Ángeles Loring: «Hemos tenido que cerrar Loring Art para que el precio del alquiler es un disparate»


Por Claudia Ríos

    En el número 8 de la calle Gravina, en el centro de Barcelona, hacía 20 años que estaba la librería Loring Art . Ahora, sin embargo, quien la busque allí ya no la encontrará. Su propietaria, Ángeles Loring , no puede hacerse cargo del precio del alquiler y ha decidido dejar el espacio y repensar el proyecto. Hablamos con la librera que nos explique qué ha pasado y, sobre todo, cuál es el futuro de la Loring.


Claudia Ríos
 

 

 

    Ángeles Loring quiere continuar con Loring Art pero en otro espacio 

Claudia Ríos: Ángeles, cuál es la situación actual de la librería Loring Art?

Ángeles Loring: Hace 20 años que la librería funciona, pero los tiempos cambian. Hemos tenido que dejar el local porque es un disparate el precio que piden el centro de Barcelona. Este ha sido el motivo principal. He aceptado que es imposible quedarme en el local si me cobran 6.000 euros. Al mismo tiempo, sin embargo, veo que el mercado no está bien. Estamos en otra época y los cambios son tan grandes, que se ha juntado todo. Ahora mismo hay un paso a una sociedad donde sólo tienen cabida los grandes grupos. Ellos son los que mueven todo lo que está pasando, y t’arraconen. Por suerte, he podido llegar hasta los 20 años defendiendo me.

20 años son muchos!

Sí, y que me digas eso me hace pensar. Es verdad: quien monta ahora un proyecto pensando que durará veinte años? Yo tampoco lo sabía entonces, pero sí tenía claro que creaba algo que sabía que perduraría un tiempo. Ahora es imposible, los jóvenes no se imaginan que lo que crean será su historia. De hecho, yo hace 25 años que empecé a trabajar en la Loring Art. Junto con la librería, siempre he tenido una distribuidora que me aydaba a salir adelante. Todo el mundo lo hace, pone un bar o cualquier espacio que pueda ayudar, porque una librería a pelo es complicado. Pero yo llevo 25 años en el mercado del arte dentro de las librerías. Siempre arte sobre papel, nada que ver con las galerías ni con vender obras.

Tú eres la única propietaria de la librería. La has tenido durante 20 años y llega un día que te dicen que tienes que pagar más por el alquiler. Como ha sido eso?

Yo iba renovando el local cada cinco o siete años. Negociaba e iba tirando. Pero hace dos años se vendió el edificio. Y yo he sido la última en irse, porque por suerte mi contrato acababa en 2017! Pero he visto despedirse una a una las personas de todos los pisos, vecinos que nos conocíamos de siempre. Había aquella buena relación que había antes entre los vecinos y la tienda de abajo. Esto está desapareciendo y al Ayuntamiento se le escapa de las manos. En este caso, en 2015 llegó un inversor y compró el edificio entero, para luego revenderlo. Entonces ahora hay un dueño de los pisos y un dueño del local. Su modus operandi es muy general: lo compran todo, tienen dinero y no indemnizan a nadie porque no les importa esperar que todo el mundo marche. No tienen ninguna prisa. Poco a poco, a la gente se le va acabando el contrato … y se van. En el edificio de Loring Art están haciendo pisos de alto standing , pero parten de cero: lo han tirado todo. Yo he vivido las obras paso a paso, un día casi se me inunda todo.

Tú has intentado luchar por quedarte?

Yo no lo he intentado porque ya veía el panorama. Si ellos piden 6.000 € …

Cuánto valía antes el local?

El último que pagaba era 1.650 € más IVA.

De 1.650 a 6.000 € hay un mundo!

Por eso ni se me ocurrió ir a negociar. Es que si me la hubieran dejado por 5.000 €, tampoco habría aceptado. Sabía de sobra lo que estaba pasando y no me ni plantear quejarme.


La librería Loring vacía, antes de dejar el local | Foto: Ángeles Loring

Ni pedir ayuda al Ayuntamiento?

No sé por qué, pero esto no se me ocurrió nunca. Después he visto una serie de situaciones y pensé: mira, podría haberlo hecho. Porque me he encontrado en casos en que me he dado cuenta de que tal vez a la concejala de Ciutat Vella le habría interesado salvar un espacio cultural. Podría haber movido cosas, pero soy muy torpe en estos temas.

Y qué pasa ahora?

Ahora pasa que yo siento que no se ha terminado, pero que no sé cuánto durará. La verdad es que no es fácil. Muchas veces tiran más las ganas que las posibilidades de lo que existe. De todas formas, tenemos que dejar a un lado la nostalgia y seguir. Quiero aprovechar un poco el funcionamiento de la sociedad actual. Lo que tira es Internet? Pues apostaré por Internet. Quizá ya no me hace falta tener una tienda abierta al público. Cuesta mucho, porque tengo que pagar el local y contratar personal, tener abierto de 10 a 20:30 todos los días …

Entonces te quieres volcar en la web?

