El Presidente 127 de Cataluña

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Por EMJM Asesores

Los independentistas catalanes CIU y los de ERZ básicamente no recuerdan en su memoria Histórica al Muy Honorable President D. Josep Tarradellas. Presidente número 127 de la Generalitat de Cataluña.

Quizás la figura del presidente Josep Tarradellas no ha sido suficientemente glosada, seguramente por motivos políticos.

Este desconocimiento no sólo afecta a Cataluña si no también al resto de España, aunque mucha gente, de los que le conocimos, lo hemos tachado de profeta y visionario.

Este personaje español que mantuvo viva la Generalitat de Cataluña en el exilio y que volvio a la democracia española el 23 de octubre de 1977, y que le recordamos por su conocida frase, desde el Balcón de la Generalitat en Barcelona, prácticamente un grito de triunfo: “¡Ciutadans de Catalunya, Ja soc aquí!”,

Su discurso fue una insistente reclamación del Estatut de Autonomía, aunque siempre desde un espíritu constructivo, no rupturista. Un asunto que llama la atención, ya que en dicho evento él mismo entonó el Segadors, y a su vez, realizó numerosas cariñosas alusiones a España: “Cataluña debe trabajar más que nunca para hacerse bien fuerte, bien próspera y ser un ejemplo para los demás pueblos de España”. (min. 4,40).

    “Querría que en este momento de gozo y responsabilidad, pensaseis que tenemos otras deudas fuera de Cataluña. Nosotros debemos ser la avanzadilla del bienestar, la prosperidad, y la democracia de todos los pueblos de España”. (Min. 6,20).

Todo esto, dicho ante un auditorio abarrotado de senyeras, alguna que otra estelada y un heterogéneo grupo de banderas republicanas, sindicales, etcétera.

De su vida política destaco los siguientes aspectos

Su pensamiento político era republicano y catalanista. Siempre defendió la lengua, la cultura y la identidad catalanas desde un prisma no separatista que no vulnerara los derechos lingüísticos, identitario y cultural de los castellanohablantes.

Afirmaba que Cataluña debía ser autocrítica, entender al pueblo español e integrarse en España. En su tarea política siempre pretendió establecer la conciliación y la concordia entre Cataluña y el resto de España, alejarse de los victimismos y los prejuicios nacionalistas hacia el Estado español, y no culpar a éste de los problemas que padece el pueblo catalán. Abogó por los gobiernos de unidad en Cataluña con el propósito de que ésta fuese más fuerte, así como del diálogo positivo y constructivo con Madrid.

Su actitud contraria a la independencia y al concepto de unos «Países Catalanes» hizo que fuese criticado por parte de diversos sectores nacionalistas e independentistas, que lo tacharon de traidor a Cataluña, de mal político y de vendido a la monarquía española. Uno de los personajes más críticos fue el historiador Josep Benet.

Sin embargo, por parte del catalanismo moderado y de sectores no nacionalistas, Tarradellas es considerado un gran político, avanzado a su tiempo e incluso un visionario de hacia dónde se dirigiría la política catalana.

Tras la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña en 1979 y la celebración de las primeras elecciones autonómicas, se retiró de la vida política. En 1985 fue nombrado Marqués de Tarradellas por el rey Juan Carlos I. Murió en Barcelona en el año 1988.

Tarradellas y el caso Banca Catalana

Banca Catalana fue una entidad financiera española creada en marzo de 1959 por Florenci Pujol Brugat, su hijo Jordi Pujol y Francesc Cabana i Vancells, con la compra de la Banca Dorca de Olot por un grupo de personas de sectores económicos diversos. En 1961 trasladó su central a Barcelona y cambió su nombre por el de Banca Catalana.

Tras la caída financiera que devino sobre la entidad en el llamado «caso Banca Catalana», el grupo pasó a formar parte de un consorcio de grandes bancos españoles en 1984. El Banco de Vizcaya se haría con su control un año después, y posteriormente pasaría a liquidar la empresa y la marca comercial, así como a integrar sus activos en el que a día de hoy es el BBVA.

Josep Tarradellas fue muy crítico con Jordi Pujol por el escándalo de Banca Catalana. Y también con su acción de gobierno, basada en “Nosotros somos formidables y Madrid siempre se equivoca”.

La presentación de una querella contra 25 directivos de Banca Catalana, entre ellos el propio Pujol, provocó que Tarradellas le aconsejara la dimisión: “Yo le dije que dimitiera, pero prefirió plantar cara y no me hizo caso”.

También advirtió a los catalanes

“La gente se olvida de que en Cataluña gobierna la derecha; que hay una dictadura blanca muy peligrosa, que no fusila, que no mata, pero que dejará un lastre muy fuerte”.

En mi opinión su mejor profecía es:

“Pujol se equivocó al manifestar desde el balcón del Palau de la Generalitat que el Gobierno era indigno; la herida abierta aquel día no se curará mientras él mande. El victimismo de Pujol no se corresponde con la realidad”.

Desde luego, supo poner el dedo en la llaga

Fuentes:
El País (José Antich 1985), Wikipedia.org, Vozpopuli.com

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