivo su espíritu. La respuesta se daría el día siguiente con un auditorio entregado y aclamando de pie al tenor, a su voz y al pianista, Ángel Rodríguez, que la había llevado en volandas…

   Estado de gracia. Plenitud de facultades. Un tenor, tal vez en este momento el mejor del mundo, lleno de calidez y sensibilidad, junto a un pianista fabuloso, que han hecho un gran regalo a Zaragoza.

…Y Ruth Iniesta

   Con una carreara lanzada internacionalmente y una trayectoria cuajada de éxitos, vino Ruth Iniesta a cantar a Zaragoza, su casa, en el Concierto de Fin de Año del Auditorio. Un gran éxito y todo el cariño de sus paisanos. Recordamos sus éxitos más recientes en I Puritani. La veremos pronto en el Real (Falstaff ) y debutará en septiembre el papel protagonista de La Traviata en el Teatro Massimo de Palermo.

  Una estrella internacional de la ópera de la que nos sentimos particularmente orgullosos.

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