No sólo. He cogido un piso-local chiquitito que no está lejos de donde estábamos. Es Floridablanca con Viladomat. Esto también me parecía importante, no ir muy lejos. Claro, todo es más pequeño, pero se puede picar al timbre y subir a ver libros.

Pero aún no está en marcha.

No, yo estoy en un paréntesis. El local no está del todo preparado, me falta poner los libros en su sitio. Tengo pensado abrir en septiembre. Que vendrá menos gente que la que venía a la librería? Seguro. Que puede venir gente y que se puede seguir corriendo la voz? Claro. Y después seguiré haciendo esto, trabajando la web y apostando por las redes.

Sigues encontrando sentido a Loring Art?

Sí, sí, sí. Lo que pasa es que todo este cambio me engancha en otro punto generacional. A mí lo que me gustaría es que alguien tuviera un proyecto similar y que se interesara por seguir mi. Claro, no puedes comprar Loring y continuar haciendo lo mismo que yo hago desde 1995. Me encantaría vender un trampolín. Yo sé que no vendo una empresa con cara y ojos y con un beneficio. Pero sí vendo un trampolín. El nombre «Loring» tiene posibilidades, la marca suena y además está bien reconocida y bien valorada. Pues a mí me gustaría poder venderla y que alguien viera un trampolín.

Cuánta gente trabajaba en la librería antes de que tuviera que cerrar?

Pues ahora mismo sólo trabajaban dos personas, y yo tres. Pero había tenido tres o cuatro trabajadores en nómina. Cuando se fue la última, la Virginia, ya no pensé en coger nadie más porque ya tenía en 2017 encima y sabía que tenía que reducir gastos.

Cuando cierres el paréntesis y reabrir Loring, hay trabajarás tú sola?

Sigo teniendo una persona contratada. Somos dos, si no imposible. En un momento dado hubo una persona que podía haber cogido mi relevo, pero se echó atrás porque no se vio capaz. Sin embargo, estuvimos tres años enfocadas a esto. A coger el proyecto y darle una vuelta. No funcionó, pero no descarto nada en un futuro. Lo que está claro es que en este tipo de negocios pequeños, tú puedes dar al proyecto la forma que quieras cuando quieras. Lo haces y punto.

En general, no tienes un discurso victimista.

No, ni yo ni nadie podemos hacernos las víctimas. Tenemos que luchar. Yo podría haber ido al Ayuntamiento a pedir algo, pero soy un desastre. Acaso igualmente no me habrían dado nada! Pero de todas formas, el alquiler era tan alto que nadie hubiera podido salvar.

Crees que hay negocios que confían demasiado con las ayudas públicas?

Estoy convencida de que los negocios deben tener dinero privado. Si te cae una subvención, pues bien; siempre hace falta alguna ayuda. Pero tú tienes que saber de dónde saldrá el dinero. Tienes que tener los números hechos y saber qué es lo que vendes que genera dinero. Conozco gente que vive de subvenciones y se lo sabe montar, aunque no viven maravillosamente bien. Como yo, que tampoco vivo maravillosamente bien. La situación no es nada fácil ahora mismo.

No hay nada de la situación que te haga sentir mucha rabia?

Lo que más me molesta es que traten los autónomos como si fueran multinacionales. Y que encima, llevo pagando religiosamente la seguridad social de todos los trabajadores, entre otras cosas, y luego me llegará la hora de jubilarme y resultará que es un horror. Esto es lo que más me molesta de todo. Hay un montón de gastos fijos que si la época es buena de acuerdo, pero ahora? Una tienda abierta como la que yo tenía conlleva unas facturaciones altísimas. La luz … todo era una ruina. No tenía más remedio que irme a un pisito!

Y no te daba pena marchar?

Sí, y tanto. No he vuelto a pasar por delante. Ya pasaré. Pero la pena te la sacas, las cosas pasan y siempre tendré un recuerdo muy bueno de la librería. Hay pusimos mucha energía. El espacio era muy bonito, en la calle de Gravina. El local antes era una mercería. Un día descubrir una escalera que estaba tapada y nos hizo mucha gracia. Era una escalera preciosa. Ahora la tirarán. En su momento, aproveché todas las cosas que había de la antigua mercería y puse un punto moderno. Teníamos un escaparate muy bonito.

Los muebles te los has podido llevar?

Me he llevado algunos, y otros los he intentado vender y tampoco lo he logrado. Soy muy torpe para estas cosas!

Y el local nuevo también tendrá este estilo?

Sí, porque no he comprado nada. La esencia es la misma. Espero que la gente venga a verlo cuando esté. Será el mismo pero en pequeñito.

Como ves el mundo del libro de arte?

Ahora viene una generación que no compra libros, pero porque tampoco tiene espacio en casa. Todo se mueve y la gente no quiere estar llenando cajas de libros constantemente y cambiándolos de lugar. Y además, todo el mundo viaja mucho y con una maleta pequeña, y no se toman libros porque pesan. Pero el libro de arte siempre será el libro de arte, y los catálogos bien hechos e interesantes se seguirán moviendo a toda costa. Se siguen y seguirán editando cosas buenísimas.

Pero el mercado no sólo depende de los jóvenes.

Hay un tema muy importante, y es que España no es un país que compre libros de arte. A mí es una de las cosas que me ha decepcionado mucho. Yo abrí una librería de arte contemporáneo porque realmente había un vacío de eso aquí. Sólo había una librería en Madrid y cerró. Y al final te das cuenta que si hay un vacío es porque no hay mercado. Antes, en un momento dado en el que había un turismo cultural bueno en Barcelona, ​​había extranjeros que vendían y compraban buenos libros. En la librería he tenido siempre cosas especiales, y puedo contar con los dedos de la mano los clientes que han venido y se han llevado algo diferente.

Así era por fuera la ya inexistente librería Loring Art | Foto: Ángeles Loring.

Tienes un núcleo de clientes que siguen comprando este tipo de libros?

Sí, hay muchas personas que están dentro de este mundo por amor al arte. Pero también hay un mundo profesional muy interesante que cuando llegó la crisis desapareció. Los museos, las empresas de gestión cultural, las bibliotecas, los diseñadores … Toda esta gente fue reduciendo su facturación porque ya no tenían dinero para ello. Yo he sido siempre muy fuerte en diseño y siempre había vendido mucho, pero con la crisis hubo una bajada horrorosa. Claro, también ibas viendo como los diseñadores no tenían trabajo. O los arquitectos. Desde el punto de vista de clientes, se ha notado que el mundo profesional ha desaparecido.

Crees que si todo se recupera, estos clientes volverán?

Lo dudo. Las nuevas generaciones ya están muy puestas en Internet. Amazon duele. Todo se encuentra allí. Muchas veces nos hemos encontrado con la sensación de ser el escaparate de Amazon. Hay gente que nos lo ha dicho tan tranquilamente: «He venido a hojear un libro pero lo compraré en Amazon». Con todo el morro. En esta última etapa se notaba mucho que había gente que venía y luego se compraba los libros por Internet. Esto te tumba, claro, aunque nunca hay sólo una sola razón.

Volviendo a la librería. Tienes el mismo espacio? Te caben todos los libros que tenías?

Tengo la mitad de espacio! Pero ya vacié mucho la librería antes de cerrar. También es algo que tenía que hacer, no puedo tener tanto stock.

Y te quedaste con el mejor.

 Me quedé todo tipo de cosas. Hay cosas que he escondido porque son las mejores, y siguen estando allí, y también me he llevado cosas que no he vendido e incluso cosas que pienso que no voy a vender nunca más.

Si crees que no lo venderás, por qué lo guardas?

Porque una de las cosas que voy a hacer ahora es poner libros en Amazon. He asumido que son ellos los que están allí con los brazos abiertos, y me quiero poner a ver qué pasa. Claro, una de las cosas que también sé es que se vende más en Europa que aquí. Por ejemplo, antes de ayer vendí un catálogo de vídeos en Estados Unidos. Esto está agotado en todas partes, pero yo lo tengo. Por eso guardo cosas que quizás no venderé. Quiero estar más en Internet, y si en medio aparece alguien que está interesado en el proyecto, yo encantada de traspasarlo.

Te apetece un final de etapa?

Es que debería tener un final de etapa. Es algo que siento y que creo que también sienten todos los que, como yo, somos de la generación de los años cincuenta. Que la vida ya es otra historia. Yo he sido muy pionera siempre, y ahora me siento incapaz de serlo. Se me ha acabado eso de ser pionera, ya no llego. Hace falta un relieve, en esto y en la vida en general. Y si sale, encantada. Tampoco me ha dado miedo ir a un primer piso, lo que en España siempre ha sido impensable. Aquí siempre se ha tenido un local en la calle, nadie sube a los pisos. Pero fuera, eso hace tiempo que existe. Recuerdo cuando hace tiempo fui a Nueva York y fui a ver dos librerías de arte, y una estaba en un sexto piso y la otra en un tercer! Y te hablo de hace veinte años! Esto está empezando a llegar ahora en nuestras ciudades.

Como cliente te sientes más comprometido, no? A pie de calle puedes entrar, mirar y marcharse. Si ya estás dentro del piso …

Justamente esta es la actitud de aquí. Por eso sé que costará. No estamos acostumbrados a llamar a un timbre y subir. Pero mira, cada vez hay más gente que lo hace. Galerías de arte, por ejemplo.

Esto es que aún no ha dejado de ser pionera, mira!

[Ríe]  Pasado mañana estará todos en pisos! Teniendo en cuenta lo que cuestan los locales, todos empezaremos a desaparecer de pie de calle y subir a los pisos.Quizás hace diez años nadie habría entrado en una primera planta, pero ahora ya sí. Voy a abrir las puertas en septiembre, y entonces lo comprobaremos.

Publicado en : http://www.nuvol.com/noticies/angeles-loring-hem-hagut-de-tancar-loring-art-perque-el-preu-del-lloguer-es-un-disbarat/

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